Danichrome
Milpostista
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Buenas. Un hilo quizá irrelevante, pero necesitaba expresar esto aquí.
Japón, Tokyo, un sábado a las 10 de la mañana. Estaba dentro del tren de la linea Jr Chuo Sobu, llegando a la estación de Kichijoji.
Este lugar no es precisamente el campo, ya podría considerarse casi centro, y está zona es pija, exclusiva, y aquí hay mucha actividad a esta hora. El tren está repleto de gente de todas las edades. Miro a mi alrededor y ni una sola persona con reloj aparte de mi. Dos o tres engendros de Apple, eso sí. Claro, para mirar las notificaciones del line. Salgo del vagón. La estación está llena, la calle igual. Observo. Montones de personas en manga corta aún se me cruzan. Veo a uno con un G-Shock y a un anciano con un cuarzo barato. Y la cosa acaba ahí. Me siento como el único pardillo en el mundo con su reloj automático. Y como un auténtico imbécil por haber gastado tanto tiempo y energía en restaurar un orient de los años 70 que ahora parece nuevo y que parece que solo existe para mí. Busco con ansia alguien con reloj, ya no vintage ni algo especial. Un simple cuarzo, un Casio... Cero.
Supongo que será algo global. Y que no os engañen: en Japón nadie usa reloj aparte de los oficinistas trajeados y los de las inmobiliarias, para quedar bien ante los clientes y/el jefe. Y nada más. Cero.
No conozco a nadie de mi círculo familiar ni de amistades, sea de la nacionalidad que sea, que tenga reloj. Hace poco me presentaron a un chico colombiano, le comenté que restauro y le mostré uno y me miró como a un bicho raro.
Esto se muere, amigos.
Japón, Tokyo, un sábado a las 10 de la mañana. Estaba dentro del tren de la linea Jr Chuo Sobu, llegando a la estación de Kichijoji.
Kichijōji - Wikipedia
en.m.wikipedia.org
Este lugar no es precisamente el campo, ya podría considerarse casi centro, y está zona es pija, exclusiva, y aquí hay mucha actividad a esta hora. El tren está repleto de gente de todas las edades. Miro a mi alrededor y ni una sola persona con reloj aparte de mi. Dos o tres engendros de Apple, eso sí. Claro, para mirar las notificaciones del line. Salgo del vagón. La estación está llena, la calle igual. Observo. Montones de personas en manga corta aún se me cruzan. Veo a uno con un G-Shock y a un anciano con un cuarzo barato. Y la cosa acaba ahí. Me siento como el único pardillo en el mundo con su reloj automático. Y como un auténtico imbécil por haber gastado tanto tiempo y energía en restaurar un orient de los años 70 que ahora parece nuevo y que parece que solo existe para mí. Busco con ansia alguien con reloj, ya no vintage ni algo especial. Un simple cuarzo, un Casio... Cero.
Supongo que será algo global. Y que no os engañen: en Japón nadie usa reloj aparte de los oficinistas trajeados y los de las inmobiliarias, para quedar bien ante los clientes y/el jefe. Y nada más. Cero.
No conozco a nadie de mi círculo familiar ni de amistades, sea de la nacionalidad que sea, que tenga reloj. Hace poco me presentaron a un chico colombiano, le comenté que restauro y le mostré uno y me miró como a un bicho raro.
Esto se muere, amigos.
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