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The Beater Man
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Todos los aficionados a los relojes tenemos muchas piezas. Unas van y otras vienen, muchas veces sin dejar huella en nuestra caja ni corazón, de manera que cuando salen de partida a otros hogares y muñecas no nos afecta demasiado y suplimos la pérdida con la nueva adquisición.
Sin embargo, todos tenemos una o varias piezas que sabemos que nunca saldrán porque forman parte de nosotros. Quizás es un regalo de alguien querido; podría ser el fruto de muchos años de ahorro y esfuerzo; o una herencia del padre o abuelo que se luce orgulloso de vez en cuando.
¿Cuál es ese reloj especial?
En mi caso y a pesar de tener otros de más calidad y precio, se trata de mi Tag Heuer Aquaracer. Me lo regaló mi mujer hace ya 16 años y durante muchos fue el único que llevé. Luego me entró la fiebre y quedó en el banquillo en demasiadas ocasiones. Nunca lo venderé porque sería como vender una parte de mi y traicionar los buenos recuerdos que tengo con él, sin contar que mi mujer me mataría
Y es que ser leal no está pasado de moda.
¿Y los vuestros?
Un abrazo a todos.
Sin embargo, todos tenemos una o varias piezas que sabemos que nunca saldrán porque forman parte de nosotros. Quizás es un regalo de alguien querido; podría ser el fruto de muchos años de ahorro y esfuerzo; o una herencia del padre o abuelo que se luce orgulloso de vez en cuando.
¿Cuál es ese reloj especial?
En mi caso y a pesar de tener otros de más calidad y precio, se trata de mi Tag Heuer Aquaracer. Me lo regaló mi mujer hace ya 16 años y durante muchos fue el único que llevé. Luego me entró la fiebre y quedó en el banquillo en demasiadas ocasiones. Nunca lo venderé porque sería como vender una parte de mi y traicionar los buenos recuerdos que tengo con él, sin contar que mi mujer me mataría
Y es que ser leal no está pasado de moda.
¿Y los vuestros?
Un abrazo a todos.