6aly
Habitual
Sin verificar
Miedo, tengo miedo.
Miedo, al día a día.
Miedo, al día de mañana.
Miedo, a no tener quien me quiera y me tenga llenita la nevera.
Miedo, al vecino de al lado de los ojos raros, (come de todo).
Miedo, a joder de nuevo el ordenar y otros artilugios electrónicos, debido a la situación tan estresante, (es lo que tiene ser un apagafarolas).
Miedo, a leer el diario.
Miedo, a no tener un nuevo cuento con los que entretener a mis niños.
Miedo, a que me cierren el bar de al lado.
Miedo, a que me cierren el chino.
Miedo, a que me cierren el estanco.
Miedo, a quedarme en casa.
Miedo, a volver a ir al médico.
Miedo, a quedar obligado a hacer la cuarentena en familia.
Miedo, a dar positivo en alcoholemia, por frotarme tanto las manos con gel alcohólico.
Miedo, a tener que cambiar la foto de mi carnet, por otra más carilla.
Miedo, a quedarme sin papel higiénico.
Miedo, a encontrarme el coche cagado y no por las palomas.
Miedo, a que los WC, no puedan tragar tanto miedo.
Miedo, a volver a oír, al pasear por debajo de los balcones agua va.
Miedo, a ser un superviviente.
Miedo, a tener que volver al campo y utilizar de nuevo al gallinero de WC.
Miedo, a ser el pirata de palo garfio en la mano, y parche en el ojo.
Miedo, a despertarme un día y no ver reflejada mi imagen en el espejo.
Miedo, a salir a pasear un día soleado y ver que mi sombra desapareció.
Al recordar uno de los primeros miedos que germino en mí de niño, tan solo recordarlo me da miedo, en aquel tiempo, me tocaba llevarle la fiambrera a mi difunto padre, al cementerio, era el jardinero del camposanto, y según él era la comunidad mejor avenida. Este es uno de los consejos que recuerdo, mi padre al apreciar mi miedo, recuerdo que me decía Nauj a los muertos no les tienes que tenerles miedo ya que a diferencia de los vivos, ellos nunca te harán daño.
Lo del pirata, de la pata de palo garfio en la mano, ya sabéis los motivos de tanto pirata (la supervivencia), y es que desconocían el océano de agua potable que tenían sobre nuestras cabezas y la vida que tenían bajo sus pies bajo la arena de playas, paradisiacas de arena blanca (excrementos de coral) pero lo del parche en el ojo puede que no lo sabréis, era para adaptar el ojo a la oscuridad de las bodegas, en estas era donde tenían los cañones por ambas bandas, y esos segundos que tarda el ojo en adaptarse a la oscuridad, era crucial para que los tiburones hambrientos no se le comiera la pata, y no la de palo.
Joder con el tío del tractor amarillo, empezó su vuelta al mundo sembrando el miedo, consiguiendo que germinara el miedo en mí y como es gratis.
Miedo, miedo tengo miedo.
No todo va a ser miedo, tengo miedo, algo de positivo saldrá de todo este miedo, una vez haya pasado la primaguerra, y su prima la primavirus, y dejen de sembrar y cubrir los campos con su manto rojo plagado de cruces, llegara la tercera prima, la primavera, haciendo florecer de nuevo los campos, y a más de uno les darán una doble alegría al hacerlos abuelos, al tener a quienes contarles sus historias, la del Pirata cojo, de pata de palo, garfio en la mano y parche en el ojo, que llevaba por bandera dos tibias y una calavera, (Joaquín Sabina). El tiempo es lo más sabio que hay en este mundo, se deshace delo viejo, descubriendo lo nuevo de, (Tales de Mileto). La del tío del tractor amarillo, que sembró el miedo por todo el mundo, y al no cobrar por ello, todo el mundo acudió a los supermercados esquilmando el papel higiénico, se llevándoselo a manos llenas, (Galy).
Miedo, al día a día.
Miedo, al día de mañana.
Miedo, a no tener quien me quiera y me tenga llenita la nevera.
Miedo, al vecino de al lado de los ojos raros, (come de todo).
Miedo, a joder de nuevo el ordenar y otros artilugios electrónicos, debido a la situación tan estresante, (es lo que tiene ser un apagafarolas).
Miedo, a leer el diario.
Miedo, a no tener un nuevo cuento con los que entretener a mis niños.
Miedo, a que me cierren el bar de al lado.
Miedo, a que me cierren el chino.
Miedo, a que me cierren el estanco.
Miedo, a quedarme en casa.
Miedo, a volver a ir al médico.
Miedo, a quedar obligado a hacer la cuarentena en familia.
Miedo, a dar positivo en alcoholemia, por frotarme tanto las manos con gel alcohólico.
Miedo, a tener que cambiar la foto de mi carnet, por otra más carilla.
Miedo, a quedarme sin papel higiénico.
Miedo, a encontrarme el coche cagado y no por las palomas.
Miedo, a que los WC, no puedan tragar tanto miedo.
Miedo, a volver a oír, al pasear por debajo de los balcones agua va.
Miedo, a ser un superviviente.
Miedo, a tener que volver al campo y utilizar de nuevo al gallinero de WC.
Miedo, a ser el pirata de palo garfio en la mano, y parche en el ojo.
Miedo, a despertarme un día y no ver reflejada mi imagen en el espejo.
Miedo, a salir a pasear un día soleado y ver que mi sombra desapareció.
Al recordar uno de los primeros miedos que germino en mí de niño, tan solo recordarlo me da miedo, en aquel tiempo, me tocaba llevarle la fiambrera a mi difunto padre, al cementerio, era el jardinero del camposanto, y según él era la comunidad mejor avenida. Este es uno de los consejos que recuerdo, mi padre al apreciar mi miedo, recuerdo que me decía Nauj a los muertos no les tienes que tenerles miedo ya que a diferencia de los vivos, ellos nunca te harán daño.
Lo del pirata, de la pata de palo garfio en la mano, ya sabéis los motivos de tanto pirata (la supervivencia), y es que desconocían el océano de agua potable que tenían sobre nuestras cabezas y la vida que tenían bajo sus pies bajo la arena de playas, paradisiacas de arena blanca (excrementos de coral) pero lo del parche en el ojo puede que no lo sabréis, era para adaptar el ojo a la oscuridad de las bodegas, en estas era donde tenían los cañones por ambas bandas, y esos segundos que tarda el ojo en adaptarse a la oscuridad, era crucial para que los tiburones hambrientos no se le comiera la pata, y no la de palo.
Joder con el tío del tractor amarillo, empezó su vuelta al mundo sembrando el miedo, consiguiendo que germinara el miedo en mí y como es gratis.
Miedo, miedo tengo miedo.
No todo va a ser miedo, tengo miedo, algo de positivo saldrá de todo este miedo, una vez haya pasado la primaguerra, y su prima la primavirus, y dejen de sembrar y cubrir los campos con su manto rojo plagado de cruces, llegara la tercera prima, la primavera, haciendo florecer de nuevo los campos, y a más de uno les darán una doble alegría al hacerlos abuelos, al tener a quienes contarles sus historias, la del Pirata cojo, de pata de palo, garfio en la mano y parche en el ojo, que llevaba por bandera dos tibias y una calavera, (Joaquín Sabina). El tiempo es lo más sabio que hay en este mundo, se deshace delo viejo, descubriendo lo nuevo de, (Tales de Mileto). La del tío del tractor amarillo, que sembró el miedo por todo el mundo, y al no cobrar por ello, todo el mundo acudió a los supermercados esquilmando el papel higiénico, se llevándoselo a manos llenas, (Galy).
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