Dejá el Omega sin la lupita que está precioso así, y mirá la fecha en el almanaque antes de salir...
Pues, eso vale para algunos, pero no para mí.
Cuando era escolar, yo sabía siempre qué día era. Los días eran laaargoooos, y al despertarme era "tabula rasa", empezando por aprenderme la fecha.
Luego vinieron las inercias. Y las velocidades espacio/tiempo de carácter atrozmente veloz. ¡Ya a jueves! o ¡Ya 64! un un caso aun peor.
Y en estas fases, recordar que reformaste la cocina, y te preguntan cuando y dices ... no sé, el año pasado o el otro (y tu esposa te corrige: "fue en 2007"), y piensas... ¿no me he dado cuenta de que ha pasado tanto?
Y es que la inercia sobre cosas insustanciales es la comodidad del que tiene la mente ocupada.
Por eso, por carácter rutinario, quien (yo al menos) me meto en el coche por la mañana y si giro por "esta calle" ya sigo por inercia al Punto A, uno de mis destinos. Pero si giro por la calle siguiente, voy al punto B. Si me equivoco, voy "en automático" hasta el punto de aquel destino, y luego es cuando pienso donde iba. Eso también lo resuelvo tomando uno u otro carril. Según el carril que tomo sé a donde me va a llevar la inercia. Y no soy "despistado" pero sí evito la obsesión de pensar todo el tiempo en lo que ya pensé tantas veces.
Comodidad, sencillez y desocupación de las cosas diarias, para fijarme en lo importante.
Y la fecha: Pues es una parte de la inercia. Un día es igual a otro, con la diferencia de lo que hay que hacer. Hecho, o cuando se pone fecha a lo que haces es cuando miras. Miro la fecha, pero "no me la aprendo de memoria". Simplemente la miro, la veo, y por tanto la compruebo.
De ahí que aunque haga caso de tu consejo, compañero Medulac, mi mente borra esa información de manera inmediata. No tiene -para mí- sentido ocuparla. Y como cada cual tiene sus preferencias, con arreglo a sus circunstancias, éstas son las mías. Pero si no le gustan, tengo otras (Groucho, por si no se había notado).