Es cierto que cada vez se ve más gente sin reloj, sobre todo gente joven. La sociedad ha cambiado en el asunto de los relojes. Antes, el regalo de primera comunión por excelencia era un reloj, mientras que ahora es un móvil, una videoconsola o cualquier artilugio de última generación de esos que hacen las delicias de nuestros adolescentes y preadolescentes. Todavía recuerdo un Casio con calculadora y un Casio Soccer que llevaba un jueguecito de futbol y era el envidia de mis amigos. Ahora, los niños quieren PlayStation, X-Box, móviles... El mundo va cambiando y creo que el reloj al final se va a convertir en un simple complemento. En definitiva, si continúo llevando relojes es porque me encantan, pero no porque me resulte necesario, pues la hora puedo mirarla en el móvil, en el reloj del coche, en el ordenador...