Pues, de nuevo enhorabuena.
La cosa está en que como todo, es una lotería.
Yo, en mi tiempo más activo como navegante tuve la oportunidad de comprar, para mí y para compañeros, sextantes.
Sí, aunque no lo creais, existen.
Los de plástico son los más versátiles, pesan poco, y tienen una precisión limitada. Pero a 400 millas de la costa, importa un pepino colorado si te equivocas en 10 millas.
Los de bronce tienen un inconveniente. Todos pesan un montón. Su precisión depende de su perfecto estado. Y en un velero magreado por las olas, con un francobordo muy limitado, y teniendo que tomar la medición de pie sobre la cabina agarrado a los obenques a modo de abrazo, pies bien abiertos, y ambas manos en el sextante para pillar el horizonte y el astro, hacen difícil que con el "meneo" que hay por esos mares de Dios, haya una medida "fetén". Con el inconveniente de asociar la medida tomada a hora, minutos y segundos, también difícil de anotar en esas circusntancias, más si navegas solo. Que esa es otra.
Bueno, pues una de las correcciones que traen los sextantes de fábrica es el "error de índice". +0,1 sec, o +0,4sec, o -0,3 sec... o más. Alguno, +-0,0 sec.
¿A qué viene esto.
Pues sencillo. Cuando usas el reloj como instrumento de precisión es perfecto que vaya ok. Pero te tiene que tocar la lotería.
En los sextantes, los he visto en muchos lugares, especialmente en Inglaterra, todos tienen su "error de índice". Es decir, tú sabes cuando lo compras, que puedes usarlo con este error, de modo que cuando lo corriges, las medidas son de precisión.
En los relojes (cronómetros marinos de los de verdad) también existe un "estado absoluto" pues, son relojes que no pueden cambiar la hora, solamente mirarlos y sumar el "estado absoluto" en horas minutos y segundos para alcanzar la hora universal o de Greenwich, base de los cálculos náuticos. Y ese estado absoluto se conoce, y se conoce porque te lo dan el incremento o decremento diario. Se persigue la regularidad, más que la precisión, pues la hora precisa se calcula luego.
Y en relojes de muñeca, uno no sabe qué compra hasta que lo disfruta.
Y como decía, aquí la "lotería" es que te toque el reloj que "no se va un pelo". ¿De verdad eso no lo saben en las fábricas?
Algo me dice que si lo pusieran, habría relojes que nadie querría, al reconocer que marchan de forma "errónea". Y del mismo modo que vendería mucho más y mejor el que poniendo el dato, fuera realmente ajustado a la precisión real del reloj. Un gran esfuerzo supondría, sin perjuicio de que luego la vida y tus movimientos altera lo que el reloj por sí mismo obtendría.
En fin, que te salga un reloj así es muy buena suerte. Los de cuarzo sí se pueden verificar (yo lo he hecho mirando los del escaparate y comprobando con el watchcheck), pero con los mecánicos es tarea imposible. Digo yo, a falta de ese certificado concreto por cada unidad. Como los sextantes. Y conste que un sextante (Astra, Cassens & Plath, ...) vale mucho menos dinero que un reloj mediano. Y hoy, aun menos, el gps mató a la estrella de la náutica tradicional.
Pues eso. Al final el reloj es como el matrimonio. O como los melones. En realidad solo sabes lo que es cuando ya no tiene remedio, por bien o por mal, o incluso por mejor. Es más fácil lo del sextante. Je.