psingularis
Forer@ Senior
Sin verificar
Lo que faltaba. Hace un par de días me asomé a un cajero automático pertrechado con mi tarjeta correspondiente y la buena dosis de paciencia que requiere la aventura. Todo iba regular cuando la pantalla me suelta ¡OLA! Me volví temiendo una onda de gran amplitud que se forma en la superficie de las aguas. Pero no: pretendía ser un saludo; vamos, lo que viene siendo el ¡hola! de toda la vida.
Cancelé de inmediato la operación, temeroso de algún otro desaguisado. Entré en la oficina del banco y le advertí a un mamífero trajeado que andaba imitando a un pavo real del delito de lesa lengua (que todo español tiene derecho a utilizar -esto es un sarcasmo, pero bueno, a lo que estamos- y obligación de conocer más o menos). El galliforme en cuestión me informó de lo desinformado que yo andaba, y aseguró que una cosa es ola y otra la hola, y que la hola con hache es la de la mar salada y ola es saludo y no otra cosa. Y que perdonara, que estaba muy ocupado. Se fue desplegando en abanico su larga cola y yo abandoné el lugar pensando que nunca es tarde para aprender cosas nuevas.
Y aquí estoy, prácticamente ileso. O casi.
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Cancelé de inmediato la operación, temeroso de algún otro desaguisado. Entré en la oficina del banco y le advertí a un mamífero trajeado que andaba imitando a un pavo real del delito de lesa lengua (que todo español tiene derecho a utilizar -esto es un sarcasmo, pero bueno, a lo que estamos- y obligación de conocer más o menos). El galliforme en cuestión me informó de lo desinformado que yo andaba, y aseguró que una cosa es ola y otra la hola, y que la hola con hache es la de la mar salada y ola es saludo y no otra cosa. Y que perdonara, que estaba muy ocupado. Se fue desplegando en abanico su larga cola y yo abandoné el lugar pensando que nunca es tarde para aprender cosas nuevas.
Y aquí estoy, prácticamente ileso. O casi.
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