Muchas gracias a todos por las respuestas y aportaciones.
Lo primero tengo que decir que evidentemente compartiría caja con algún Aquaracer, Tortuga...etc. Es decir, cómo podéis imaginar no es un único reloj.
Y sí, el Seamaster sería mi grial en estos momentos (con sus pros y contras). Lo que ocurre que también me apetecía, más pensando en épocas veraniegas y festivas, tener un buen reloj que me lo ponga y me olvide de él, cómodo, que sea relativamente discreto y con buena reserva de marcha, y este es el Pelagos. El titanio me gusta tras la experiencia con un Citizen Satellite.
Si soy sincero el Seamaster es el favorito. Lo que ocurre que antes de invertir (perdón, gastar) unos miles de euros pues también gusta valorar, mirar, comentar...etc otras opciones (lo que Punset llamó el preestadío de la felicidad, creo)
Otra cosa que en el fcv aparezca alguna cosa muy interesante ( hace unos días un LHD por ejemplo) o también el precio que consiga nuevo ( un conocido mercante de la casa me dio un precio muy bueno para el Omega)
Gracias por vuestras aportaciones y aprovecho la fecha para desearos un un muy feliz 2020.
Fotitos para ilustrar.
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Buenas.
Intento ser lo más práctico posible respecto a esto de las aficiones por una razón muy simple, no me quiero volver más gaga de lo que ya estoy.
Siendo sinceros, esto son caprichos, ni más ni menos, y como uno empiece a barruntar y a darle demasiadas vueltas al a cabeza, empieza a concederle una seriedad e importancia que no tiene.
Hay que hacer lo que a uno le apetezca sabiendo que con la decisión que se tome no se acaba el mundo, que siempre hay posibilidad de cambiar, que uno debe relajarse y disfrutar.
De boca para afuera diremos "si yo estoy relajado" pero por dentro sabemos que las cábalas que hacemos, en muchas ocasiones, no son las adecuadas y se pierde mucho tiempo.
Esto viene a colación de lo de mirar "otras opciones".
Si sabes que algo ya te gusta ¿por que privarte de su disfrute?, si cuando lo tengas resulta que no es lo que esperabas ¿por que no cambiar inmediatamente?. Es como si buscáramos de manera inconsciente ciertas seguridad y dejamos esas búsquedas en manos de la cabeza.
Santa Teresa de Jesús llamaba a la mente "la loca de la casa", con toda la razón del mundo.
La cabeza solo almacena información, las sensaciones son las que nos guían en lo que queremos o no.
La vida nos concede la suficiente flexibilidad para que dejemos de estar runruneando con la cabeza y vayamos más al disfrute de las experiencias.
Luego cada uno elige lo que más le apetezca hacer, claro está. Si seguir comiéndose el coco, o no dejar de mirar la muñeca.
Para lo primero existen las aspirinas, para lo segundo, las sonrisas
Venga, pasarlo genial
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