Os cuento como ha terminado, por fin, esta historia:
Tras dejar pasar unos días volví por el CO con intención de probarme de nuevo ambos modelos. Resultado? Mismas sensaciones, aunque ligeramente más inclinado por el BB58 desde un punto de vista racional:
Pensé que Divers contundentes de medidas y sensaciones similares al BB 41 mm hay muchos, y lo que te rondaré morena. Sin embargo, ese punto vintage, el tamaño, la calidez del BB58 es mucho más difícil de encontrar en un diver moderno, por no decir imposible.
Sin embargo, con ánimo de aclarar un poco las ideas, pedí ver el GMT, reloj que nunca me llamó la atención, hasta el punto de no entender el hype que se produjo en su día y, de esta forma, salir del bucle en el que estaba metido y centrarme en la cuestión del tamaño.
J*der, maldita hora en que se me ocurrió la idea...
Si bien me sirvió para reafirmar mis argumentos (el tamaño del de 41mm va más con un reloj más deportivo) y me sirvió para descartar el BB 41 en negro, ahora tenía una nueva disyuntiva:
Tremendamente bonito en mano el GMT, no hay foto que haga justicia a ese tono de azul y rojo.
Pero había salido de Málaga, para meterme en Malagón.
Así que salí del CO como había entrado, sin reloj y con muchas dudas.
A este paso, lo que iba a ser mi regalo de 30 cumpleaños parecía que se iba a convertir en el de los 31...
Para no alargar mucho más el tema, os diré que a esa visita le siguieron muchas vueltas de cabeza, leer y releer opiniones y reviews (qué os voy a contar) y algo que nunca me había pasado: tener sueños recurrentes con un reloj. Pero, últimamente, solo con uno en concreto.
Así que blanco y en botella, hoy he podido sacar un hueco para acercarme a la joyería y celebrar mis 30 años y 19 días
Aquí está el chiquitín, os diré que tengo la sensación de llevar con él muchos años y, lejos de verlo como algo negativo, creo que he acertado con la decisión: un reloj para toda la vida, discreto y bello a partes iguales, y del que nunca me cansaré.
Desde aquí, agradecer a todos los compañeros que se tomaron la molestia en escribir su opinión, pero sobre todo a Wempe Serrano y todo su personal, aunque muy especialmente a Araceli.
Por el trato, la paciencia y su cercanía. Siempre es un placer comprar allí. En ningún otro CO he tenido esa sensación de estar en casa.
Bien está lo que bien acaba.
De nuevo, gracias a todos