Hola amigos:
Un reloj es sobre todo una pieza de precisión. La precisión se mide a lo largo del tiempo. El Moonwatch, por ejemplo, tuvo que vérselas para sincronizar momentos críticos en viajes espaciales. Y la precisión no es cronometrar el tiempo de una "100 metros".
Me llama la atención que entre vosotros hay muchos, y sois muchos que además de no mantener los automáticos en movimiento, aseguráis que no ponéis el calendario -o peor, os sobra- porque cambiáis a diario de reloj. Y alguno ha dicho -lo ha dicho, que lo sé, que está escrito- que no sabe si el reloj le adelanta o atrasa porque cambia de la hora de levantarse a acostarse y alguno al mediodía pilla otro.
Esto para mí, es una contradicción en sus propios términos.
Del modo que no comparto la acumulación de obras de arte archivadas como si fueran libros (visibles solo por el lomo) en un sótano, con ánimo de tener, pero no de disfrutar su vista.
Yo, que opino personalmente, creo que una colección debe ser operativa y activa. O pasiva y con plásticos -que también vale a otros efectos-.
Pero pagar un dinerazo por relojes cuya característica esencial para quien los usa doce horas o menos una vez a la quincena, es el orgullo de llevar una marca cara exhibiendola con cierta ostentación, supone que son meramente objetos decorativos. (Mi vecino ni los pone en hora, solamente los lleva según la ropa, y creo que no es del foro). Por ello, yo entiendo que los relojes son instrumentos de precisión y solo se manifiesta esa precisión por el resultado.
Me da igual que sean caros o baratos.-hombre, que no me da igual, entiéndase- pero lo importante es que sean precisos, que cumplan su función y que la cumplan a lo largo del tiempo.
Acepto que seais muchos, auténticos "acaparadores" de relojes, que en su nivel es como tener 19 deportivos de más de 600 caballos cada uno. ¿Se disfrutan? Pues eso, aunque cada cual hace lo que quiere con lo suyo, también cada cual tiene su opinión sobre las cosas. Incluso sobre las cosas de los demás. (Y por cierto, nunca he sido de los de "uniforme" de pensamiento, de ropa, de afición, de amigos, ni de forma de vida, ni me he dejado llevar por "casi" nadie -no exageremos- por lo que debe entenderse que mi forma díscola de pensar es consecuencia de mi forma crítica de ver la vida, y no a las personas que forman parte de mi entorno, a las que respeto con todo mi cariño, aunque voten lo que yo no voto, tengan lo que yo no tendría o hagan lo que yo no quiera hacer).