Dentro de cada tipo de reloj hay subtipos. La "crisis del cuarzo" fue electrónico versus mecánico. Y ahí arrasó el electrónico.
Por otra parte el digital multifunción de los ochenta no era un reloj inteligente en absoluto, era un juego de niños comparado con el potencial de los relojes inteligentes de hoy en día y si lo comparamos con lo que viene a corto y medio plazo es para echarse a reír. A largo plazo nunca digo nada porque pienso que no existirán más que en el recuerdo y entre coleccionistas ningún tipo de reloj de pulsera. Cosa que siempre recalco que no me preocupa nada.
Además insisto que la "crisis del cuarzo" se originó de una forma interesada porque fue un conflicto entre relojes que en el fondo hacían todo lo mismo; vamos, una "guerra civil" innecesaria que produjo una masacre innecesaria por tozudez de unos cuantos al oponerse al progreso que les pasó por encima como una apisonadora.
El enemigo actual no es un reloj. Es un reloj, un teléfono, una cámara de vídeo, una cámara fotográfica, un reproductor de música, un TV, un ordenador,un escáner, un gestor de correo electrónico, la "enciclopedia" más potente de la historia, ... Todo en un bolsillo en unos gramos de peso e interconectable si se desea con un reloj inteligente, con una red social, ... La relojería clásica nunca se ha enfrentado a un enemigo como ese.
Pero es que hasta muchos aficionados a la relojería lo reconcen implícitamente. "No, si yo también miro la hora en el móvil, el reloj lo llevo porque me gusta, como complemento de moda..." Así magro favor le hacen, EMO, a la afición.
Cuanto más tarden en darse cuenta más dura será la caída. La política de esconder la cabeza debajo del ala me parece el camino más directo hacia el desastre. De ese desastre algunos saldrán bien parados, por supuesto. Siempre ocurre así.
PS: ¿Dónde veo yo la solución? Cualquier reloj que se lleve en la muñeca para ver la hora (cuarzo, mecánico, reloj inteligente) no es un enemigo. Hacer que la mayoría de los ciudadanos miren a su muñeca para saber la hora en la que viven creo que podría ayudar al menos a retrasar la nueva crisis que se avecina. Hay que volver a acostumbrar a la gente a llevar RELOJ con mayúsculas y no ver como enemigo lo que en el fondo no lo es. Porque el verdadero enemigo es el teléfono móvil.
El que ame "de verdad" la relojería de pulsera debería aceptar que es una industria tecnológica que siempre fue puntera y que anclarse en el pasado lo único que hará es que se colapse. En cambio dejar que evolucione, que progrese, como hizo siempre, probablemente permitirá que toda ella tenga algún futuro. Cuando la mayoría de la gente se olvide de que en la muñeca se puede llevar un reloj la industria estará muerta.
En los '80 salieron los digitales multifunción (los smartwatches de la época) y no consiguieron acabar ni con el analógico de cuarzo ni con el mecánico de toda la vida.
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