Siempre hay, -hoy en día más- uno que hace una cosa estrafalaria y veinticuatro que inmediatamente lo apoyan.
Mi opinión es que las cosas pierden su sentido si se desnaturalizan.
Yo entiendo que haya un "original" que se ponga relojes que no funcionan (¿por qué no quitarles la maquinaria, y producirán el mismo efecto?), o bombillas fundidas en sus lámparas, compradas especialmente así, o coches que no van a circular, solo para limpiarlos y tenerlos en el garaje, incluso hay libros encuadernados en cuero antiguo, con las páginas en blanco, sin imprimir, para acreditar cultura de familia -luego los oyes hablar-, etc.
Hoy vemos con una sonrisa condescendiente aquellas familias que hacían mucho ruido y decían en todas partes que se iban a "San Sebastián" y luego se quedaban en Madrid, en su casa, en silencio, para evitar ser vistos y luego alardear de unas grandes vacaciones. Fue reflejado incluso en teatro. ¿Tiene sentido?
No nos vayamos muy lejos. Niños (15, 16, 17...) que llevan un teléfono móvil que vale 1000 Euros y además en un rato ves que se les ha caídos dos veces de las manos y tienen la pantalla cuarteada de golpes... y viven en un barrio marginal, y su padre no podría comprar uno en un mes de salario, y quienes compran vehículos caros que luego les quita la financiera pues no los pagan, o también, los que compran relojes ostentosos falsos, tan válidos como el parado de Andy Warhol, a efectos de indicar un status falso del usuario.
El resultado de esto es que siempre hay individuos "originales" que digamos lo que digamos pensarán al contrario. Hay quien es así, su personalidad original depende de nosotros. Si hacemos lo habitual, ellos harán lo distinto. Si damos la vuelta por la sombra, ellos pasearán por el sol en verano. Si de alguien se habla mal por facineroso, delincuente o sospechoso de cosas turbias, los humanos prudentes solemos evitar el contacto; los originales lo buscan.
Así que, para qué más. Cada cual tiene sus conocimientos de la vida, de las personas, cada cual tiene su esencia, algunos volátil por falta de peso, cada cual es alguien para su familia, sus amigos, sus clientes, y hay quien solo haciendo cosas estrafalarias consigue acercarse artificiosamente y sin fundamento a otras personas. Especialmente hay quien su "minuto de gloria" (al modo de Chaplin en Luces de la Ciudad) es hacer creer a la florista ciega que es millonario, o a desconocidos que "ese coche es suyo", "que vive ahí" (entrando en un portal con orgullo, aunque luego el portero lo eche), o que trabaja en tal gran empresa de director -esto lo he visto yo, imprimiéndose tarjetas de visita- y llamando por él no lo conocían. También he visto a quien haciéndose llamar médico, entraba todos los días en un hospital, incluso llegó a comprarse una bata para simular, cuando, preguntado el jefe de personal, no lo conocía sino de entrar y salir, no de trabajar.
Esto es así.hay gente con esencia, y hay quien solo tiene corteza con apariencia. Hay quien se cree mejor combinando ambos.
Saludos a todos, especialmente a los que tenéis esencia.