Pues respondiendo a la pregunta que abre el hilo, no tengo ni idea de lo que le pasa a los precios de Seiko, ni de ninguna otra marca, porque no tiene explicación. Lo que sí sé es lo que me pasa a mí.
El año pasado entró en la caja un sólo reloj, y de cuarzo, y fué después de tomar dos copazos en mis días de vacaciones, encontrándome completamente "relajado" y viendo la vida en colores. Fuera de ese bendito periodo, y a pesar de disponer de un remanente jugoso por si surgía una "eventualidad relojeril", el 2022 fue como os cuento. ¿Porqué?
Creo que, básicamente, se debió a que mi dinero no está para nada que no sea original, o que me emocione, y en cualquier caso que milite en un precio "razonable" que me pueda permitir. Me considero un tío que, más o menos, está al tanto de lo que se cocina en los segmentos de acceso y las gamas medias y, mira tú por donde, casi todo lo que veo me parece igual, o no aporta nada a lo que ya tengo. Nada el año pasado despertó ese deseo de compra, que es más emocional que lógico (bueno, miento, anduve en un tris de pecar con un Delma Quattro).
Por ello mi impresión es que Seiko, y muchas más, no sólo suben los precios, sino que se repiten como el ajo, en el segmento de precios que me puedo permitir.
Por otro lado, puesto a gastar una determinada cantidad de dinero en un reloj, no pretendo que se revalorice, ni que me sirva de plan de pensiones, pero ya tampoco paso porque pase a valer, como bien tangible, sensiblemente menos (razón ésta última por la que no adquirí el Delma que os comentaba). Y ese es el panorama: más caro, menos originalidad, y/o devaluación probable. En pocas palabras, no me sale a cuenta soltar la pasta. Ni me emociona, ni me sirve como refugio ni me aporta nada nuevo.
Pero, evidentemente, este es el punto de vista de aficionado nivel "tieso", y como habéis comentado algunos, bien poco les importa o les afecta a Seiko, y a todas las demás. Han dado con la clave de obtener beneficios vendiendo menos cantidad, a precios mucho mayores, a muchas menos personas. Todo un síntoma de lo que está por venir, en todos los sectores, empezando por el lujo y siguiendo por lo que ahora consideramos cotidiano, o básico, que se convertirá en lujo.
Saludos.