Pues claro que no, ni lo oirás jamás...
Por cierto, sin faltarte parte de razón y con todos mis respetos, pero no es lo mismo conducir un Seat 127 que un Mercedes S500, como tampoco es lo mismo comer un mendrugo de pan que una rica paella, como tampoco es lo mismo vivir en una chabola que en una hermosa villa al lado del mar, como tampoco es lo mismo ir oliendo a 'eau de cincity' que a 'escribe la colonia que más te guste', como tampoco es lo mismo irte a veranear en tienda de campaña al parque del Retiro que a un bungalow de madera a orillas de un lago canadiense, como tampoco es lo mismo escribir una carta con un BIC que con una estilográfica (de la marca que más te guste), como tampoco es lo mismo visitar una pinacoteca como El Prado que otra como la Royal National Gallery de Edimburgo (con todos mis respetos hacia los escoceses), como tampoco es lo mismo mirar la hora en un Casio de plástico que en un Breguet...
Por supuesto que con ambas opciones llegas al mismo sitio, llenas la panza con el mismo volumen, estás resguardado de la misma lluvia, camuflas el olor a sobaco con la misma eficacia, tu mente y tu cuerpo van a descansar igual, vas a plasmar sobre el papel los mismos pensamientos, vas a entretenerte observando pinturas, y te enteras de la hora de la misma manera... Pero hay 'algo' que me dice que no se disfrutan de la misma forma los dos extremos. Por supuesto que hay gente que 'se conforma' con cosas de un nivel inferior en el aspecto que sea de la vida, pues si no apaga y vámonos, pero eso no oculta la evidencia de las cosas amigo mío... Una cosa es que uno esté agusto con su Casio de plástico, y otra que te venga a decir, con lo mayorcitos que somos, que no quiere un Rolex si se lo regalan porque prefiere seguir mirando la hora en el Casio, aunque sólo sea para guardarlo en su casa (y si este caso se da, 'algo extlaño aquí', como decía el famoso Peter Sellers en la película 'Un cadáver a los postres')...
No digo que todos tengamos que tener los mismos gustos y preferencias en la vida, y que todos por necesidad prefiramos un Mercedes a un Seat aún teniendo el dinero para comprar el primero, o llevar un Rolex (que por cierto no es mi favorito, es sólo un ejemplo) a un Casio o etc, etc, etc, pero vamos, hay cosas de perogrullo y habría que ver a ese hombre que te dijo aquello de que para qué quería un Mercedes si en su Seat 127 llegaba 'igual' de agusto al mismo destino, qué haría si le tocase la lotería...