Quizás no haya nadie descendido a lo elemental, porque los aditamentos bastan, por variados, para deducir, despojándolos, las condiciones básicas a las que remite la definición de reloj.
En definitiva es una máquina de medir el tiempo.
Y máquina, es todo artiulgio que presenta por razón de su movilidad, activa o pasiva, una información que permite identificar la diferencia temporal entre cualquier momento del día y un momento de referencia.
Normalmente el índice de referencia en máquinas activas es el de las 12 de la noche*, momento del cambio de fecha. Y en máquinas pasivas, la referencia se da con respecto a las 12 del mediodía**.
* es un valor arbitrario, tomado y aceptado, por ejemplo, la hora legal.
** es un valor objetivo derivado de la posición del sol en el cénit.
Por tanto las máquinas que utilizan información con respecto a un índice de valor arbitrario (varía objetivamente en cada punto de longitud distinta en todo el globo terráqueo), muestran diferencias con las máquinas de observación pasiva.
La información de las máquinas activas puede darse mediante lectura digital en las muy avanzadas tecnológicamente, basadas en la captación de generadores de frecuencias estables. Y también mediante lectura analógica -a través de unas saetas dispuestas de forma concéntrica o separada en una superficie, habitualmente protegida o alejada de riesgos de ser alterada, en la misma tecnología, o basada en una actividad derivada de movimientos acompasados generados por un mecanismo de alternancia.
También es posible definirlo así: "Pué ezo que yebaba er payo, y que ze lo afané y me dieron doziento euro".
Elegid. No se puede coger solo una. (Perdón, dije... mejor digo tomar solo una).