A mí me gustan los relojes: todos los relojes.
1 - Colecciono cronos vintage, automáticos y de carga manual. Tengo modelos con una historia detrás, pero no están siempre en la caja. Me los pongo, y si alguno se me muere, pues lo siento. "Que me quiten lo bailao". Por supuesto que los arreglo, pero a veces no es posible. Todavía no me ha ocurrido nunca, pero sé que ocurrirá.
2 - Me monto algún que otro reloj Mod. El resultado a veces es desastroso, pero a veces, sólo a veces, me creo el reloj perfecto, el que yo quería y nadie vende. Y me los pongo, los perfectos, los desastrosos no
3 - A diario llevo algún crono más moderno. La mayoría cuarzos estéticamente superiores, y que dan la hora, como Seiko Sportura o Tissot PRS516. También llevo traje, aunque prefiero unos vaqueros y un polo camiseta. Políticamente correctos, pero bonitos, que para eso quiero también los relojes. Cuando envejecen, los vendo en el FCV, y compro otro.
4 - Tengo algunos Seiko y Casio digitales de los 70s, también de colección. A veces me los pongo, a veces no. Pero todos ellos me recuerdan a cuando era pequeño. Y como mi empresa es de nuevas tecnologías, tengo un Seiko Memo Diary, el primer reloj computadora de la historia (entonces no se llamaban ordenadores).
5 - Tengo un G-Shock para lanzarme al mar o la piscina, o para actividades "sudorosas" o de riesgo. Cuando se rompa, pues otro.
6 - Tengo un chinorro GOER de carga manual skeleton con el que aprendí a desmontar un calibre, me cargué algún tornillo y algún piñón, que luego he sustituido, y ahí está.
7 - Tengo un despertador de cuerda con dos campanas arriba, como los de las películas, y lo ajusto en varias posiciones para que despierte con una precisión COSC. Lo de las varias posiciones es para que siga dando la hora cuando le pego un manotazo y queda volcado
8 - Los relojes cuarzo de pared de la cocina y el despacho, los ajusto y cambio los movimientos cuando no funcionan correctamente.
9 - Me he prometido montar un reloj de cuco de pared para un buen amigo que ya ha expresado su deseo de tener uno en casa. No sé quién es más friky, él por quererlo, o yo por querer montar uno.
Porque la conclusión de todo es la misma: RELOJES, RELOJES Y MÁS RELOJES.