Goldoff
Administrador de RE
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Puede que a alguno le suene el apellido Ickler. Es un fabricante alemán de cajas, que lleva 90 años suministrando tanto a marcas establecidas como a privadas ("private labels") desde Pforzheim (donde también está, por cierto, la producción de esferas de Glashütte Original). También tiene un par de marcas propias, Archimede y Limes. La primera más especializada en relojes-herramienta (tipo fliegers Luftwaffe) y la otra en cronos deportivos-de vestir.
Pero no es de ellos que quiero hablar aquí sino de la -creo- tercera generación. Raphael Ickler fundó, hace ya diez años, Defakto, un concepto de diseño y producción que se enraíza en la Deutscher Werkbund, institución que está en el origen del movimiento Bauhaus. Todos los componentes de un reloj Defakto son producidos en Alemania -se podría hablar de "industria de proximidad"- excepto, de momento, los calibres, suizos, que suelen ser ETAsa, Sellita o Ronda.
Sus diseños tienen un toque industrial "muy alemán" que a mí particularmente me gusta y que lo alejan de caminos más trillados. Empezaron con relojes mono-aguja y han ido incorporando modelos de indicación convencional con la particularidad de que, al no llevar fecha, pueden montarlos con la corona a la derecha o a la izquierda según solicite el cliente. Su forma de venta es exclusivamente por internet y sus precios están por debajo de los 1000 € iva incluido para los mecánicos y alrededor de los 300 para los que montan calibre de cuarzo.
Acaban de sacar el Defakto Transit Futur Perfekt, una serie limitada a 20 ejemplares, el 10% de cuyo precio donarán a Médicos sin Fronteras. La particularidad de esta edición es que su esfera está hecha de latón cepillado y barnizado, algo que al haberse realizado manualmente da su propia personalidad a cada reloj.
Pero no es de ellos que quiero hablar aquí sino de la -creo- tercera generación. Raphael Ickler fundó, hace ya diez años, Defakto, un concepto de diseño y producción que se enraíza en la Deutscher Werkbund, institución que está en el origen del movimiento Bauhaus. Todos los componentes de un reloj Defakto son producidos en Alemania -se podría hablar de "industria de proximidad"- excepto, de momento, los calibres, suizos, que suelen ser ETAsa, Sellita o Ronda.
Sus diseños tienen un toque industrial "muy alemán" que a mí particularmente me gusta y que lo alejan de caminos más trillados. Empezaron con relojes mono-aguja y han ido incorporando modelos de indicación convencional con la particularidad de que, al no llevar fecha, pueden montarlos con la corona a la derecha o a la izquierda según solicite el cliente. Su forma de venta es exclusivamente por internet y sus precios están por debajo de los 1000 € iva incluido para los mecánicos y alrededor de los 300 para los que montan calibre de cuarzo.
Acaban de sacar el Defakto Transit Futur Perfekt, una serie limitada a 20 ejemplares, el 10% de cuyo precio donarán a Médicos sin Fronteras. La particularidad de esta edición es que su esfera está hecha de latón cepillado y barnizado, algo que al haberse realizado manualmente da su propia personalidad a cada reloj.