6aly
Habitual
Sin verificar
Últimamente, no paro de oír en TV, una que otra pedrogullada, las más originales han sido estas.
Ducharse en pareja, para ahorrar agua y gas, o electricidad.
Incrementar el número de amantes, para ahorrar en calefacción.
Pero la mejor de todas, la que me dijo un compañero jubilado, que al contrario que el cura del pueblo, esta flaquito, flaquito, y como lagartos al sol, compartimos el calor del sol de la mañana, que es gratis de momento, sentados en un banco del parque, eso si no le damos de comer a las palomas que son muy marranas.
Al preguntarle como llevas lo de la subida del coste de la vida, pues bien me dijo, no te ha afectado la subida de los precios de la cesta de la compra, pues claro, pero ya encontré la forma de alargar la pensión, sorprendido le pregunte como lo haces, pues el día que almuerzo no como, y el día que como no almuerzo, y el día que meriendo, no ceno y el día que ceno no meriendo.
Esto me recordó, a mi infancia, y la cartilla de racionamiento, y la leche en polvo, y a lo que me decía mi padre, flaquito, flaquito, un día al ir a bautizar a uno de sus hijos el cura gordo, gordito, recrimino a mi padre que no fuera a misa, los domingos, a lo que mi padre le contesto tengo que trabajar, hombre si el domingo es el día de descanso del señor, sí, pero mi familia también comen los domingos, y otra anécdota que me explicaba fue que, tras acabar la guerra, el ganador de la contienda, al dirigirse a la nación, dijo a partir de ahora nadie sé ira a dormir sin haber cenado, y eso que entre la multitud se oyó la voz de un niño, que decía señor, señor, yo llevo varios días que me voy a la cama sin haber cenado, y el señor le contesto, pues el día que no cenes no te vayas a dormir.
En fin visto lo visto, no va a tocar repetir la historia, de las colas del hambre, como esto no cambie.
Ducharse en pareja, para ahorrar agua y gas, o electricidad.
Incrementar el número de amantes, para ahorrar en calefacción.
Pero la mejor de todas, la que me dijo un compañero jubilado, que al contrario que el cura del pueblo, esta flaquito, flaquito, y como lagartos al sol, compartimos el calor del sol de la mañana, que es gratis de momento, sentados en un banco del parque, eso si no le damos de comer a las palomas que son muy marranas.
Al preguntarle como llevas lo de la subida del coste de la vida, pues bien me dijo, no te ha afectado la subida de los precios de la cesta de la compra, pues claro, pero ya encontré la forma de alargar la pensión, sorprendido le pregunte como lo haces, pues el día que almuerzo no como, y el día que como no almuerzo, y el día que meriendo, no ceno y el día que ceno no meriendo.
Esto me recordó, a mi infancia, y la cartilla de racionamiento, y la leche en polvo, y a lo que me decía mi padre, flaquito, flaquito, un día al ir a bautizar a uno de sus hijos el cura gordo, gordito, recrimino a mi padre que no fuera a misa, los domingos, a lo que mi padre le contesto tengo que trabajar, hombre si el domingo es el día de descanso del señor, sí, pero mi familia también comen los domingos, y otra anécdota que me explicaba fue que, tras acabar la guerra, el ganador de la contienda, al dirigirse a la nación, dijo a partir de ahora nadie sé ira a dormir sin haber cenado, y eso que entre la multitud se oyó la voz de un niño, que decía señor, señor, yo llevo varios días que me voy a la cama sin haber cenado, y el señor le contesto, pues el día que no cenes no te vayas a dormir.
En fin visto lo visto, no va a tocar repetir la historia, de las colas del hambre, como esto no cambie.
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