Goldoff
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Ayer estuve editando fotos hasta las tantas, y aunque la primera parte os haya parecido corta lo cierto es que estuve un buen rato con ello (igual es una cuestión de capacidad... )
Bien, a pesar de lo que algunos digan (yo ) la cosa está muy malita para dormir en Basel durante los días de feria, así que haciendo caso a la voz de la experiencia -y coche mediante- nos alojamos en Zell im Wiesental, en plena Selva Negra alemana.
Un sitio tranquiiiiilo, donde tienen una pizzería que hace pizzas familiares del diámetro de mesitas de bar (y donde vimos un partido de la Champions entre dos equipos que ya no recuerdo Por cierto, los alemanes de nuestro lado acertaron el pronóstico). Cada mañana diana a las siete para poder estar a las nueve al pie del cañón. Con eso y con el tute del día anterior no había mucho tiempo para trasnochar (a menos que te inviten a las fiestas que las marcas organizan en Basel. Una suerte no estar ahí )
En ruta...
Pues venga, para adentro que hay trabajo:
La siguiente cita era en Rolex
Hay que decir que si uno no lleva cita previa con las marcas que le interesan -y que hayan respondido a su petición- es prácticamente imposible ver/tocar relojes de otra forma que no sea detrás de las vitrinas (y a veces incluso así: ver caso Longines). Las listas Excel que manejan las azafatas en los mostradores de recepción son interminables, teniendo en cuenta que ahí se reúnen los distribuidores, periodistas y representantes de todo el mundo. Y en el caso de Rolex la cosa llega al extremo: Tiene uno de los pabellones más grandes de la feria (si exceptuamos el de Swatch Group, que bajo Omega engloba a varias de sus marcas "menores", desde Certina a Union Glashütte) y los sistemas de seguridad rozan el ridículo: un "segurata" a cada lado de la puerta principal -la que da acceso a los despachos y al bar de cortesía-. Cuando llegas para dirigirte a las azafatas de recepción, justo tras el umbral, literalmente te interceptan (con una sonrisa, eso sí), y tienes que dirigirte a las señoritas en cuestión alzando ligeramente la voz debido a la distancia que te separa de ellas. Una vez dado el santo y seña (el nombre de tu interlocutor) con la misma sonrisa se separan los dos árboles que te impedían ver el bosque del interior. Piso de arriba y otro mostrador.
Finalmente sale a mi encuentro José Manuel Manrique de Rolex España, quien me lleva de vuelta al piso planta con la intención -lo supe más tarde- de darme un tour de vitrinas por aquello del tiempo disponible. Pero la fortuna jugó a mi favor: por un lado encontramos el Rolex bar a rebosar, y por el otro había disponible una de las salas donde se atiende a los distribuidores-clientes, que es a quienes finalmente está dedicada la feria y los esfuerzos de los expositores. El resultado fue un "pase privado" de las novedades, donde tuve ocasión de tocar y fotografiar a conciencia los cuatro elementos más interesantes, a saber, los dos Sub de acero con bisel cerámico, el nuevo Explorer y una de las piezas más atractivas (también por alcanzable) para mí: el crono de Tudor, reedición de un modelo anterior.
Creo que a los amantes de las Nato les ha salido un mito (don quiro):
Mientras estábamos viendo todo este material -y más- apareció un sonriente Roland Schuler, consejero delegado de Rolex España. Saludó cordialmente y salió por donde había entrado. Da gusto tratar con personas así, la verdad :
Obviamnete, José Manuel se hizo acreedor a llevar nuestro pin
¡Un placer!
Ya dije que me he perdido un montón de cosas, especialmente en las pequeñas marcas, pero alguna sí que vi. Por ejemplo estos de Romain Jerome con su línea de DNA, el Titanic y la luna y esas elucubraciones. Te podrá gustar más o menos (en mi caso más bien menos) pero hay que reconocer que la factura es excelente. Y una freakada, además . Bien hecha, eso sí.
Bien, a pesar de lo que algunos digan (yo ) la cosa está muy malita para dormir en Basel durante los días de feria, así que haciendo caso a la voz de la experiencia -y coche mediante- nos alojamos en Zell im Wiesental, en plena Selva Negra alemana.
Un sitio tranquiiiiilo, donde tienen una pizzería que hace pizzas familiares del diámetro de mesitas de bar (y donde vimos un partido de la Champions entre dos equipos que ya no recuerdo Por cierto, los alemanes de nuestro lado acertaron el pronóstico). Cada mañana diana a las siete para poder estar a las nueve al pie del cañón. Con eso y con el tute del día anterior no había mucho tiempo para trasnochar (a menos que te inviten a las fiestas que las marcas organizan en Basel. Una suerte no estar ahí )
En ruta...
Lo de esta gente es un derroche: Paneles de rosas por todas partes. Lo alucinante es que son naturales, y un operario las rocía cada tarde/noche para mantenerlas frescas. No tengo fotos en perspectiva, pero podreis apreciarlos en cualquier foto del hall de entrada. Precioso, en cualquie caso.
Pues venga, para adentro que hay trabajo:
La siguiente cita era en Rolex
Hay que decir que si uno no lleva cita previa con las marcas que le interesan -y que hayan respondido a su petición- es prácticamente imposible ver/tocar relojes de otra forma que no sea detrás de las vitrinas (y a veces incluso así: ver caso Longines). Las listas Excel que manejan las azafatas en los mostradores de recepción son interminables, teniendo en cuenta que ahí se reúnen los distribuidores, periodistas y representantes de todo el mundo. Y en el caso de Rolex la cosa llega al extremo: Tiene uno de los pabellones más grandes de la feria (si exceptuamos el de Swatch Group, que bajo Omega engloba a varias de sus marcas "menores", desde Certina a Union Glashütte) y los sistemas de seguridad rozan el ridículo: un "segurata" a cada lado de la puerta principal -la que da acceso a los despachos y al bar de cortesía-. Cuando llegas para dirigirte a las azafatas de recepción, justo tras el umbral, literalmente te interceptan (con una sonrisa, eso sí), y tienes que dirigirte a las señoritas en cuestión alzando ligeramente la voz debido a la distancia que te separa de ellas. Una vez dado el santo y seña (el nombre de tu interlocutor) con la misma sonrisa se separan los dos árboles que te impedían ver el bosque del interior. Piso de arriba y otro mostrador.
Finalmente sale a mi encuentro José Manuel Manrique de Rolex España, quien me lleva de vuelta al piso planta con la intención -lo supe más tarde- de darme un tour de vitrinas por aquello del tiempo disponible. Pero la fortuna jugó a mi favor: por un lado encontramos el Rolex bar a rebosar, y por el otro había disponible una de las salas donde se atiende a los distribuidores-clientes, que es a quienes finalmente está dedicada la feria y los esfuerzos de los expositores. El resultado fue un "pase privado" de las novedades, donde tuve ocasión de tocar y fotografiar a conciencia los cuatro elementos más interesantes, a saber, los dos Sub de acero con bisel cerámico, el nuevo Explorer y una de las piezas más atractivas (también por alcanzable) para mí: el crono de Tudor, reedición de un modelo anterior.
(el de la izquierda no es novedad sino el modelo en oro blanco. Super-ventas, en palabras de José Manuel)
Y el crono . Se va a presentar en Junio, y vendrá con los dos brazaletes: el armis y la correa que no es exactamente Nato. En cualquier caso, Rolex recomendará que la operación de cambio se realice en el concesionario porque va a resultar muy difícil sacar los pasadores...
Y el crono . Se va a presentar en Junio, y vendrá con los dos brazaletes: el armis y la correa que no es exactamente Nato. En cualquier caso, Rolex recomendará que la operación de cambio se realice en el concesionario porque va a resultar muy difícil sacar los pasadores...
Creo que a los amantes de las Nato les ha salido un mito (don quiro):
Mientras estábamos viendo todo este material -y más- apareció un sonriente Roland Schuler, consejero delegado de Rolex España. Saludó cordialmente y salió por donde había entrado. Da gusto tratar con personas así, la verdad :
Obviamnete, José Manuel se hizo acreedor a llevar nuestro pin
¡Un placer!
Ya dije que me he perdido un montón de cosas, especialmente en las pequeñas marcas, pero alguna sí que vi. Por ejemplo estos de Romain Jerome con su línea de DNA, el Titanic y la luna y esas elucubraciones. Te podrá gustar más o menos (en mi caso más bien menos) pero hay que reconocer que la factura es excelente. Y una freakada, además . Bien hecha, eso sí.
Rebellion... fijaos en los dientes de lobo de los engranajes: señal de virtuosismo.
... aunque para cosas raras, éstos:
También divertidos... ¿he visto un Zenith
En Azimuth no se cortan un pelo a la hora de ¿innovar?
En Azimuth no se cortan un pelo a la hora de ¿innovar?
No sé yo si es casualidad ese parecido "razonable" con los Urwerk de Baumgartner (la foto es mala-mala, pero tiene valor documental )
... aunque viendo el resto de la colección parecería que su departamento de diseño "mira muchas revistas" . Desde el Esqueleto Perpetuo de JLC hasta Nomos/Stowa pasando por Meistersinger o los clásicos B-Uhr
Si es que no aguanta la comparación...
Y bueno, por hoy lo dejamos aquí