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Hilo General RE SE V

  • Iniciador del hilo cronos fugit
  • Fecha de inicio
Estado
Hilo cerrado
  • #751
Lo siento pero tengo que protestar porque los que presentaron diseños han tenido ventaja sobre mi que no presenté ninguno.

Es de coña y espero que nadie se lo tome mal, me suelo dedicar al sarcasmo porque el asesinato es ilegal.

Vamos a lo que vamos, si os apetece.
Solo si te descubre la policía.
 
  • #752
A ver que está claro que no hay brujas y no creo que haya ningún tipo de favoritismo, pero creí leer una norma de que no se pueden presentar dos diseños del mismo proyecto y eso pués puede dar lugar a interpretaciones, y la del compañero Mariomart pués es una de ellas, que al fin y al cabo esto está para opinar.


Eso si, quizás a estas alturas sea tarde para estas cosas, y no es fácil tomar decisiones perfectas, que bastante hacen los administradores, hay cosas que se hagan como se hagan siempre darán lugar a debate.

A ver si pare mañana, que cómo venga de culo y haya empate.... esa es otra.
 
Última edición:
  • #753
Eso es lo que hice. Me gustó más la Penzinha, pero voté por Avant porque odiaba la aguja mono. Si a la gente le gusta la aguja mono, ¡podrían comprar el modelo Lush que nadie usa!
pero eso de monoaguja puede pasar con cualquier version. Es algo que se vota a posteriori.
 
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  • #754
but that mono-needle can happen with any version. It is something that is voted on afterwards.
This is just my opinion, do not argue with anyone. I understand that the final product will differ in some respects from the original proposal. I feel like Avante Garde is a more realized idea, there may be minor changes here and there, but suddenly switching to 1 hand or 24 hours seems unlikely to me.
Penzhina's proposal, on the other hand, is more vague. I guess the general concept is "a watch with a tidal bezel". Beyond that (and even that could change I guess) I'm not sure how it could end up looking like. Quizás eso sea parte del atractivo de la elección de Penzhina.
 
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  • #755
Seguimos en ello….

…. vaya suspense verdad?

:laughing1:
 
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  • #757
Seguimos en ello….

…. vaya suspense verdad?

:laughing1:
Y menos mal que cualquiera de los dos me encanta. Me imagino mis uñas si hubiese uno que me gustara y otro que no.
 
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  • #758
Y menos mal que cualquiera de los dos me encanta. Me imagino mis uñas si hubiese uno que me gustara y otro que no.
Así llevo yo desde que inicio esto :( y luego tan cerradas las votaciones...
 
  • #759
Bueno, pues no queda otra que tomar la clásica solución salomónica….(no, no vamos a hacer un mix)
Dada la igualdad entre dos modelos impresionantes, hemos decidido que se harán los dos… pero cada uno a su tiempo…:flirt:

Vamos a explicarlo, este año se elegirá uno de los dos y se desarrollará como en rese previos… pero como no nos decidimos, el azar será el encargado:
Asignemos a Miguel del 0 al 4
Y a Forno del 5 al 9

cojamos el cupón diario (cuponazo) del 29 de octubre… y su última cifra nos dará el modelo que se realizará en primer lugar (que no el ganador ojo…)

y si… el Otro será el rese 6, eso si… paciencia please…

y para terminar, se que existen otras opciones, seguro que algunas mejores, pero esta es la nuestra.

Como el hilo de la elección se cerrará, creo más adecuado poner aquí mi opinión:

Además de salomónica, me parece una idea genial, ya que no puede haber mayor igualdad. Lo único que cambiaría es que, en vez de RESE V y RESE VI, sean los dos RESE V (p.e. RESE V 1 y RESE V 2); aunque diferentes entre sí, los dos han salido de la misma hornada y sería otra forma más de remarcar lo especial y diferente de esta edición.
 
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  • #760
... buenas, camaradas... vamos a amenizar un poco la espera...

Vostok Pénzhina 2022 - Escena-Temp0005.jpg


... esta misma imagen la tenéis en 4k pinchando AQUÍ...

... la bahía gaditana es un lugar emblemático para todo aficionado a la relojería en nuestro país... allí se encuentra el Real Observatorio de la Armada... y entre sus funciones, determinar la hora oficial de España...

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... en la hermosa bahía gaditana también encontramos el Instituto Hidrográfico de la Marina... ubicado a escasos 15 kilómetros del ROA... y encargado de realizar la previsión de las mareas...

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... en la bahía gaditana también se encontró la Academia de Guardiamarinas, desde 1717 hasta 1867... hoy, Escuela de Suboficiales de la Armada... a unos 4 kilómetros del ROA...

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... el plan de estudios comprendía una parte teórica en la Academia y otra práctica en los buques... se estudiaba Álgebra, Geometría, Aritmética, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Artillería, Fortificación, Armamento, Construcción Naval, Maniobra, Esgrima, Música y Danza...

... para ingresar en la academia se exigió patente de nobleza en los cuatro primeros apellidos o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán... de estudios sólo se pedía un examen de las cuatro reglas... la edad exigida se estableció entre 14 y 18 años, aunque se hicieron notables excepciones que ingresaban en el Colegio en calidad de aventureros...

... y es aquí donde hallamos una vieja historia con un grupo de nuestros amigos rusos... que por aquel entonces fueron enviados a formarse en la Academia... y huyeron como vírgenes despavoridas... :D :-P :D

ABRIMOS COMILLAS

Cuando el zar envió a sus Guardiamarinas a Cádiz en 1719

Ya pasa de 300 años (1717) de la creación en Cádiz de la Academia de Guardiamarinas por José Patiño, que supo elevar la Marina de España a la categoría de Ilustrada. Esta academia supuso un referente para Europa, de forma que a ella vinieron, dos años después de su fundación, unos aspirantes llegados del frío.

El Zar obsesionado con el mar

Desde su infancia el futuro Pedro I había mostrado dos particularidades que le acompañarían toda su vida: sed de conocimiento y atracción por el mar. Ya en su juventud se impone como misión sacar a Rusia del aislamiento prolongado y dada la dificultad geográfica, pone la mirada en el mar y apuesta por la mejora de la Marina Rusa con la mirada puesta en Europa.

En 1696, Pedro I se convierte en el nuevo Zar de todas las Rusias. Dentro de las primeras decisiones que toma está la de realizar en ese mismo año la Gran Embajada, es decir, un viaje por Europa. Entre sus 250 integrantes, un tal Piotr Mijailov, el pseudónimo con el que viajará de incógnito Pedro el Grande.

La Gran Embajada formaba parte del anhelo de conocimiento del Zar, de hecho en Ámsterdam, en su afán de aprenderlo todo sobre la construcción naval, se hace aprendiz de carpintero de ribera en un astillero. En lo político, la Gran Embajada tenía un objetivo concreto y específico: despertar el interés de las naciones occidentales por formar una alianza con Rusia contra los turcos.

Regresa a Moscú el 5 de septiembre de 1698; su viaje le permitió acumular conocimientos en diversos campos, pero el desarrollo de su campaña diplomática había sido desesperanzadora.

Después de su viaje a Europa occidental busca europeizar a sus súbditos, cambiando usos y costumbres. Hizo afeitarse las barbas y prohibió el pelo largo. Desarrolló la educación traduciendo libros extranjeros y mandó estudiar a otros países a lo más selecto de su sociedad.

Los éxitos militares de Pedro el Grande se debieron a la modernización del ejército ruso al estilo occidental, dotándolo de conocimientos tácticos actualizados, entrenado y equipado.

Todas las innovaciones del Zar se proyectan sobre una ciudad nueva: San Petersburgo, la ventana a Europa. Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en mayo de 1703, en un desafío a la naturaleza, con la intención de convertirla en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental creando un nuevo centro de poder alejado de Moscú.

En San Petersburgo fundó el Museo Naval Сentral en enero de 1709, partiendo de su colección particular de maquetas de barcos de la Armada Rusa. Es uno de los mayores del mundo.

Guardiamarinas: de la blanca estepa a la blanca salina gaditana

Pedro envió al extranjero en el año 1697 a 58 nobles rusos que viajaron hasta Venecia para estudiar las Galeras y a Inglaterra y Holanda con objeto de familiarizarse con los grandes navíos. Constituyen el primer grupo de rusos formados como marinos de guerra fuera de sus fronteras pero habría más y vendrían a España.

En 1717 se fundó en Cádiz la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas. Se ubicó en el barrio del Pópulo. Los alumnos se alojaban en casas particulares hasta 1719; a partir de esta fecha se inauguró un edificio propio con la finalidad de reagruparlos, si bien la enseñanza continuó impartiéndose en el «Castillo Viejo».

Poco se sabe de la fundación de la Academia de Guardiamarinas, pues la Secretaría del Despacho de Marina estaba en el Alcázar de Madrid y en el incendio de 1734 ardieron todos los papeles de su archivo.

Después de establecida la Academia, el Zar Pedro el Grande de Rusia envió a Cádiz 22 jóvenes aristócratas con objeto de formar la plantilla de la Armada de su país. Llegaron a Cádiz el 5 de julio procedentes de Málaga en donde desembarcaron. Los asientos en el libro de guardiamarinas datan del 15 de agosto de 1719.

El objetivo del plan de estudios era familiarizarse con las cartas náuticas e instrumentos de navegación, aprender sobre construcción naval, hacer millas navegando y participar en combates navales reales. Si el Zar envió a Cádiz a sus marinos lo hizo con el convencimiento de que la Marina Española en ese momento era lo más puntero del mundo, el mejor lugar para formarse, tanto académicamente en la escuela como en los duelos en la mar, en los que a España nunca le han faltado enemigos con los que batirse, sin duda el entrenamiento ideal para lo que el Zar buscaba en su Marina Imperial.

No les fue bien el Erasmus en la tacita de plata a los rusos. Apenas un mes después escribían una carta, que se encuentra en el Archivo Estatal Central de Marina con sede en Moscú, a su ministro el almirante Fiodor Matfeevich Apraksin solicitando que tramitara sus bajas en la Real Compañía y ordenara fueran reintegrados al servicio activo de su país.

Uno de los alumnos, Alejo Boloselski, había fallecido a los nueve días de iniciar el curso y fue enterrado en el Hospital del Rey el 24 de agosto, que por entonces dependía de Marina. Otro sufrió enajenación mental, siendo apartado de los estudios.

El desconocimiento de nuestro idioma les hacía muy difícil el aprendizaje en los estudios, pedían insistentemente que se les embarcase, cosa improbable en el primer año de formación de un guardiamarina, en parte porque el Zar había insistido en que buscaran por todos los medios la participación activa en combates navales contra un enemigo real y también cabe pensar que con la esperanza de un aumento de la paga, mejora económica que reclamaban constantemente para sobrevivir en España.

Las diferencias de madurez entre los guardiamarinas era muy acusada. La edad media era de 22,5 años frente a los 16,5 años de los nacionales. La paga de guardiamarina era de dos rublos y medio mensuales, de los cuales habían de pagarse el uniforme, alojamiento y comida. Los guardiamarinas españoles no vivían de su sueldo sino de sus familias; no hay que olvidar que era una etapa de formación.

Las insalvables dificultades económicas amargaron la vida de los rusos. La imposibilidad de navegar y de participar en combates y quizás la falta de adaptación a la idiosincrasia del pueblo español, impulsaron a la casi totalidad del grupo a dirigir una carta a su ministro implorando la baja en la Real Compañía de Guardiamarinas. Sí, implorando.

A finales de noviembre de 1719 leyeron este escrito en el Almirantazgo al conde Apraksin quien dio la orden de repatriarlos. Concedida la petición, los 20 marinos eslavos abandonaron nuestras costas el 28 de febrero de 1720 con destino a las fuerzas armadas de otros países: quince en Irlanda y cinco en Holanda.

La Academia de guardiamarinas fue un centro puntero de formación de la Marina Española. En trescientos años muchos hombres pasaron por ella, incluso 22 jóvenes cadetes moscovitas que no pudieron, o no supieron, soportar las duras condiciones que les tocó vivir en el Cádiz de 1719.

FIN DE LA CITA
 
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  • #761
@forno de lenha

Fantástica lectura, muy interesante! Muchas gracias.:ok:

Un mito más por los suelos... rusos duros? Bah... ;-)
 
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  • #764
... buenas, camaradas... vamos a amenizar un poco la espera...

Ver el archivos adjunto 2314922

... esta misma imagen la tenéis en 4k pinchando AQUÍ...

... la bahía gaditana es un lugar emblemático para todo aficionado a la relojería en nuestro país... allí se encuentra el Real Observatorio de la Armada... y entre sus funciones, determinar la hora oficial de España...

Ver el archivos adjunto 2314926

... en la hermosa bahía gaditana también encontramos el Instituto Hidrográfico de la Marina... ubicado a escasos 15 kilómetros del ROA... y encargado de realizar la previsión de las mareas...

Ver el archivos adjunto 2314929

... en la bahía gaditana también se encontró la Academia de Guardiamarinas, desde 1717 hasta 1867... hoy, Escuela de Suboficiales de la Armada... a unos 4 kilómetros del ROA...

Ver el archivos adjunto 2314930

... el plan de estudios comprendía una parte teórica en la Academia y otra práctica en los buques... se estudiaba Álgebra, Geometría, Aritmética, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Artillería, Fortificación, Armamento, Construcción Naval, Maniobra, Esgrima, Música y Danza...

... para ingresar en la academia se exigió patente de nobleza en los cuatro primeros apellidos o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán... de estudios sólo se pedía un examen de las cuatro reglas... la edad exigida se estableció entre 14 y 18 años, aunque se hicieron notables excepciones que ingresaban en el Colegio en calidad de aventureros...

... y es aquí donde hallamos una vieja historia con un grupo de nuestros amigos rusos... que por aquel entonces fueron enviados a formarse en la Academia... y huyeron como vírgenes despavoridas... :D :-P :D

ABRIMOS COMILLAS

Cuando el zar envió a sus Guardiamarinas a Cádiz en 1719

Ya pasa de 300 años (1717) de la creación en Cádiz de la Academia de Guardiamarinas por José Patiño, que supo elevar la Marina de España a la categoría de Ilustrada. Esta academia supuso un referente para Europa, de forma que a ella vinieron, dos años después de su fundación, unos aspirantes llegados del frío.

El Zar obsesionado con el mar

Desde su infancia el futuro Pedro I había mostrado dos particularidades que le acompañarían toda su vida: sed de conocimiento y atracción por el mar. Ya en su juventud se impone como misión sacar a Rusia del aislamiento prolongado y dada la dificultad geográfica, pone la mirada en el mar y apuesta por la mejora de la Marina Rusa con la mirada puesta en Europa.

En 1696, Pedro I se convierte en el nuevo Zar de todas las Rusias. Dentro de las primeras decisiones que toma está la de realizar en ese mismo año la Gran Embajada, es decir, un viaje por Europa. Entre sus 250 integrantes, un tal Piotr Mijailov, el pseudónimo con el que viajará de incógnito Pedro el Grande.

La Gran Embajada formaba parte del anhelo de conocimiento del Zar, de hecho en Ámsterdam, en su afán de aprenderlo todo sobre la construcción naval, se hace aprendiz de carpintero de ribera en un astillero. En lo político, la Gran Embajada tenía un objetivo concreto y específico: despertar el interés de las naciones occidentales por formar una alianza con Rusia contra los turcos.

Regresa a Moscú el 5 de septiembre de 1698; su viaje le permitió acumular conocimientos en diversos campos, pero el desarrollo de su campaña diplomática había sido desesperanzadora.

Después de su viaje a Europa occidental busca europeizar a sus súbditos, cambiando usos y costumbres. Hizo afeitarse las barbas y prohibió el pelo largo. Desarrolló la educación traduciendo libros extranjeros y mandó estudiar a otros países a lo más selecto de su sociedad.

Los éxitos militares de Pedro el Grande se debieron a la modernización del ejército ruso al estilo occidental, dotándolo de conocimientos tácticos actualizados, entrenado y equipado.

Todas las innovaciones del Zar se proyectan sobre una ciudad nueva: San Petersburgo, la ventana a Europa. Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en mayo de 1703, en un desafío a la naturaleza, con la intención de convertirla en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental creando un nuevo centro de poder alejado de Moscú.

En San Petersburgo fundó el Museo Naval Сentral en enero de 1709, partiendo de su colección particular de maquetas de barcos de la Armada Rusa. Es uno de los mayores del mundo.

Guardiamarinas: de la blanca estepa a la blanca salina gaditana

Pedro envió al extranjero en el año 1697 a 58 nobles rusos que viajaron hasta Venecia para estudiar las Galeras y a Inglaterra y Holanda con objeto de familiarizarse con los grandes navíos. Constituyen el primer grupo de rusos formados como marinos de guerra fuera de sus fronteras pero habría más y vendrían a España.

En 1717 se fundó en Cádiz la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas. Se ubicó en el barrio del Pópulo. Los alumnos se alojaban en casas particulares hasta 1719; a partir de esta fecha se inauguró un edificio propio con la finalidad de reagruparlos, si bien la enseñanza continuó impartiéndose en el «Castillo Viejo».

Poco se sabe de la fundación de la Academia de Guardiamarinas, pues la Secretaría del Despacho de Marina estaba en el Alcázar de Madrid y en el incendio de 1734 ardieron todos los papeles de su archivo.

Después de establecida la Academia, el Zar Pedro el Grande de Rusia envió a Cádiz 22 jóvenes aristócratas con objeto de formar la plantilla de la Armada de su país. Llegaron a Cádiz el 5 de julio procedentes de Málaga en donde desembarcaron. Los asientos en el libro de guardiamarinas datan del 15 de agosto de 1719.

El objetivo del plan de estudios era familiarizarse con las cartas náuticas e instrumentos de navegación, aprender sobre construcción naval, hacer millas navegando y participar en combates navales reales. Si el Zar envió a Cádiz a sus marinos lo hizo con el convencimiento de que la Marina Española en ese momento era lo más puntero del mundo, el mejor lugar para formarse, tanto académicamente en la escuela como en los duelos en la mar, en los que a España nunca le han faltado enemigos con los que batirse, sin duda el entrenamiento ideal para lo que el Zar buscaba en su Marina Imperial.

No les fue bien el Erasmus en la tacita de plata a los rusos. Apenas un mes después escribían una carta, que se encuentra en el Archivo Estatal Central de Marina con sede en Moscú, a su ministro el almirante Fiodor Matfeevich Apraksin solicitando que tramitara sus bajas en la Real Compañía y ordenara fueran reintegrados al servicio activo de su país.

Uno de los alumnos, Alejo Boloselski, había fallecido a los nueve días de iniciar el curso y fue enterrado en el Hospital del Rey el 24 de agosto, que por entonces dependía de Marina. Otro sufrió enajenación mental, siendo apartado de los estudios.

El desconocimiento de nuestro idioma les hacía muy difícil el aprendizaje en los estudios, pedían insistentemente que se les embarcase, cosa improbable en el primer año de formación de un guardiamarina, en parte porque el Zar había insistido en que buscaran por todos los medios la participación activa en combates navales contra un enemigo real y también cabe pensar que con la esperanza de un aumento de la paga, mejora económica que reclamaban constantemente para sobrevivir en España.

Las diferencias de madurez entre los guardiamarinas era muy acusada. La edad media era de 22,5 años frente a los 16,5 años de los nacionales. La paga de guardiamarina era de dos rublos y medio mensuales, de los cuales habían de pagarse el uniforme, alojamiento y comida. Los guardiamarinas españoles no vivían de su sueldo sino de sus familias; no hay que olvidar que era una etapa de formación.

Las insalvables dificultades económicas amargaron la vida de los rusos. La imposibilidad de navegar y de participar en combates y quizás la falta de adaptación a la idiosincrasia del pueblo español, impulsaron a la casi totalidad del grupo a dirigir una carta a su ministro implorando la baja en la Real Compañía de Guardiamarinas. Sí, implorando.

A finales de noviembre de 1719 leyeron este escrito en el Almirantazgo al conde Apraksin quien dio la orden de repatriarlos. Concedida la petición, los 20 marinos eslavos abandonaron nuestras costas el 28 de febrero de 1720 con destino a las fuerzas armadas de otros países: quince en Irlanda y cinco en Holanda.

La Academia de guardiamarinas fue un centro puntero de formación de la Marina Española. En trescientos años muchos hombres pasaron por ella, incluso 22 jóvenes cadetes moscovitas que no pudieron, o no supieron, soportar las duras condiciones que les tocó vivir en el Cádiz de 1719.

FIN DE LA CITA
Hay que amenizar más así, que la espera será larga! Gracias forno!!

Por cierto, yo soy más del otro modelo que acompañaba a este! Fue mi votación en la segunda y tercera vuelta.

Saludos,
_micotam.
 
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  • #767
Impresionantes estas dos últimas ediciones 8o:drool:
 
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  • #768
... buenas, camaradas... vamos a amenizar un poco la espera...

Ver el archivos adjunto 2314922

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... la bahía gaditana es un lugar emblemático para todo aficionado a la relojería en nuestro país... allí se encuentra el Real Observatorio de la Armada... y entre sus funciones, determinar la hora oficial de España...

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... en la hermosa bahía gaditana también encontramos el Instituto Hidrográfico de la Marina... ubicado a escasos 15 kilómetros del ROA... y encargado de realizar la previsión de las mareas...

Ver el archivos adjunto 2314929

... en la bahía gaditana también se encontró la Academia de Guardiamarinas, desde 1717 hasta 1867... hoy, Escuela de Suboficiales de la Armada... a unos 4 kilómetros del ROA...

Ver el archivos adjunto 2314930

... el plan de estudios comprendía una parte teórica en la Academia y otra práctica en los buques... se estudiaba Álgebra, Geometría, Aritmética, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Artillería, Fortificación, Armamento, Construcción Naval, Maniobra, Esgrima, Música y Danza...

... para ingresar en la academia se exigió patente de nobleza en los cuatro primeros apellidos o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán... de estudios sólo se pedía un examen de las cuatro reglas... la edad exigida se estableció entre 14 y 18 años, aunque se hicieron notables excepciones que ingresaban en el Colegio en calidad de aventureros...

... y es aquí donde hallamos una vieja historia con un grupo de nuestros amigos rusos... que por aquel entonces fueron enviados a formarse en la Academia... y huyeron como vírgenes despavoridas... :D :-P :D

ABRIMOS COMILLAS

Cuando el zar envió a sus Guardiamarinas a Cádiz en 1719

Ya pasa de 300 años (1717) de la creación en Cádiz de la Academia de Guardiamarinas por José Patiño, que supo elevar la Marina de España a la categoría de Ilustrada. Esta academia supuso un referente para Europa, de forma que a ella vinieron, dos años después de su fundación, unos aspirantes llegados del frío.

El Zar obsesionado con el mar

Desde su infancia el futuro Pedro I había mostrado dos particularidades que le acompañarían toda su vida: sed de conocimiento y atracción por el mar. Ya en su juventud se impone como misión sacar a Rusia del aislamiento prolongado y dada la dificultad geográfica, pone la mirada en el mar y apuesta por la mejora de la Marina Rusa con la mirada puesta en Europa.

En 1696, Pedro I se convierte en el nuevo Zar de todas las Rusias. Dentro de las primeras decisiones que toma está la de realizar en ese mismo año la Gran Embajada, es decir, un viaje por Europa. Entre sus 250 integrantes, un tal Piotr Mijailov, el pseudónimo con el que viajará de incógnito Pedro el Grande.

La Gran Embajada formaba parte del anhelo de conocimiento del Zar, de hecho en Ámsterdam, en su afán de aprenderlo todo sobre la construcción naval, se hace aprendiz de carpintero de ribera en un astillero. En lo político, la Gran Embajada tenía un objetivo concreto y específico: despertar el interés de las naciones occidentales por formar una alianza con Rusia contra los turcos.

Regresa a Moscú el 5 de septiembre de 1698; su viaje le permitió acumular conocimientos en diversos campos, pero el desarrollo de su campaña diplomática había sido desesperanzadora.

Después de su viaje a Europa occidental busca europeizar a sus súbditos, cambiando usos y costumbres. Hizo afeitarse las barbas y prohibió el pelo largo. Desarrolló la educación traduciendo libros extranjeros y mandó estudiar a otros países a lo más selecto de su sociedad.

Los éxitos militares de Pedro el Grande se debieron a la modernización del ejército ruso al estilo occidental, dotándolo de conocimientos tácticos actualizados, entrenado y equipado.

Todas las innovaciones del Zar se proyectan sobre una ciudad nueva: San Petersburgo, la ventana a Europa. Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en mayo de 1703, en un desafío a la naturaleza, con la intención de convertirla en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental creando un nuevo centro de poder alejado de Moscú.

En San Petersburgo fundó el Museo Naval Сentral en enero de 1709, partiendo de su colección particular de maquetas de barcos de la Armada Rusa. Es uno de los mayores del mundo.

Guardiamarinas: de la blanca estepa a la blanca salina gaditana

Pedro envió al extranjero en el año 1697 a 58 nobles rusos que viajaron hasta Venecia para estudiar las Galeras y a Inglaterra y Holanda con objeto de familiarizarse con los grandes navíos. Constituyen el primer grupo de rusos formados como marinos de guerra fuera de sus fronteras pero habría más y vendrían a España.

En 1717 se fundó en Cádiz la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas. Se ubicó en el barrio del Pópulo. Los alumnos se alojaban en casas particulares hasta 1719; a partir de esta fecha se inauguró un edificio propio con la finalidad de reagruparlos, si bien la enseñanza continuó impartiéndose en el «Castillo Viejo».

Poco se sabe de la fundación de la Academia de Guardiamarinas, pues la Secretaría del Despacho de Marina estaba en el Alcázar de Madrid y en el incendio de 1734 ardieron todos los papeles de su archivo.

Después de establecida la Academia, el Zar Pedro el Grande de Rusia envió a Cádiz 22 jóvenes aristócratas con objeto de formar la plantilla de la Armada de su país. Llegaron a Cádiz el 5 de julio procedentes de Málaga en donde desembarcaron. Los asientos en el libro de guardiamarinas datan del 15 de agosto de 1719.

El objetivo del plan de estudios era familiarizarse con las cartas náuticas e instrumentos de navegación, aprender sobre construcción naval, hacer millas navegando y participar en combates navales reales. Si el Zar envió a Cádiz a sus marinos lo hizo con el convencimiento de que la Marina Española en ese momento era lo más puntero del mundo, el mejor lugar para formarse, tanto académicamente en la escuela como en los duelos en la mar, en los que a España nunca le han faltado enemigos con los que batirse, sin duda el entrenamiento ideal para lo que el Zar buscaba en su Marina Imperial.

No les fue bien el Erasmus en la tacita de plata a los rusos. Apenas un mes después escribían una carta, que se encuentra en el Archivo Estatal Central de Marina con sede en Moscú, a su ministro el almirante Fiodor Matfeevich Apraksin solicitando que tramitara sus bajas en la Real Compañía y ordenara fueran reintegrados al servicio activo de su país.

Uno de los alumnos, Alejo Boloselski, había fallecido a los nueve días de iniciar el curso y fue enterrado en el Hospital del Rey el 24 de agosto, que por entonces dependía de Marina. Otro sufrió enajenación mental, siendo apartado de los estudios.

El desconocimiento de nuestro idioma les hacía muy difícil el aprendizaje en los estudios, pedían insistentemente que se les embarcase, cosa improbable en el primer año de formación de un guardiamarina, en parte porque el Zar había insistido en que buscaran por todos los medios la participación activa en combates navales contra un enemigo real y también cabe pensar que con la esperanza de un aumento de la paga, mejora económica que reclamaban constantemente para sobrevivir en España.

Las diferencias de madurez entre los guardiamarinas era muy acusada. La edad media era de 22,5 años frente a los 16,5 años de los nacionales. La paga de guardiamarina era de dos rublos y medio mensuales, de los cuales habían de pagarse el uniforme, alojamiento y comida. Los guardiamarinas españoles no vivían de su sueldo sino de sus familias; no hay que olvidar que era una etapa de formación.

Las insalvables dificultades económicas amargaron la vida de los rusos. La imposibilidad de navegar y de participar en combates y quizás la falta de adaptación a la idiosincrasia del pueblo español, impulsaron a la casi totalidad del grupo a dirigir una carta a su ministro implorando la baja en la Real Compañía de Guardiamarinas. Sí, implorando.

A finales de noviembre de 1719 leyeron este escrito en el Almirantazgo al conde Apraksin quien dio la orden de repatriarlos. Concedida la petición, los 20 marinos eslavos abandonaron nuestras costas el 28 de febrero de 1720 con destino a las fuerzas armadas de otros países: quince en Irlanda y cinco en Holanda.

La Academia de guardiamarinas fue un centro puntero de formación de la Marina Española. En trescientos años muchos hombres pasaron por ella, incluso 22 jóvenes cadetes moscovitas que no pudieron, o no supieron, soportar las duras condiciones que les tocó vivir en el Cádiz de 1719.

FIN DE LA CITA
Muy interesante tu aportación histórica, aunque todavía no entiendo como un ruso va a estar peor en Cádiz que en su país… 😂😂😂. Este reloj va a tener que tener un aire más internacional… quizás meterle un Worldtimer? Ahí lo dejo… 😜
 
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  • #770
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Ver el archivos adjunto 2314922

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... la bahía gaditana es un lugar emblemático para todo aficionado a la relojería en nuestro país... allí se encuentra el Real Observatorio de la Armada... y entre sus funciones, determinar la hora oficial de España...

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... en la hermosa bahía gaditana también encontramos el Instituto Hidrográfico de la Marina... ubicado a escasos 15 kilómetros del ROA... y encargado de realizar la previsión de las mareas...

Ver el archivos adjunto 2314929

... en la bahía gaditana también se encontró la Academia de Guardiamarinas, desde 1717 hasta 1867... hoy, Escuela de Suboficiales de la Armada... a unos 4 kilómetros del ROA...

Ver el archivos adjunto 2314930

... el plan de estudios comprendía una parte teórica en la Academia y otra práctica en los buques... se estudiaba Álgebra, Geometría, Aritmética, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Artillería, Fortificación, Armamento, Construcción Naval, Maniobra, Esgrima, Música y Danza...

... para ingresar en la academia se exigió patente de nobleza en los cuatro primeros apellidos o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán... de estudios sólo se pedía un examen de las cuatro reglas... la edad exigida se estableció entre 14 y 18 años, aunque se hicieron notables excepciones que ingresaban en el Colegio en calidad de aventureros...

... y es aquí donde hallamos una vieja historia con un grupo de nuestros amigos rusos... que por aquel entonces fueron enviados a formarse en la Academia... y huyeron como vírgenes despavoridas... :D :-P :D

ABRIMOS COMILLAS

Cuando el zar envió a sus Guardiamarinas a Cádiz en 1719

Ya pasa de 300 años (1717) de la creación en Cádiz de la Academia de Guardiamarinas por José Patiño, que supo elevar la Marina de España a la categoría de Ilustrada. Esta academia supuso un referente para Europa, de forma que a ella vinieron, dos años después de su fundación, unos aspirantes llegados del frío.

El Zar obsesionado con el mar

Desde su infancia el futuro Pedro I había mostrado dos particularidades que le acompañarían toda su vida: sed de conocimiento y atracción por el mar. Ya en su juventud se impone como misión sacar a Rusia del aislamiento prolongado y dada la dificultad geográfica, pone la mirada en el mar y apuesta por la mejora de la Marina Rusa con la mirada puesta en Europa.

En 1696, Pedro I se convierte en el nuevo Zar de todas las Rusias. Dentro de las primeras decisiones que toma está la de realizar en ese mismo año la Gran Embajada, es decir, un viaje por Europa. Entre sus 250 integrantes, un tal Piotr Mijailov, el pseudónimo con el que viajará de incógnito Pedro el Grande.

La Gran Embajada formaba parte del anhelo de conocimiento del Zar, de hecho en Ámsterdam, en su afán de aprenderlo todo sobre la construcción naval, se hace aprendiz de carpintero de ribera en un astillero. En lo político, la Gran Embajada tenía un objetivo concreto y específico: despertar el interés de las naciones occidentales por formar una alianza con Rusia contra los turcos.

Regresa a Moscú el 5 de septiembre de 1698; su viaje le permitió acumular conocimientos en diversos campos, pero el desarrollo de su campaña diplomática había sido desesperanzadora.

Después de su viaje a Europa occidental busca europeizar a sus súbditos, cambiando usos y costumbres. Hizo afeitarse las barbas y prohibió el pelo largo. Desarrolló la educación traduciendo libros extranjeros y mandó estudiar a otros países a lo más selecto de su sociedad.

Los éxitos militares de Pedro el Grande se debieron a la modernización del ejército ruso al estilo occidental, dotándolo de conocimientos tácticos actualizados, entrenado y equipado.

Todas las innovaciones del Zar se proyectan sobre una ciudad nueva: San Petersburgo, la ventana a Europa. Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en mayo de 1703, en un desafío a la naturaleza, con la intención de convertirla en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental creando un nuevo centro de poder alejado de Moscú.

En San Petersburgo fundó el Museo Naval Сentral en enero de 1709, partiendo de su colección particular de maquetas de barcos de la Armada Rusa. Es uno de los mayores del mundo.

Guardiamarinas: de la blanca estepa a la blanca salina gaditana

Pedro envió al extranjero en el año 1697 a 58 nobles rusos que viajaron hasta Venecia para estudiar las Galeras y a Inglaterra y Holanda con objeto de familiarizarse con los grandes navíos. Constituyen el primer grupo de rusos formados como marinos de guerra fuera de sus fronteras pero habría más y vendrían a España.

En 1717 se fundó en Cádiz la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas. Se ubicó en el barrio del Pópulo. Los alumnos se alojaban en casas particulares hasta 1719; a partir de esta fecha se inauguró un edificio propio con la finalidad de reagruparlos, si bien la enseñanza continuó impartiéndose en el «Castillo Viejo».

Poco se sabe de la fundación de la Academia de Guardiamarinas, pues la Secretaría del Despacho de Marina estaba en el Alcázar de Madrid y en el incendio de 1734 ardieron todos los papeles de su archivo.

Después de establecida la Academia, el Zar Pedro el Grande de Rusia envió a Cádiz 22 jóvenes aristócratas con objeto de formar la plantilla de la Armada de su país. Llegaron a Cádiz el 5 de julio procedentes de Málaga en donde desembarcaron. Los asientos en el libro de guardiamarinas datan del 15 de agosto de 1719.

El objetivo del plan de estudios era familiarizarse con las cartas náuticas e instrumentos de navegación, aprender sobre construcción naval, hacer millas navegando y participar en combates navales reales. Si el Zar envió a Cádiz a sus marinos lo hizo con el convencimiento de que la Marina Española en ese momento era lo más puntero del mundo, el mejor lugar para formarse, tanto académicamente en la escuela como en los duelos en la mar, en los que a España nunca le han faltado enemigos con los que batirse, sin duda el entrenamiento ideal para lo que el Zar buscaba en su Marina Imperial.

No les fue bien el Erasmus en la tacita de plata a los rusos. Apenas un mes después escribían una carta, que se encuentra en el Archivo Estatal Central de Marina con sede en Moscú, a su ministro el almirante Fiodor Matfeevich Apraksin solicitando que tramitara sus bajas en la Real Compañía y ordenara fueran reintegrados al servicio activo de su país.

Uno de los alumnos, Alejo Boloselski, había fallecido a los nueve días de iniciar el curso y fue enterrado en el Hospital del Rey el 24 de agosto, que por entonces dependía de Marina. Otro sufrió enajenación mental, siendo apartado de los estudios.

El desconocimiento de nuestro idioma les hacía muy difícil el aprendizaje en los estudios, pedían insistentemente que se les embarcase, cosa improbable en el primer año de formación de un guardiamarina, en parte porque el Zar había insistido en que buscaran por todos los medios la participación activa en combates navales contra un enemigo real y también cabe pensar que con la esperanza de un aumento de la paga, mejora económica que reclamaban constantemente para sobrevivir en España.

Las diferencias de madurez entre los guardiamarinas era muy acusada. La edad media era de 22,5 años frente a los 16,5 años de los nacionales. La paga de guardiamarina era de dos rublos y medio mensuales, de los cuales habían de pagarse el uniforme, alojamiento y comida. Los guardiamarinas españoles no vivían de su sueldo sino de sus familias; no hay que olvidar que era una etapa de formación.

Las insalvables dificultades económicas amargaron la vida de los rusos. La imposibilidad de navegar y de participar en combates y quizás la falta de adaptación a la idiosincrasia del pueblo español, impulsaron a la casi totalidad del grupo a dirigir una carta a su ministro implorando la baja en la Real Compañía de Guardiamarinas. Sí, implorando.

A finales de noviembre de 1719 leyeron este escrito en el Almirantazgo al conde Apraksin quien dio la orden de repatriarlos. Concedida la petición, los 20 marinos eslavos abandonaron nuestras costas el 28 de febrero de 1720 con destino a las fuerzas armadas de otros países: quince en Irlanda y cinco en Holanda.

La Academia de guardiamarinas fue un centro puntero de formación de la Marina Española. En trescientos años muchos hombres pasaron por ella, incluso 22 jóvenes cadetes moscovitas que no pudieron, o no supieron, soportar las duras condiciones que les tocó vivir en el Cádiz de 1719.

FIN DE LA CITA
Qué maravilla de homenaje a mí Ciudad! No la conocía!

Muchas gracias por todo!
 
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  • #771
... buenas, camaradas... vamos a amenizar un poco la espera...

Ver el archivos adjunto 2314922

... esta misma imagen la tenéis en 4k pinchando AQUÍ...

... la bahía gaditana es un lugar emblemático para todo aficionado a la relojería en nuestro país... allí se encuentra el Real Observatorio de la Armada... y entre sus funciones, determinar la hora oficial de España...

Ver el archivos adjunto 2314926

... en la hermosa bahía gaditana también encontramos el Instituto Hidrográfico de la Marina... ubicado a escasos 15 kilómetros del ROA... y encargado de realizar la previsión de las mareas...

Ver el archivos adjunto 2314929

... en la bahía gaditana también se encontró la Academia de Guardiamarinas, desde 1717 hasta 1867... hoy, Escuela de Suboficiales de la Armada... a unos 4 kilómetros del ROA...

Ver el archivos adjunto 2314930

... el plan de estudios comprendía una parte teórica en la Academia y otra práctica en los buques... se estudiaba Álgebra, Geometría, Aritmética, Trigonometría, Cosmografía, Náutica, Artillería, Fortificación, Armamento, Construcción Naval, Maniobra, Esgrima, Música y Danza...

... para ingresar en la academia se exigió patente de nobleza en los cuatro primeros apellidos o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán... de estudios sólo se pedía un examen de las cuatro reglas... la edad exigida se estableció entre 14 y 18 años, aunque se hicieron notables excepciones que ingresaban en el Colegio en calidad de aventureros...

... y es aquí donde hallamos una vieja historia con un grupo de nuestros amigos rusos... que por aquel entonces fueron enviados a formarse en la Academia... y huyeron como vírgenes despavoridas... :D :-P :D

ABRIMOS COMILLAS

Cuando el zar envió a sus Guardiamarinas a Cádiz en 1719

Ya pasa de 300 años (1717) de la creación en Cádiz de la Academia de Guardiamarinas por José Patiño, que supo elevar la Marina de España a la categoría de Ilustrada. Esta academia supuso un referente para Europa, de forma que a ella vinieron, dos años después de su fundación, unos aspirantes llegados del frío.

El Zar obsesionado con el mar

Desde su infancia el futuro Pedro I había mostrado dos particularidades que le acompañarían toda su vida: sed de conocimiento y atracción por el mar. Ya en su juventud se impone como misión sacar a Rusia del aislamiento prolongado y dada la dificultad geográfica, pone la mirada en el mar y apuesta por la mejora de la Marina Rusa con la mirada puesta en Europa.

En 1696, Pedro I se convierte en el nuevo Zar de todas las Rusias. Dentro de las primeras decisiones que toma está la de realizar en ese mismo año la Gran Embajada, es decir, un viaje por Europa. Entre sus 250 integrantes, un tal Piotr Mijailov, el pseudónimo con el que viajará de incógnito Pedro el Grande.

La Gran Embajada formaba parte del anhelo de conocimiento del Zar, de hecho en Ámsterdam, en su afán de aprenderlo todo sobre la construcción naval, se hace aprendiz de carpintero de ribera en un astillero. En lo político, la Gran Embajada tenía un objetivo concreto y específico: despertar el interés de las naciones occidentales por formar una alianza con Rusia contra los turcos.

Regresa a Moscú el 5 de septiembre de 1698; su viaje le permitió acumular conocimientos en diversos campos, pero el desarrollo de su campaña diplomática había sido desesperanzadora.

Después de su viaje a Europa occidental busca europeizar a sus súbditos, cambiando usos y costumbres. Hizo afeitarse las barbas y prohibió el pelo largo. Desarrolló la educación traduciendo libros extranjeros y mandó estudiar a otros países a lo más selecto de su sociedad.

Los éxitos militares de Pedro el Grande se debieron a la modernización del ejército ruso al estilo occidental, dotándolo de conocimientos tácticos actualizados, entrenado y equipado.

Todas las innovaciones del Zar se proyectan sobre una ciudad nueva: San Petersburgo, la ventana a Europa. Fue fundada por el Zar Pedro el Grande en mayo de 1703, en un desafío a la naturaleza, con la intención de convertirla en la ventana de Rusia hacia el mundo occidental creando un nuevo centro de poder alejado de Moscú.

En San Petersburgo fundó el Museo Naval Сentral en enero de 1709, partiendo de su colección particular de maquetas de barcos de la Armada Rusa. Es uno de los mayores del mundo.

Guardiamarinas: de la blanca estepa a la blanca salina gaditana

Pedro envió al extranjero en el año 1697 a 58 nobles rusos que viajaron hasta Venecia para estudiar las Galeras y a Inglaterra y Holanda con objeto de familiarizarse con los grandes navíos. Constituyen el primer grupo de rusos formados como marinos de guerra fuera de sus fronteras pero habría más y vendrían a España.

En 1717 se fundó en Cádiz la Real Compañía de Caballeros Guardiamarinas. Se ubicó en el barrio del Pópulo. Los alumnos se alojaban en casas particulares hasta 1719; a partir de esta fecha se inauguró un edificio propio con la finalidad de reagruparlos, si bien la enseñanza continuó impartiéndose en el «Castillo Viejo».

Poco se sabe de la fundación de la Academia de Guardiamarinas, pues la Secretaría del Despacho de Marina estaba en el Alcázar de Madrid y en el incendio de 1734 ardieron todos los papeles de su archivo.

Después de establecida la Academia, el Zar Pedro el Grande de Rusia envió a Cádiz 22 jóvenes aristócratas con objeto de formar la plantilla de la Armada de su país. Llegaron a Cádiz el 5 de julio procedentes de Málaga en donde desembarcaron. Los asientos en el libro de guardiamarinas datan del 15 de agosto de 1719.

El objetivo del plan de estudios era familiarizarse con las cartas náuticas e instrumentos de navegación, aprender sobre construcción naval, hacer millas navegando y participar en combates navales reales. Si el Zar envió a Cádiz a sus marinos lo hizo con el convencimiento de que la Marina Española en ese momento era lo más puntero del mundo, el mejor lugar para formarse, tanto académicamente en la escuela como en los duelos en la mar, en los que a España nunca le han faltado enemigos con los que batirse, sin duda el entrenamiento ideal para lo que el Zar buscaba en su Marina Imperial.

No les fue bien el Erasmus en la tacita de plata a los rusos. Apenas un mes después escribían una carta, que se encuentra en el Archivo Estatal Central de Marina con sede en Moscú, a su ministro el almirante Fiodor Matfeevich Apraksin solicitando que tramitara sus bajas en la Real Compañía y ordenara fueran reintegrados al servicio activo de su país.

Uno de los alumnos, Alejo Boloselski, había fallecido a los nueve días de iniciar el curso y fue enterrado en el Hospital del Rey el 24 de agosto, que por entonces dependía de Marina. Otro sufrió enajenación mental, siendo apartado de los estudios.

El desconocimiento de nuestro idioma les hacía muy difícil el aprendizaje en los estudios, pedían insistentemente que se les embarcase, cosa improbable en el primer año de formación de un guardiamarina, en parte porque el Zar había insistido en que buscaran por todos los medios la participación activa en combates navales contra un enemigo real y también cabe pensar que con la esperanza de un aumento de la paga, mejora económica que reclamaban constantemente para sobrevivir en España.

Las diferencias de madurez entre los guardiamarinas era muy acusada. La edad media era de 22,5 años frente a los 16,5 años de los nacionales. La paga de guardiamarina era de dos rublos y medio mensuales, de los cuales habían de pagarse el uniforme, alojamiento y comida. Los guardiamarinas españoles no vivían de su sueldo sino de sus familias; no hay que olvidar que era una etapa de formación.

Las insalvables dificultades económicas amargaron la vida de los rusos. La imposibilidad de navegar y de participar en combates y quizás la falta de adaptación a la idiosincrasia del pueblo español, impulsaron a la casi totalidad del grupo a dirigir una carta a su ministro implorando la baja en la Real Compañía de Guardiamarinas. Sí, implorando.

A finales de noviembre de 1719 leyeron este escrito en el Almirantazgo al conde Apraksin quien dio la orden de repatriarlos. Concedida la petición, los 20 marinos eslavos abandonaron nuestras costas el 28 de febrero de 1720 con destino a las fuerzas armadas de otros países: quince en Irlanda y cinco en Holanda.

La Academia de guardiamarinas fue un centro puntero de formación de la Marina Española. En trescientos años muchos hombres pasaron por ella, incluso 22 jóvenes cadetes moscovitas que no pudieron, o no supieron, soportar las duras condiciones que les tocó vivir en el Cádiz de 1719.

FIN DE LA CITA
Como cañailla que soy, me ha encantado, gracias por compartirlo con nosotros.
 
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  • #772
Raketa-Copernicus-Limited-Edition-Stone-Dial-2021-2.jpg


Bonita trasera del Raketa Copernicus edición limitada (al Cosmo le quedaría genial).

Raketa-Copernicus-Limited-Edition-Stone-Dial-2021-1.jpg


Pués lo hemos colgado a la vez, el compañero Alde en el Foro general y yo aqui, vaya coordinación...
 
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  • #774
Me duele decírtelo pero el Cosmo no está en la carrera por mucho que deis la brasa. :pardon:

Hombre carrera lo que se dice carrera....mas bién sorteo.

No obstante, en mi caso voté en primera ronda por el Diver de Miguél y en segunda y tercera por el Avant, pero vamos que el Cosmo con esfera gris también me gustaba
 
  • #775
Hombre carrera lo que se dice carrera....mas bién sorteo.

No obstante, en mi caso voté en primera ronda por el Diver de Miguél y en segunda y tercera por el Avant, pero vamos que el Cosmo con esfera gris también me gustaba

La carrera antes del sorteo.

Los dos finalistas no se eligieron por sortero, fue por votación. :yes:

También te digo que un par que consiguieron pocos votos y quedaron descartados desde el principio me gustaban mucho, mucho, pero que le vamos a hacer.
 
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