
itsmemario
M&M's
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El problema es que la batalla técnica la ha ganado la telefonía móvil. Nada tiene más precisión que un móvil, que tiene la hora de Internet actualizada.Viendo las respuestas, me queda claro que el esoterismo manda, también en los aficionados, más que otras cuestiones. Y ojo, que no me extraña. Al contrario, viene a corroborar mi tesis sobre la importancia del marketing frente a la técnica.
La crisis del cuarzo fue probablemente el último clavo del ataúd que enterró a la antigua industria relojera. Pero fue sólo el último clavo. Durante los 40 años anteriores se fue desarrollando la batalla entre los que entendieron la relojería como una industria eminentemente técnica y que emplearon como armas los desarrollos industriales que les llevaron a fabricar movimientos cada ves más fiables y precisos y los que entendían que tenían que poner el acento en la imagen de la marca y no tanto en los avances mecánicos. Y como digo, la crisis del cuarzo, que tuvo un componente puramente tecnológico, fue la que puso fin a la batalla dentro de la industria relojera, situando como claro campeón a quien puso la imagen por encima de cualquier otra cuestión y, como claros derrotados, a los que se aferraban al viejo paradigma de la técnica. Estos últimos, además, fueron derrotados en dos frentes: en el técnico, porque sus mejores movimientos, frutos de años de trabajo y altas inversiones, no eran capaces de competir en precisión (y precio) con el cuarzo; y en el plano de la imagen, porque, al distraer una parte muy importante de su presupuesto en la batalla técnica, no compitieron con suficientes armas a nivel de marketing.
La marca que ganó la guerra de la relojería creo que no es necesario nombrarla. Las marcas que la perdieron fueron casi todas las demás pero, en mi opinión, la gran derrotada fue Longines. Y es curioso que después de años en los que Longines no ha podido competir a nivel técnico, vuelve a renacer en ellos el viejo espíritu de antaño con movimientos que, al menos sobre el papel, están unos pasitos por encima de competidores mejor posicionados pero, de nuevo, creo que se equivocan de enfoque: hoy es más importante y vende más un movimiento al que se le pone la etiqueta in-house, que un movimiento tecnológicamente avanzado. Vende más la esotérica exclusividad que la técnica. Y, sinceramente, no creo que esto vaya a cambiar.
Yo lo veo así...somos coleccionistas de tecnología del pasado, como el que colecciona vinilos, el que hace fotos con cámaras analógicas, o los que coleccionando coches clásicos. La técnica nos importa porque contribuye a la exclusividad del reloj y a sus intangibles, a tener algo especial. Pero no necesitamos la precisión del reloj como antes.
Una de las cosas que más me gustan de esta afición es que siendo tecnología desfasada aún hay I+D y avances . Es curioso porque desde el punto de vista práctico es absurdo desarrollar un movimiento mecánico mejor, sobre todo existiendo relojes de cuarzo solares que no gastan pila y son más precisos. Sin embargo se sigue haciendo y es algo que no pasa por ejemplo con los coches, donde se ha paralizado el desarrollo de nuevos motores de combustión, y pronto vendrá la "crisis del cuarzo" y se cambiará la mecánica por las pilas.
En fin, reflexiones.
Lo que quiero decir es que disfrutamos de una tecnología desfasada (incluso el cuarzo lo está) pero que mola mucho, es el punto romántico de esta afición y por eso nos fijamos más en lo esotérico que en lo técnico