Pero,
@jmnav , explica más detalladamente tu opinión sobre lo que dice la 2281 y lo que hacen las marcas (no sé cuáles concretamente) con ella, porque a lo mejor estáis discutiendo a lo loco por un malentendido.
Y a mi también me interesa lo de la 2281.
Bueno, respecto a lo que, en mi opinión, "deberían ser" los relojes de buceo por lo que se refiere a sus límites de resistencia a la profundidad, me remito a lo que ya he escribí:
https://relojes-especiales.com/threads/¿cómo-sería-la-resistencia-al-agua-si-solo-eso-es-lo-que-importara.522712/post-6716682
Y por lo que respecta a la ISO-2281, podría decir que es un caso de los de
"no tengo pruebas, pero tampoco dudas".
Hay que retrotraerse a la misma esencia de las normas ISO. Éstas nacen sobre la premisa de que nadie mejor que los expertos para establecer un estándar viable y por eso, los comités son (relativamente) abiertos a los expertos del ramo que puedan aportar algo. En efecto, quien más tiene que decir y que ofrecer sobre cuál, digamos, es el paso de rosca más efectivo para tornillos roscachapa que aguanten tantos y tantos kilos por metro cuadrado son... los técnicos que trabajan con ese tipo de estructuras. De hecho, y contra lo que alguien ha dicho por aquí, la mayoría de las normas ISO son buenas por esa precisa razón.
Pero llega la
"ley de las consecuencias indeseadas": es cierto que a los comités de la ISO llegan los que tienen interés en que la cosas se hagan, por su propio beneficio, "de cierta manera", pero no necesariamente "de cierta buena manera" porque el interés tiene muchas caras. Yo, por mis gustos y experiencia profesional, me he fijado especialmente en dos: esta ISO-2281, sobre lo que es o no "water resistant" y la ISO-26300 (y, colateralmente, la ISO-29500) sobre formatos documentales (en los que el papel del "malo de la película" se lo lleva Microsoft).
Volviendo a los relojes, hasta cierta época, era la reputación de la marca la que avalaba las garantías de hermeticidad de sus relojes: desde este reloj ha cruzado el Canal de La Mancha con la nadadora nosequé, hasta este reloj ha bajado con el señor Picard a la fosa de las Marianas. Es la época "waterproof". Te podías fiar de que una marca de cierto renombre (sea Rolex con su Oyster, Omega con su Naiad, u otras marcas menos glamurosas sin patentes) cuando decía "waterproof" es que, salvo ejercicio profesional, no le iba a entrar agua por hacer "cosas habituales" (nadar en la piscina o en la playa y cosas así). Por supuesto, los que tenemos cierta edad nos hemos bañado con nuestros relojes waterproof Duward, Seiko, Citizen, Felsa, Cauny... ¿que alguna vez les entraba agua? ¡pues claro que sí! eran relojes que jamás veían un mantenimiento, pero eso era lo excepcional: como los accidentes, alguna vez ocurren, pero ya está. Recuerdo una publicidad, aunque no la marca (de segunda o tercera, eso seguro) que me hacía pegarme al escaparte cada vez que la veía con cinco o seis años: en el escaparate de la joyería, un reloj permanentemente en una vasija llena de agua (con burbujitas de aire para que se notase que estaba llena) con algún lema explicándonos que "ahí pa'siempre y sin problemas".
Como ya he comentado otras veces, creo que en el futuro, en los libros de Historia, 1980~81 aparecerá como un límite: el paso del capitalismo industrial al capitalismo financiero tomando como referencia la llegada al poder del dueto Tatcher/Reagan. Esto tiene mil efectos, pero uno de ellos, que llevaba fraguándose desde los años 50, (los Mad Men) afecta al modo en que se entienden los negocios (y la forma de que sean existosos). Marketing ha aprendido que ofrecer un buen producto es solo
una de las formas de hacer buen negocio (y no siempre la más sencilla, segura o con más margen) pero hay muchas más.
En este contexto, y volviendo al tema, a "alguien" se le ocurrió que los "números grandes" siempre venden, sobre todo entre el público masculino, así que en un pequeño apartado del mundo de los negocios a alguien se le ocurrió que 100m es mejor que 10m, porque 100 es un número más grande que 10 y eso se puede convertir en ventas. Pero, claro, escribir 100m en la esfera de un reloj es una cosa y
garantizar con cierta credibilidad una hermeticidad de 100m es otra distinta.
Y aquí es donde llega la ISO-2281. Como ya he dicho los estándares ISO tienen un prestigio bien ganado y una gran debilidad (los miembros de los comités tienen interés en el estándar, pero no necesariamente en que sea un "buen" estándar) que se explota en la ISO-2281. Permite poner un numero "grande" a relojes que, en la práctica, no están preparados para soportarlo: recordemos que "obliga" (y hasta esto hay que entrecomillar, porque se trata solo de una autodeclaración, sin una entidad externa de verificación) a que "algún" reloj haya estado alguna vez a la profundidad de marca durante, si no recuerdo mal, diez minutos en la versión original, es decir "bajar y subir". Tanto el tiempo de exposición como ese "algún" hace muy sencillo pasar la prueba (creo que ya en tiempos más modernos alguna micromarca publicitaba con orgullo que su prototipo había pasado la prueba... y entre líneas podía entenderse que ninguno más sería probado) y extremadamente dependiente de la QA en la cadena de producción: a un reloj, por diseño, es relativamente fácil darle un buen nivel de hermeticidad, pero si la calidad en la cadena de montaje no acompaña... todos conocemos los ejemplos extremos de ciertos relojes rusos que, cuando vienen bien, aguantan carros y carretas, pero te pueden venir sin junta, o con la tapa mal roscada.
Siguiendo con el marketing, son los reyes del "prometer hasta meter..." pero luego hay que guardarse las espaldas. La ISO-2281 es de 1990, año arriba, año abajo y yo recuerdo ver poco después la primera "tabla de resistencias reales" creo (pero no estoy seguro al 100%) que de la mano de Lotus. Sí, esa de
"30 metros quiere decir que como te laves las manos con energía igual revienta". La primera vez que la vi, aficionado ya a las "hazañas" de Comex, de Seiko... se me abrieron los ojos como platos y lo primero que pensé es
"¿¡pero a qué gilip***** se le ocurre semejante idiotez!?" y la segunda
"pues te vas a comer los mocos, colega, porque no vas a vender ni un reloj con semejantes patrañas" (aún tardé muchos años en conocer de dónde venía este asunto de las ISOs).
¡Qué equivocado estaba! En lugar de ocurrir lo que a mí me parecía obvio "¿Pero cómo se te ocurre mentir de forma tan miserable y tan descarada?", ocurrió lo planeado por los departamentos de marketing: no solo se aceptó sino que hasta los aficionados de los que se debía esperar cierto conocimiento abrazaron con fruición el nuevo 'statu quo' (alguna vez he adelantado posibles razones de que esto sea así). Hay que entender que esto fue un manejo "contra la costumbre": la mayoría de marcas bien establecidas no hicieron mucho caso, como mínimo porque estaban acostumbrados a que era el prestigio de su marca el que avalaba sus afirmaciones y porque sus diseños y líneas de montaje ya estaban preparadas para soportarlas, pero eso solo dura lo que dura y para el 2010, poco más o menos, incluso marcas como Omega ya publicaban tablas similares a aquella de Lotus de los años 90 (si al posible cliente no le importa y no me hace perder ventas, independientemente de que mi reloj aguante hasta 1000m de profundidad, si digo que mejor ni te laves las manos con él, eso que me ahorro ante posibles reclamaciones).
Afortunadamente, aunque muchas marcas de segunda fila y prácticamente todas las micromarcas se subieron al carro de la ISO-2281 "al límite", la mayoría de las grandes marcas siguieron manteniendo el criterio original "en mi declaración está mi prestigio" y he visto con agrado que, en los últimos años y quizá por la presión de pesados como yo, están volviendo a reclamarlo con cierto orgullo (de nuevo volviendo al ejemplo de Omega, ha vuelto a publicar un "donde digo digo, digo digo" a este respecto, que ya he enlazado).
En resumen:
- La resistencia de un reloj "water resistant" (los "diver's", regidos por la ISO-6425 en lugar de la ISO-2281 son una historia completamente distinta y, de hecho, un ejemplo de por qué los estándares ISO se ganaron su valor) está avalada, como siempre ha sido, por el prestigio de la marca que aparece en la esfera y, en el caso de marcas respetables, los metros que ponen en la esfera representan una valoración muy aproximada de lo que se puede esperar de ellos.
- No, no hay diferencia entre metros y atmósferas. Convencionalmente, los metros de agua se calculan con agua salada por lo que una atmósfera son casi exactamente diez metros y, ponga en la esfera metros o atmósferas, los aguantará o no los aguantará según (véase punto anterior).
- Esas mejoras a la resistencia que "se deben esperar de un reloj caro", en muchos casos... ¡ya están ahí! Vuelvo al ejemplo que he puesto a lo largo de este hilo: mi Speedmaster Mk40 es un reloj con un Valjoux 7751 en menos de 40mm de diámetro y 14mm de altura, de los que casi dos se deben al cristal abombado. Los que saben de lo que hablo también saben que solo por el calibre es muy difícil hacer el reloj más pequeño de lo que es y, aun así, con esas dimensiones, fondo y corona a presión (porque si no lo fueran agrandarían el reloj) y botones como es propio de un crono, se consiguen 30 metros "reales", en lugar de ser solo "apto para salpicaduras" como sería de esperar, debido al meticuloso diseño y la calidad de su construcción.
- No, el modo general de fallo de hermeticidad de un reloj (y esto va por tí, @galunco ) es independiente de su tara, es decir, a un 300m le entrará agua lavándote las manos más o menos a la vez que a un 30m de construcción equivalente; la cosa no va de "si al 30m le entra agua al lavarte las manos a los 5 años, el 300m me aguantará 30 años o, al menos, 15). Sobre esto no pondré la mano en el fuego, pero estoy razonablemente convencido, por comparación de los modos de fallo de cacharros semejantes.
Y ahora sí. Tomándole la palabra a
@Edertano, creo que ya no me queda mucho más que decir respecto a este tema.