Igual soy yo, y ya pido perdón de antemano por mis cortas entendederas, pero esa sonora frase
habla de "ciencias y artes útiles", y habla de inventores y sus descubrimientos. O sea, y efectivamente, de cosas de utilidad, no de aspecto, colores y/o formas en el sentido estético. Otra cosa es que los diseñadores metan (o intenten meter) ahí cuestiones como una palanca para presionar la corona, que son útiles y que conceden un determinado aspecto a un, por ejemplo, reloj (dios me libre de defender a Panerai, sólo lo traigo como ejemplo de elemento estético y útil a la vez).
Interesante argumento, porque tienes razón: me dejé llevar exponiendo (lo que yo considero) los principios del asunto y algunos elementos que los ejemplifican, pero tienes razón: los diseños estéticos son "otra cosa"... y tradicionalmente así se consideró. Yo diría que la cosa empezó a cambiar a principios del S XX con la industria fonográfica, también en Estados Unidos.
Me sorprende, y probablemente sea por pura incultura, que digas que los privilegios son contra natura. Tal como yo lo entiendo, no lo son menos que las leyes (en las que supongo quedarían inscritos), los 'derechos y obligaciones' o cualquier protocolo de interrelación humana. Y desconocía por completo esa definición de propiedad privada: (aquello que puedo defender con mis fuerzas y de lo que solo se me puede despojar, bien por voluntad propia, bien por ejercicio de una violencia superior). Me suena muy raro, pero ya digo que debe ser por incultura. En todo caso, no deja de ser -la propiedad privada- un invento humano y por tanto tan innatural como todo lo que antecede.
Cuando dije 'contra natura' me refería a un "contra el natural orden de la cosas". Por supuesto que cualquier conceptualización es siempre humana (no conozco otra especie capaz de hacerlas o, como mínimo, no cerca del nivel de nuestra especie) pero eso no significa que no podamos observar sus principios en acción en otros entornos e, incluso, otras especies.
Respecto a la propiedad privada, es justo eso: el concepto es, por supuesto, humano, pero el ejercicio, fundamentado en la escasez (real o percibida) es más amplio: vemos ese principio en acción cuando una manada (pongamos de leones) defiende su territorio, o cuando el líder de esa manada se arroga el derecho de comer primero. Ahí nace el principio de propiedad: por un lado existe la arrogación y por otro, si acaso, la réplica. Algo es mío cuando está a mi alcance y lo declaro propio y esa propiedad se ejercita por la capacidad de hacer mi voluntad. Ante eso, solo queda el recurso (y el derecho) de la violencia: el líder de la manada come primero porque así lo decide y nadie lo reta; y una vez retado, la única forma de que no coma primero es porque otro individuo ejerza violencia de manera más eficaz para que cambie de titular esa propiedad. Eso es perfectamente natural y todo lo demás son capas de abstracción sobre ese hecho primigenio, desde una piedra bonita encontrada en la ribera de un río hasta Twitter, recién adquirida por el amigo Elon Musk.
En cuanto al asunto de la patente de Watts o las fuerzas de Porter, tendemos a ignorar que la mayoría de inventores tienen la tal vez egoísta pretensión de lucrarse con sus inventos (y por, ahí sí, naturaleza humana, lo máximo posible) de manera que si no se protege de alguna forma el producto de su ingenio tenderán a la desmotivación.
Como ya dije, ése es un argumento muy lógico... que los hechos se niegan a avalar. Más bien al contrario, el que siente el impulso creador, crea: desde Homero a Cervantes pasando por Ptolomeo. Si además se lucra, miel sobre hojuelas, pero ésa no es su motivación principal. El argumento de la motivación (o, más endeble aún, de la desmotivación sin el incentivo del monopolio de explotación) es posterior y debido, no a los creadores, sino al afán de los empresarios, una "especie" no exenta de cualidades positivas, pero otra "especie".
Cierto es que, como en todo, hay excepciones, e inventores altruistas habrá que quieran compartir sus descubrimientos/inventos con la Humanidad tan pronto sean funcionales, o incluso antes.
No es que "haya excepciones" es que es la inmensa mayoría: coge un libro de Historia, quita la mayoría de las páginas, que estarán dedicadas a asesinos de masas, y de los creadores, artistas e inventores, verás que la mayoría de lo que leas estará motivado en "el amor al arte". Tampoco es de extrañar, porque la propiedad intelectual "moderna" no nace, más o menos, hasta el Renacimiento y más aún, con la imprenta (y ahí, como privilegio de copia pertenenciente al rey y que graciosamente delega).
Pero lo normal es lo contrario, y si no que se lo pregunten a las farmacéuticas (esas sí, corporaciones).
No, no es lo normal. Lo hemos convertido en normal pero solo muy recientemente (en términos históricos). Hablando de farmacéuticas, sulfamidas/sulfonamidas, penicilina, salicilato... es cierto tipo de industrialización dependiente del capitalismo (de nuevo, no el inventor sino el empresario) el que ha convertido en normal lo que hasta entonces no lo había sido: Newton podía tirar de los pelos a Leibniz por el tema del cálculo diferencial pero, a la vez, sabía reconocer que si vio tan lejos fue por encaramarse a hombros de gigantes y... ¿qué royalties cobró por sus descubrimientos publicados en los Principia?
Lo de la "edad de oro" de la informática es un ejemplo que a mi no me sirve, porque en ese momento se podían contar con los dedos de una mano a los implicados, estaban todos "del mismo lado" y todavía no sabían con quién se la estaban jugando (caso Jobs-Gates). Lo de la congelación de la innovación relativa a esa edad de oro lo asimilaría al aprendizaje de cualquier conocimiento, pongamos por ejemplo un idioma nuevo: al principio vas muy rápido porque no sabes nada de nada. Es cuando ya has alcanzado cierta perfección que cuesta mucho más avanzar.
Puede que no te sirva, sin embargo, me parece un muy buen ejemplo de cómo evoluciona una revolución técnica y cómo se paraliza, en el modelo moderno de propiedad intelectual, por el uso de regalías (de este entorno viene un término muy interesante: "patents vest").
Tú los llamas privilegios (con cierto tono peyorativo, entiendo), y yo creo que hay que proteger la creatividad, ni que sea temporalmente (podríamos hablar de plazos, claro que sí) para que no deje de fluir. Porque -una vez más- en la parte estética y, por qué no, de comunicación, la diferencia entre crear y copiar es abismal en términos de esfuerzo.
No: los llamo privilegios porque, literalmente lo son. Si tienes una idea puedes hacer dos cosas: guardarla en secreto o hacerla pública. Si la guardas en secreto, la única manera que tiene un tercero de conocerla contra tu voluntad es el ejercicio de la violencia (robarla de tu cajón, torturate para que "cantes", chantajearte... ¿recuerdas? la propiedad se establece por el ejercicio de la violencia) pero si la publicas, la única manera de que otros no la asimilen, la utilicen y la reproduzcan es que seas tú el que ejerza la violencia sobre esos terceros (lo que pone en evidencia que, una vez que la publicas, las "copias", materiales o mentales, de tu idea ya no son de tu propiedad). Dado que tú no tienes capacidad (normalmente) de ejercer ese tipo de violencia sobre el mundo en general, necesitas el apoyo del Estado para hacerla valer por ti. Y eso es la vera definición de privilegio (que se te conceda lo que no está en tu mano ni es natural que consiguieses). Que ese privilegio sea provechoso para la sociedad o no, es otro asunto.
En la práctica: Steinhart ha fracasado cada vez que ha intentado presentar un diseño que no sea copiado, lo que me hace estar de acuerdo con tu hipótesis: yo también creo que no existiría si no pudiera copiar, porque la parte creativa simplemente no le funciona. Y poner el asunto de ETA junto a este es lo que me hace decir que es hacer trampas: el motivo de Sellita, por poner nombre a las cosas, para clonar los modelos que podía clonar fue meramente funcional: dar servicio a quienes se iban a quedar huérfanos por una decisión corporativa ajena más o menos acertada. Pero desde luego que su objetivo no es que cuando lo veas creas que estás viendo otra cosa, y desde luego su capacidad de crear e innovar está fuera de toda duda, doy fe.
No dije otra cosa. De hecho dije que la capacidad de innovación de este tipo de empresas es posterior a su entrada en el mercado, precisamente porque éste ya es maduro y, en el actual statu quo, es imposible entrar mediante innovación en un mercado así -sí es posible encontrar una ruptura innovadora, pero no competir en ese mismo mercado- lo que está en contradicción directa con el presunto beneficio del monopolio a la innovación.
En fin, un tema extremadamente amplio y profundo. Te agradezco haber "entrado al trapo".