Asturianucu, pues ahora tengo un ratín y voy a aprovechar para contar un poco cómo funcionaba el mundo relojeril, desde el punto de vista comercial, allá por los 50s, 60s y 70s del pasado siglo.
Como ya he comentado mi padre comenzó a trabajar en Girod en 1953 y ahí estuvo hasta que cerró en 1976. El que entonces era director y propietario, Juan Girod, en cuanto vió que ganaba menos pasta, debido al auge del cuarzo, vendió todo lo que tenía en España (incluyendo su palacete de Puerta de Hierro) y, al tener pasaporte suizo, para allá que se fué, dejando a todos los empleados en la calle y sin un duro. Cosas que pasaban y pasan. Girod tenía la central en Madrid en la calle Postas y dos tiendas de lujo, también en Madrid, una en la Gran Vía (junto a Callao) y otra en Goya esquina Velázquez. No tenía sucursales fuera de Madrid. Era distribuidor exclusivo de Longines, Cyma y Titan. En los años de los que estoy hablando el reloj de lujo era Longines, seguido muy de cerca por Omega. También fué el primer distribuidor para España de Seiko (sobre 1969 o 1970) y posteriormente Hamilton.
España estaba dividida en zonas comerciales, cada una atendida por un comercial, que entonces se llamaba viajante, por eso, porque viajaban. Pero el lugar de residencia era Madrid. Mi padre hacía dos rutas: Asturias (que incluía Valladolid y León) y Galicia (que incluía Zamora y Salamanca). En cada ruta tardaba un mes, más o menos, y viajaba con muestrario, es decir, una serie de maletas que él tenía clasificadas por marca y material (oro o acero). Cada maleta estaba llena de mantas enrolladas con los relojes dentro y puedo asegurar que la maleta "Oro" (Cyma y Longines) pesaba muchos kilos, kilos de oro, naturalmente. He de decir que jamás tuvo ningún problema de robo, ni siquiera intento. Evidentemente eran otros tiempos. Al visitar al cliente, en función de lo que este necesitara, enseñaba el muestrario y el cliente elegía lo que quería y se quedaba con el género. Posteriormente se le facturaba. Por eso, si tu abuelo compró el Longines en Oviedo ese reloj pasó por las manos de mi padre. Completada una ruta volvía a Madrid, hacía todo el trabajo burocrático de inventario, reposición y facturación y a los 7 ó 10 días comenzaba la otra ruta. De manera que yo fuí, prácticamente, huérfano de padre y mi madre pues casi madre soltera. Uno de los productos que llevaba en el muestrario (tenía un nombre, pero por más que lo he intentado no he conseguido acordarme) eran Longines de señora de oro amarillo u oro blanco, redondos o cuadrados, pero solamente las cajas (con el movimiento dentro, claro) y su finalidad era crear relojes joya. No tenían ni asas para correa. La idea era que los joyeros lo utilizaran para usar su creatividad en la pulsera y adornos que considerara oportuno. Por supuesto que para hacer eso no era necesaria ninguna licencia de Longines. Eso nunca lo hizo Girod, ya que Girod jamás tuvo taller de joyería (tenía un muy buen taller de relojería para sus propias marcas). Esto te lo comento por el reloj de abuela. Yo pienso que la joyería de Oviedo compró una de las piezas que te he descrito y el joyero lo completó a su gusto (pulsera, adorno de oro blanco o platino y brillantes, supongo que oro blanco porque el platino es muy difícil de trabajar). Longines también vendía( regalaba) el icono de Longines en oro blanco o amarillo para poner en el cierre de la pulsera que realizase el joyero. Algo similar a este que fué regalo de mi padre a madre allá por 1964
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También conservo el reloj de mi padre, Longines naturalmente, que es un Flagship de 1957. Primero va el anverso y luego el reverso
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Perdón por el pedazo de tocho pero creo que puede servir para satisfacer la curiosidad de algunos.
Si quieres que te aclare algo más no tienes más que decírmelo.