Lo dicho, la alta joyería es un ente abstracto cuyas fronteras no os es posible fijar con claridad.
Encuesta.
Reunidos los propietarios de un Sub.
¿Cuántos de vosotros usáis el Sub en un partido de Voleyplaya?
A ver, levantan la mano el señor del tatuaje de la izquierda, el señor de las Rayban del centro y el señor del traje de Brooks Brothers de la derecha.
Reunidos los propietarios de un Seamaster.
¿Cuántos de vosotros usáis el Seamaster en un partido de Voleyplaya?
Resultado: cuatro positivos, contando el señor del cuarzo.
Reunidos los propietarios de un FF.
¿Cuántos de vosotros usáis el FF en un partido de Voleyplaya?
........... (murmullos de indignación)......
¿cómo dice, caballero? Ah...que eso es una herejía. Ok. Que como se va a exponer semejante pieza a los efluvios del salitre, de la arena, de los impactos del brazo con la pelota. Ok. Que se trata de una pieza para combinar con atuendos de sport o casualwear para resaltar sus propiedades históricas. Ok. Que es una pieza imprescindible en toda colección que se precie. Ok.
Conclusión. Hay relojes para ser usados y relojes para ser llevados puestos.
Y todavía hay quien se extrañará que Rolex sea Rolex atendiendo al número de usuarios que compran, ya sea para llevarlos puestos o usarlos también. O que las "masas" también sepan de la existencia de Omega...o Longines.
Cuantos más esfuerzos os tomáis para definir la alta relojería, más se parece ésta a la alta joyería. Objetos para coleccionarlos, admirarlos y, por supuesto, exhibirlos dentro de un público entendido. Pero totalmente desconectados de su uso o utilidad práctica. Y no sólo de su función de dar la hora, sino de la historia remota que algún día del pasado los hizo posibles.
Yo diría que los que más deberían alegrarse de que "Rolex sea Rolex" y de que, por qué no, "Omega sea Omega" - por decir algo- serían los admiradores de AP y Blancpain, además de otras muchas marcas. Porque si Rolex deja de ser Rolex y Omega deja de ser Omega, por algún fenómeno en ese mundo de ahí fuera que provoca que los éxitos de la cinematografía actual sean bodrios visuales como Transformers en vez de el Padrino o Blade Runner, y la gente deje de comprar Rolex por sus virtudes de usabilidad y vistosidad (por las muchas razones apuntadas, algunas de ellas tan criticadas), al igual que Omega en su propio campo, y la alta tecnología acabe mutando la conciencia general de la gente atrayéndola a objetos prácticos pero también muy caros ... entonces ya no habrá Blancpain ni ninguna de esas marcas para compararlas favorable o desfavorablemente en relación con Rolex.
Sólo quedarán marcas y modelos marginales que se constituyen como auténticas joyas, bellísimas e inútiles, como los preciosos collares de perlas de algunas damas que se lo puedan permitir.
Lo lógico sería pensar que defenestrar a Rolex por sus supuestas carencias es tirarse piedras al propio tejado. Lo lógico sería pensar "menos mal que Rolex ... y Omega.... y Panerai ... están ahí para ser usadas, admiradas y vendidas, magníficas marcas y magníficos relojes, para que yo pueda deleitarme con mi AP de los domingos, a salvo de toda inclemencia meteorológica.
Porque el día en que "los traficantes de drogas y los chulos" dejen de intentar parecer respetables y de buen gusto para comprarse un Rolex, será porque nadie pensará que un Rolex vale la pena. Ese día, el Blancpain será una antigüedad de coleccionista o una foto en un libro de historia.
Por cierto, que como decía Mr. Jones con mucho tino respecto al GS en relación a su función como gama para Seiko, es probable que el único gran fabricante que sobreviviera al armaggedon del "Rolex ya no es Rolex" sería Seiko, precisamente por su capacidad de reconvertir su industria, ya que, GS aparte, todo el mundo sabe que la función principal de un Seiko es ser usado y ser práctico.
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