AB2.- Pues ... no sé. Llevarán. De todas formas, cuando quieras un reloj bueno, de acero auténtico, me avisas.
AB1.- Y bien de precio?
AB2.- Hombre, al precio que los vendía éste no. Pero es que los que yo te consigo son chinos, pero chinos de verdad. Que los que llevaba el chaval éste vete tú a saber dónde los hacen. Los que yo te digo son chinos auténticos.
AB1.- Y con la maquinaria Seiko? (
ostras, qué pesao con lo de Seiko, pensé; le voy a dar la dirección de uno de nuestros mercantes, porque éste es candidato para un Monster ya)
AB2.- Eso no te sé decir. Pero van muy bien. Y son de acero de verdad, y exactos, exactos. Que tú coges un Rolex de los de joyería y uno de estos que te digo, y no los distingues. Pero, oye, escucha: con cristal de cuarzo
🙂
bt:

y todo, eh!, que eso no se te raya en la vida...
AB1.- Joder, y cuánto?
AB2.- Ah, eso es otra cosa. Unos 180€ o algo menos a lo mejor, pero ... cuidao eh, chinos, chinos. Tengo yo un Omega en casa ... no te lo traje. Te lo voy a traer mañana y lo ves. Eso sí es un reloj, macho.
AB1.- Pero Omega de verdad?
AB2.- No te estoy diciendo? De estos chinos. Pero, ojo, de calidad y automáticos de ésos, que te olvidas de la pila y todas esas historias.
AB1.- Joder, pues has de mirarme uno, que tengo ganas de un reloj en condiciones.