Yo creo que aficiones no son caras (no todas, al menos, que no es lo mismo coleccionar relojes que coleccionar Pateks), lo son las obsesiones.
Hay gente con una bicicleta sencilla que no perdona su salida ni en el día más lluvioso.
Hay cazadores con escopetas antediluvianas…
Hay aficionados a la fotografía con cámaras sencillas…
El problema es cuando nos flipamos y “necesitamos” o queremos auto justificarnos en nuestro gasto.
Al monte se puede ir sin una bici de 6.000 €
Se pueden hacer fotos sin una Leica…
Y puedes cazar con la escopeta de tu abuelo.
Y con los relojes, puedes ser aficionado con swatches, con vintages de 30 €, desmontando calibres baratos…
Pero claro, si pensamos que para ser un “auténtico aficionado” hay que tener… X…, o que “no se puede ser aficionado sin…”
Pues es otra cosa.
Saludos!
El problema es que ahora no puedes conseguir lo mismo que antes por el mismo dinero.
Es decir, con el tema de las bicis por ejemplo (lo conozco porque soy aficionado). Si eres un aficionado medio, que te gusta salir los fines de semana, hacerte tus kms, tus rutas, tus subidas y de vez en cuando apuntarte a una marcha cicloturista tipo "gran fondo", obviamente no necesitas una bici de 10.000€, pero tampoco vas a ir con una carraca del Decathlon de 300€, si no con algo "medio". ¿Qué ocurre? Pues que ahora una bici de gama media cuesta esos 6000€,con suerte y dependiendo de la marca puedes pillar algunas por 4000€, cuando hasta hace unos años una bici de 4000/6000€ era gama alta. Los precios han subido una barbaridad en todos los ámbitos.
Antes de la pandemia me quise comprar una bici nueva, porque la que tenía estaba ya bastante cascada. Mi intención era pillar una bici del mismo segmento y gastarme lo mismo más o menos, unos 1500€, que era el precio de las bicis de gama baja. Pues bien, me dijeron ni de coña, que una bici más o menos como la que tenía me iba a costar mínimo 3000€. Al final terminé pillando una de segunda mano, mejor que la que tenía y más barata.
De todas formas, creo que no son comparables este tipo de aficiones con la relojería: una bici, una escopeta, una cámara de fotos, una caña de pescar... Son herramientas a las que les das un uso determinado (a veces bastante intenso), y es en función de ese uso cómo tienes que valorar lo que necesitas. En cambio, un reloj raramente le damos ese uso, lo admiramos, vemos la hora, si acaso lo mojamos, pero poco más.