Pues con visión puramente técnica, no, no es un alarde de ingeniería. Vale que estamos en el sector del lujo y hay que deslumbrar con cifras para el marketing, pero con visión de ingeniero, hacer una estructura como la caja de un reloj, mecanizada en una pieza, que aguante 500 Kg/cm2, básicamente esfuerzo estático, es bastante simple. Puntos críticos de esfuerzo, el centro de la tapa trasera, que se resuelve con el espesor adecuado de una lámina plana del material que quieras, acero o titanio, y, sobre todo, el frontal, que ha de ser de un material como el zafiro, mucho menos resistente a los esfuerzos que el metal. A efectos de esfuerzos derivados de la presión, la corona es irrelevante. Y en el cristal se juega con dos parámetros: reducir el diámetro efectivo del cristal (y es por eso por lo que Rolex juega en el DS con su famoso aro alrededor del dial, eso es la estructura de la caja que da soporte al zafiro, y que reduce de forma muy notable el tamaño del dial -que es el área sometida a esfuerzos-), y luego... labor simple, cálculo básico para determinar el espesor del zafiro. Y ya está. El que crea que la caja de un reloj es estructuralmente compleja, es que de estructuras metálicas no sabe mucho...
Total, que no, que en un mundo donde convivimos con materiales que soportan esfuerzos mayores, con geometrías más complejas, con cargas dinámicas, vibraciones y altas temperaturas, decir que una caja de reloj es un alarde tecnológico no se sostiene. Salvo en los folletos de marketing, claro.
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