Bueno, pues he esperado a hoy que es mi cumpleaños para contaros cómo conseguí el mío. Después de llevar algún tiempo apuntado en el concesionario de mi ciudad para un Rolex Explorer ya daba por descartado el tener uno. En el mismo concesionario me lo habían puesto bastante negro. Pues resulta que me fui de vacaciones la semana pasada y paseando por las calles de una pequeña capital de provincia mi mujer me dice “mira ahí venden Rolex”. Y en efecto, ahí estaba el cartel exterior con reloj característico de la marca. Así que bueno, sabiendo cómo está la cosa entre un poco por ver y preguntar allí a ver cómo estaba el asunto. No sabéis que cara se me quedó cuando la dependienta, me dijo, “Explorer? Pues tenemos uno disponible”. Me quede de pasta de boniato. No me lo podía creer, pero era cierto, entre, pregunté por él y me lo llevé puesto en la muñeca. Así que aquí estoy, cuatro días después, celebrando mi 40 cumpleaños y con mi nuevo e inesperado pequeño compañero.