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CUARZO NO... ¿Por qué?

  • Iniciador del hilo manoloyloles
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Hilo cerrado
  • #151
Gracias.
Yo, personalmente, también estoy de acuerdo con esa exposición.
Poseo tanto relojes mecánicos como de cuarzo. Disfruto ambos, como tales relojes que son.
Creo que las actitudes que son excluyentes con algo determinado buscan la autojustificación de la propia conducta.
Hay maravillosos relojes mecánicos y preciosos relojes de cuarzo; relojes todos, que satisfacen a sus usuarios independientemente de su precio, calibre o tecnología.
En todos ellos se aprecia por cada cual un equilibrio entre varios factores, todos ellos muy subjetivos, todos ellos muy respetables.
Si entre esos factores una persona determinada aprecia la cualidad y exactitud cronométrica, un cuarzo se mostrará insuperable, además de cualesquiera otras virtudes que se puedan atribuir a la pieza.
Por ello, un actitud "sana" hacia una afición o un gusto por parte de cada cual me parece que ha de ser integradora, no excluyente.

Saludos.
 
Última edición:
  • #152
Un reloj de cuarzo hace su propio camino, va a su bola. Tiene una batería que le da la energía para moverse, hasta que se apaga y el reloj muere, aunque hay posibilidades de resucitarlo, claro está. Es un reloj que va a su ritmo, que no te dice nada, (simplemente "hola, que tal, tú otra vez") que depende de él mismo.

Un reloj automático es un reloj que te necesita, al que tú das vida con tu movimiento. Al que escuchas cuando te mueves. Es un reloj que te habla (que bonito cuando sientes su mecanismo, su latido), que te da las gracias. Es un reloj que no necesita nada más que a ti, es un reloj que nunca muere. Tú y el reloj formáis una unidad indisociable, tú le das todo lo que necesita, y cuando te lo quitas simplemente se va a la cama, para despertar de nuevo cuando te lo vuelves a poner.

Pocas cosas hay tan bellas como despertar un reloj: ponerlo en hora, colocarlo en tu muñeca y ver que todo un mecanismo se despierta. Es algo que va contigo, que te acompaña.

je..con todo respeto he mostrado tus palabras a mi MDD y me ha dicho que hay casos peores que yo...je...:laughing1:

je..bonitas palabras saludos
 
  • #153
Cierto. Bonitas palabras.
Y en no pocos casos las palabras son bastante inverosímiles.
Cuando se utilizan para magnificar una sensación personal (p. ej. Respecto a relojes mecánicos) sin menospreciar otras tecnologías –porque es eso exactamente lo que hay detrás de ello- me parece muy bien y respetable. Cuando se expresan para descalificar algo a favor de una posición completamente subjetiva .. entonces ya hablamos de otra cosa.
Tengo malas noticias. Las máquinas están muertas. Nunca han estado vivas y, salvo en los casos de Terminator y Schwartzenegger, no lo estarán. Y, a estos efectos, esta verdad es tan válida para un ingenio mecánico como para uno electrónico.
Otra cosa es que la tecnología de una máquina muerta motive sensaciones únicas en determinadas personas; esto es evidente y bastante habitual en objetos como coches, relojes, etc. Es cierto que ciertas personas desarrollan una especie de halo místico alrededor del movimiento de esas máquinas y de su complejidad para poder transformar la energía en ese movimiento.
Ahora bien, el mostrarse peyorativamente respecto a máquinas que obtienen su energía de una batería de litio, o de acumuladores cargados por la radiación, o por cualquier otro método asimilado a fuentes energéticas no (exclusivamente) mecánicas…. No, va a ser que no. Ahí hay algo más; algo que no tiene necesariamente que ver con la mística mecánica. Y, me temo, que responde a cierto estereotipo de personas que no admiran y disfrutan de los “relojes”, sino que son acólitos de las máquinas que poseen cierto tipo de manufactura. Y eso, en sí, tiene poco que ver con los relojes. Se trata de una cuestión completamente diferente y no siempre muy “sana”, ya que permite despreciar otras cosas en favor del objeto de sus admiraciones.
Creo que el gusta de los relojes, disfruta con los mecánicos – automáticos, de remonte manual-, con circuitos electrónicos de cuarzo, con los que poseen un acumulador alimentado por la luz solar, con los “kinéticos”…y con cualquier tecnología que permita a un reloj ser, precisamente, lo que es. Un objeto que muestra y mide el tiempo dentro de un entorno estético y que incorpora una determinada tecnología.
Y, además, (y esto es muy importante), los relojes significan algo para la persona y esta crea apego por ellos porque la acompañan en los trances de su vida. Son, en mucho casos, un referente de los tiempos que se viven, de situaciones que se recuerdan, de experiencias que se comparte cuando se llevaba puesto un determinado reloj. Forman parte de nuestras vidas y de nuestras vivencias.
Pero esa función la cumple cualquier tecnología que llevemos puesta, siempre que el RELOJ cumpla su función principal, que es la de proveernos de satisfacción y, además, informarnos de ciertos datos (hora, fecha o, incluso, medición de intervalos temporales además de otras posibilidades). Esta misión es la que permite que todo tipo de reloj, el reloj-joya, el reloj-instrumento, el reloj-loquesea, haya sido y sea una pieza al que le damos un valor añadido en nuestras vidas.
Es cierto que la satisfacción subjetiva puede venir por varias vías, generalmente de forma simultánea; el valor intrínseco del reloj (a precio de mercado por ciertos caracteres propios de la marca o de los materiales y manufactura utilizados), por su utilidad relativa en las tareas de la vida de cada cual, por una estética de valoración puramente personal…. Pero siempre se debe relacionar con el reloj como tal, no con máquinas, calibres, circuitos, pilas o tecnologías. Nada de eso, absolutamente nada, puede subvertir la realidad; independientemente de cómo se obtenga la energía para desarrollar movimiento, lo único que añade “vida” al reloj somos nosotros mismos. Por lo demás, son bichos completamente muertos; de hecho, si uno tuviera que analizar la cuestión desde el punto de vista cuantitativo, una reloj de cuarzo está más vivo que otros, pues su grado de dependencia del exterior para dotarlo de “vida” propia es mucho menor.
Así que, una cosa es adorar a las máquinas y otra muy diferente es adorar a los relojes. Y, francamente, oír de algunas personas las magnificencias de la vida mecánica del reloj cuando, de hecho, no los mantienen en su poder más de unos días o semanas y no han tenido tiempo de “incorporarse” a la vida de cada cual, como un objeto que cobra sentido dentro de las vivencias personales….bueno, lo cierto es que suena a “disfraz” que enmascara otras cosas. Cosas que, por cierto, pueden ser muy respetables, sin duda. Pero sería mejor expresarlas tal y como son, y no utilizar la retórica para despreciar “otras máquinas muertas” que, en multitud de casos, son bastante más fiables, más útiles y más prácticas.
Y digo todo esto como poseedor de relojes de diferentes tecnologías. Relojes que significan algo para mí, no máquinas que entran y salen de mi vida como meros objetos de deseo.
 
  • #154
El día que perdais un avion o un tren por un estupendo mecanico que acumula - 3 segundos diarios , lo del alma y la vida que tienen los automaticos deja de tener importancia cuando se te queda cara panoli viendo como se va tu medio de transporte por creer que llegaba a tiempo.:-((
 
  • #155
Pienso como tu, porque dejaron de fabricar los automaticos tanto? porque la mayoria si los cuidas o almenos antes te duraban toda la vida y no les interesa a ellos.
 
  • #156
DILON48:El cuarzo en sí no es complicado, es un cristal; la estructura del reloj si que es una complicación, existe un video en you-tube, donde le dan mantenimiento a un reloj Breitling colt II de cuarzo y está de lo mas interezante, desde el desmontaje, el aseo, la lubricacion y la puesta en COSC. de lujo.
 
  • #157
Un reloj de cuarzo hace su propio camino, va a su bola. Tiene una batería que le da la energía para moverse, hasta que se apaga y el reloj muere, aunque hay posibilidades de resucitarlo, claro está. Es un reloj que va a su ritmo, que no te dice nada, (simplemente "hola, que tal, tú otra vez") que depende de él mismo.

Un reloj automático es un reloj que te necesita, al que tú das vida con tu movimiento. Al que escuchas cuando te mueves. Es un reloj que te habla (que bonito cuando sientes su mecanismo, su latido), que te da las gracias. Es un reloj que no necesita nada más que a ti, es un reloj que nunca muere. Tú y el reloj formáis una unidad indisociable, tú le das todo lo que necesita, y cuando te lo quitas simplemente se va a la cama, para despertar de nuevo cuando te lo vuelves a poner.

Pocas cosas hay tan bellas como despertar un reloj: ponerlo en hora, colocarlo en tu muñeca y ver que todo un mecanismo se despierta. Es algo que va contigo, que te acompaña.

:worshippy:

Desde luego, poético como pocos.
 
  • #158
:worshippy:

Desde luego, poético como pocos.

Le he comentado a mi novia lo que se hablaba por aquí y su respuesta ha sido la siguiente:

"Es cierto que los automáticos viven contigo. Cuando a mi abuelo se fue la cabeza, su reloj dejo de funcionar."

No he sabido que contestarla.
 
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