Entonces es cuando aparece un ProRolex y dice que no tienes ni idea, que Rolex es lo mas. Para mi esto es el pez que se muerde la cola y hay tantos defensores como detractores, ambos con argumentos de sobra, por eso se producen estas situaciones. A veces aburridas y otras veces muy entretenidas.
Naturalmente. Lo que vienes a decir es que los fanatismos “pro” y “anti” se descalifican a sí mismos. Y en ello estamos totalmente de acuerdo.
Pero es que no está claro? ... el problema es el no poder concebir como puede tener otro una opinión contraria.
También se podría decir " a mí personalmente me la trae al pairo si hay gente que ha jurado amor eterno a Rolex, en plan Romeo y Julieta." No es posible meterse en la cabeza que lo que para uno es la panacea, para otro puede ser un robo o un engañabobos? Está justificado lo que vale un Rolex? para unos sí y para otros no, no pasa nada. Traérsela al pairo sería no defender a capa y espada ni criticar por criticar, por inercia.
De nuevo, naturalmente. ¿Es que acaso suena lo que digo como “pro-Rolex”?. No, más bien no. Lo que ocurre es que cuando se critica a tal o cual marca, se hace por un fundamento o caso concreto respecto a un supuesto particular, un problema específico, una experiencia individualmente desalentadora. Pero cuando es con Rolex, es muy curioso ver la legión no de “anti Rolex” con fundamento, sino la de enemigos jurados que prometen y perjuran que es una marca (resalto, “marca”) odiosa por no se sabe muy bien por qué, o es simplemente resultado de que un día se levantaron y se dieron cuenta de que sus modelos están “caducos”, o no son lo suficientemente bonitos o son demasiado caros, o demasiado baratos, o demasiado vistos, o demasiado publicitados, etc. etc., etc.
Por tanto, desde luego, me la traen al pairo tanto los fanáticos “anti” como “pro”. Respecto a Rolex o cualquier otra marca.
Ahora bien, hay una cosa que comentar.
NO es raro que un comentario (o hilo) positivo hacia Rolex provenga, no de un talibán autoconvencido de que Rolex es la rehostia, sino de alguien que tiene cierta experiencia con relojes, y además con relojes más caros o de igual o mayor solera que Rolex. Y estos casos son muy paradigmáticos, porque hablan de una experiencia personal que no ha sido todo lo positiva que debiera con otra marca. Y no necesariamente se debe –como muchas veces se apunta- a un problema de poder adquisitivo sino a que, por mucho dinero que se tenga, no siempre se está dispuesto a gastarlo en aquello que parece desproporcionado; es decir, se denomina "sentido común o sentido de la proporción". Y esas personas, decepcionadas por el resultado de un reloj y de una marca, que se SUPONÍA debía ofrecer un mejor rendimiento, una mejor experiencia, un mejor disfrute, siguen gustando de los relojes pero empiezan a optar por algo que les permita “saber a qué atenerse” dentro de unos márgenes más admisibles y, además, poder utilizar los relojes sin tener que envolverlos en algodón de azúcar. Y, naturalmente, las series deportivas de Rolex destacan por sí mismas en ello, por no hablar del efecto valor residual que tiene la marca (al FCV me remito).
Por tanto, no se tiene que ser un talibán de Rolex para acabar apreciando CIERTOS valores de esta marca que, en muchos casos, acaban siendo muy significativos para muchas personas. Se plantean: “bueno, no es el mejor reloj, no es la mejor marca, pero tiene unas ventajas innegables y, además, también me gusta”. Y esas “ventajas innegables” no siempre están tan claramente presentes en otras marcas. Y, por supuesto, el factor SAT está ahí. No sólo se trata de pagar una reparación, sino del tiempo que algunas marcas pueden dejarte sin reloj, que cuando vuelve a casita parece olvidado. Y no hablemos de los casos en que, una vez ha vuelto, tiene que volver a partir pronto porque ciertos calibres de ciertas marcas son conocidos por ser muy “puñeteros”.
Entonces, yo sí entiendo que haya personas que puedan decir … “visto lo visto, me quedo con Rolex –sin descartar otros modelos puntuales de otras marcas-“, y ello expresado de la forma que puedan o quieran.
¿Rebatible? Por supuesto. Se puede aducir que, por mucho que Rolex tenga ventajas innegables, otras marcas ofrecen mejores relojes y, en el fondo, es una cuestión de gustos y de dinero.
Pero ello no implica que el que hablara así esté falto de razón. Y este tipo de argumentos está muy lejos de decir “Tengo un Rolex para que la gente lo vea” o “Me gusta Rolex porque Charlize Theron llevó uno al partido de los Lakers”.
En definitiva, lo que yo veo es que hay muchas posiciones “pro Rolex” que son absurdas, pero otras no lo son en absoluto. Y, sin embargo, las posturas “anti Rolex” sí que parecen responder a posiciones extremas y raramente fundamentadas, más allá del gusto de cada cual o del caso raro donde entre un millón de unidades vendidas, una sufrió un fallo verdaderamente llamativo. Y me refiero siempre a posiciones respecto a la marca en sí, no respecto a un modelo determinado.