Intentaré ser lo más aséptico posible, porque quiero respetar todas las posturas (y desde luego es mi sola opinión, tan válida o cuestionable como la de cualquier interviniente). Creo que hay varios responsables de la situación actual, que por otra parte no es nueva.
- El fabricante, empeñado en diversificar su oferta y por tanto colocando al distribuidor modelos que no le ha pedido. Pueden ser de oro, mixtos, con piedras o sencillamente colecciones no-calientes. Hay más, pero lo comentaré luego.
- El distribuidor, que necesita rotar stock para que no se lo coma el inmovilizado. Y como no puede sacarlo con la celeridad que le exige el fabricante (para enviarle más unidades) acaba haciendo "lotes" que contienen "caramelos" en forma de piezas calientes que le compra el comerciante profesional.
- Éste, que se mueve en ferias internacionales, "coloca" los relojes poco demandados en el mercado asiático, por ejemplo (esto es, en las ferias se lo vende a quien haga negocios allí). Estas piezas se venden por debajo de etiqueta, y a veces al coste del propio comerciante porque de donde va a sacar beneficio es de esos "caramelos" que de alguna forma "se ha ganado".
Y aquí es donde vuelve la responsabilidad del fabricante, porque aplica el viejo truco del marketing de vender escasez por exclusividad. Es decir, independientemente de su propia capacidad fabrica por debajo de la demanda, de manera que ésta entra en una espiral alcista que hace que a los comerciantes les salga a cuenta comprar los paquetes variados que acuerdan con los CO. El primero fue -vamos a poner nombres- Rolex con su Daytona, le siguió Patek con el Nautilus y se acaba de apuntar Omega con los nuevos Speedmaster. Desde luego que las listas se han ampliado con más modelos en todos los casos, pero estos son los que dieron origen a todo.
Lo peor de todo es que los fabricantes son perfectamente conscientes de la situación, lo que a mi modo de ver convierte ciertas actitudes en fariseas cuando la solución pasaría, no por fabricar más unidades de modelos calientes, sino por no presionar innecesariamente a su red saturándola de modelos que nadie quiere. Si el CO no ve una ventaja en venderle a un profesional (y doy por supuesta su honestidad y que venderá como máximo a PVP) va a preferir venderle a un particular, a quien a la larga puede fidelizar y venderle -por ejemplo- joyas, que ahí si tiene negocio que hacer.
El comprador final que paga sobreprecio es el catalizador que sustenta todo lo anterior, sin él se hunde el tinglado. Pero cada uno hace lo que estima oportuno con su dinero, y a la vista está que a alguno le sobra.