El mundo del coleccionismo (de las inversiones, más bien), está desatado porque hay un tsunami de dinero en busca de destino.
En cuanto a las burbujas... todos tenemos derecho a nuestras opiniones, y yo creo que la hay, y grande, al igual que la hay en los automóviles clásicos:
https://www.diariomotor.com/2015/05/05/especulacion-burbuja-coche-clasico/
Lo, en mi opinión, peor de esta situación es que al socaire de lo que ocurre con los relojes de inversión, el mundo de los vintages populares se está disparando de precio, y se está intentando colar cagarrutas de cabra a precio de caviar. En esa misma subasta de la que estamos hablando hay varios lotes desiertos cuyos precios no están muy lejos de los precios que podrían encontrarse en anuncios de ebay, o de watchrecon, por piezas muy inferiores. Al igual que en cualquier burbuja de origen financiero, las manos fuertes atesorarán las mejores piezas que salgan, pagando cantidades excesivas en ciertos casos, en el entendimiento de que antes o después los precios se desplomarán, pero posteriormente volverán a subir. No obstante, el juego de esas manos fuertes consiste en distribuir las baratijas entre las gacelas, y conseguir que se pague una fortuna por esas baratijas.
No hay que ser un lince (yo desde luego no lo soy) para darse cuenta de que incluso en el escalón del pequeño coleccionismo internacional de bloggers y foreros hay gente que, lícitamente, está acaparando las mejores piezas que encuentra a precio razonable, y está distribuyendo las piezas de menor valor en un mercado que hasta hace nada de tiempo parecía que tragaba todo.
Tal y como yo lo veo es una partida de sillas musicales, en la que la música cada vez suena más rápido, los participantes están rotando sus relojes a precios cada vez más altos entre ellos, y al final, cuando la música pare, todos habrán pagado por las piezas que tengan en su poder más de lo que podrán obtener a partir del momento en que la música pare. Eso, para mí, es una burbuja, sea de tulipanes, de acciones de empresas punto com, de automóviles clásicos o de lo que sea.
Por supuesto, si alguien ha participado en ese juego de sillas musicales desde el principio, y al final acaba pagando de más por el Patek, no llorará mucho. Hasta llegar al Patek habrá multiplicado varias veces su inversión inicial y al final de la partida tendrá una pieza exclusiva que antes o después acabará recuperando su valor (o buena parte del mismo). Es lo que pasó con los Omegas después de la subasta Omegamanía.
Otra cosa serán los pobres diablos (entre los que podría encontrarme yo) que crean que esto no es una burbuja, sino una subida sana de precios, y se encuentren con cajas de morralla, pagada a doblón, en el momento en que la burbuja se pinche.
Por supuesto, esto es simplemente mi opinión personal, y puedo estar absolutamente equivocado. También podía estar equivocado hace meses, cuando afirmé que la evolución de los precios de los relojes nuevos estaba haciendo peligrar el mundo de la relojería y hubo gente que me dijo que las casas relojeras cobran lo que cobran porque pueden y porque tienen grandes gastos en intangibles. Efectivamente, eso es cierto, y ni lo discutía entonces ni lo discuto ahora. Mi postura es que todo tiene un límite y que superado ese límite, las subidas libres acaban en hostiones cadavéricos, al estilo de los del Coyote en los dibujos del correcaminos.