Dice Montaigne que la palabra es mitad del que escribe y mitad del que lee, y eso es algo que, EMHO, aquí ha usado inteligentemente, pero de manera maliciosa nuestro compañero Perseus, dejando que los lectores completen la lectura de acuerdo a la amplitud de su mirada -solo este post o los suficientes para ver el denominador común- y de sus simpatías iniciales, que ha hecho todo lo posible por ganarse, poniéndose del lado de los buenos.
Poniéndose del lado de los todos los buenos que ha encontrado:
Del modesto frente al opulento.
Del discreto frente al impertinente.
Del comprador frente a la industria.
De quienes tienen espíritu crítico contra los que aceptan borreguilmente lo que dice la industria relojera.
De los novatos frente a los apoltronados.
De los foreros librepensadores frente a la poderosa administración y sus nasgul, los ominosos moderadores (a quien proceda: yo quiero YA mi caballo negro y mi dragón volador).
De David contra Goliat.
Joder, Perseus es el puto Robin Hood.
Y es que es fácil parecer el paladín de los buenos cuando se ataca a los malos. Pero no necesariamente es cierto.
Porque cuando se lee únicamente este post ¿quién no estaría de acuerdo en reprobar a esos individuos que se meten con quienes compran Steinharts tildándoles de pobretones?
Es muy impertinente entrar en la presentación de una pieza, de cualquiera, para descalificarla, pero si además se minusvalora al comprador por su presunta situación económica el hecho es claramente mezquino.
Parece buena cosa abanderarles. Vestir la túnica de la justicia por ellos.
Sin embargo, cuando ampliamos la lectura con otros post de Perseus vemos que también ha defendido el honor de los relojes japoneses, de Blacpain, de Omega, de Smith… de un señor de Lugo que inventó diecisiete segundos antes que Rolex la caja Oyster.
Visto en perspectiva (me) parece que el denominador común de estos posts no es estar a favor de algo -defender a los débiles y oprimidos-, sino en contra de algo, porque el enemigo común es siempre el mismo: La malvada (Ro)Lex Luthor, y sus, zombies con el criterio devorado por el estatus que solo desean hacer el mal.
Y es que algunos contra Rolex parece que postean mejor.
Lo que no me parece mal, pero quien mire con atención y vea a través de los agujeros de esa túnica justiciera los motivos subterráneos es razonable que responda a ellos y que piense que resulta algo taimada esta estrategia de revestirse de pureza y de nobles motivos, que se recluten simpatías para alcanzar objetivos espurios.
Mi amigo Mr. Jones es el auténtico alter ego de Perseus, porque es afilado en la expresión y ácido con las ideas, pero siempre respetuoso con las personas y sincero en su exposición de premisas, lo que hace lógico que Perseus se encone tantísimo con él.
Mr. Jones tiene una exquisita esgrima verbal, además de una especial elegancia para admitir los golpes del contrario y alabar su estilo cuando procede hacerlo. Por eso las trampas y el juego sucio hacia él resultan molestos a muchos de los que entendemos que la polémica es lo que sazona los foros, pero no debería ser su ingrediente principal.
Por ser tan buen polemista, por ser un primera espada de sus posiciones, la primera vez que se sacó (en otro post) a la palestra su cambio de criterio hacia Rolex fue algo poco limpio, pero admisible por inesperado y gracioso. Aunque resultara un poco como, no sé, ¿tirarle de la moto de una patada por no poder ganarle? Ahora las menciones recurrentes a este tema ya no son inesperadas ni graciosas, solo poco limpias, porque...
¿Si yo aprendo –como he aprendido tantas cosas en el foro- gracias a estas lecturas que Rolex no inventó el bisel unidireccional o que su relación calidad/precio es muy mala dejaré de ser un interlocutor válido por veleta? No lo creo, por lo que no parece cierto, como se afirma, que se desprecie el hecho de cambiar de opinión, sino de cambiarla en determinado sentido. O sea, que si cambias para pensar como yo está bien (que para eso escribo estos post), pero si la cambias para disentir eres un veleta y, y, y… ¡¡ahora no respiro!!
Porque esto no va de homenajes, esto va de buenismos populistas para corromper un debate en el que se quiere partir de una posición de ventaja y tener respaldo numérico.
Porque es trampa identificar al conjunto de todos los aficionados a Rolex con sus elementos más cerriles, porque mala gente hay con todo tipo de relojes, y no parece justo elegir a los peores para juzgarlos a todos. Pero claro, si lo hago ya puedo usar a gusto la falacia del “hombre de paja”: reducir el adversario a una imagen caricaturesca y atacar no sus argumentos reales, sino los que le atribuyo a la caricatura que yo mismo he creado.
Atacar a Mr. Jones y no a sus argumentos (llamarle Troll me ha parecido una auténtica huida hacia delante y me ha decidido a escribir esto) tiene una ventaja adicional, y es que así puede tocarse la paciencia del administrador y dar la apariencia de ser un outsider víctima del establishment, pero lo que realmente sucede, lo que se provoca que suceda, es que el anfitrión de esta fiesta sienta que se ataca injustamente al invitado que ha venido una hora antes para ayudar a colocar las mesas, y eso le hace sentirse dolido y obligado a defenderle, como haríamos todos.
Pero ¡qué bien se puede vender como la lucha contra los poderosos! Y de nuevo se evoca la imagen de David contra Goliat, y todos tendemos a ponernos de lado del débil, la fuerza no determina la razón, pero tampoco la debilidad. Esto es un rollo muy “Historias de Filadelfia”.
Si se hubiera atacado a un forero que no fuese moderador de la manera y con los argumentos usados contra Mr. Jones desde la moderación no se habría permitido, seguro.
No, este post no va de homenajes, ni es un grito contra la mezquindad.
Estos posts tienen mucha bilis servida en bandeja de plata, porque sueltan una consigna y si la gente se adhiere a la parte noble de sus argumentos enseguida intentan convertir esas simpatías en munición para fusilar a alguien, el dame un par de "likes" y linchamos a un compañero no mola nada.