charlitos
Crono-doctorando
Sin verificar
Buenas tardes,
No se me ocurre mejor adjetivo que "mítico" para calificar al reloj que os traigo a continuación. Dado que es una pieza que todos conocéis, esta vez dejaré los datos históricos al margen, y me limitaré a contaros cómo llegué hasta él.
Ya sabéis de mi afán en "arrejuntar" cronógrafos -especialmente manuales-, y también sabéis que toda locura tiene un principio. ¿Cómo comenzó la mía? Intentando conseguir, los que para mí, son los tres cronógrafos por excelencia: Speedmaster Pro, El primero, y Daytona. Curiosamente, el que hoy cito en primer lugar -con toda la intención del mundo- fue el último en entrar, y además no resultó ser el Profesional, sino su versión FOIS ¿Por qué? En su momento, me veía el reloj un pelo grande, y el FOIS me resultó ¿más estético, elegante?
Andaba en otros derroteros cazando vintages, hasta que los Plasti-Speedys entraron en escena. Criticados y ¿odiados? hasta la saciedad, y porque no decirlo, el aburrimiento. En mí produjeron el efecto contrario. En esencia, me gustaba y mucho, la rebeldía, y lo canalla de la colaboración. No obstante, no estaba dispuesto a pagar lo que se demandaba en el mercado. Así, que esperé pacientemente para poder hacerme con el mío, que acabaría apareciendo en un viaje a Venecia.
Siendo lo que es, un Swatch, en mano me resultó aún más atractivo. No por la calidad de los acabados, o su calibre, sino simplemente por el juego que vi que podía dar. Curiosamente años después, la caja del Speedy Pro, ya no me resultaba tan grandota ¿sería por el color negro? Ciertamente no lo sé. Aún así, por aquellos entonces, estaba centrado en otros asuntos horológicamente hablando, por lo que tampoco le presté mayor atención.
Coincidiendo con el aniversario de los dos años del lanzamiento de la colección que revolucionó el mercado, el grupo Swatch lo vuelve a hacer, y esta vez nos deleita con una colaboración sensacional con el perrito más simpático que conozco: Snoopy. ¡Flechazo instantáneo! y tiempo de espera inferior para poder conseguirlo, quizás por el menor hype que el modelo despertó. Aunque en mi ciudad me dieron la negativa hasta en cuatro ocasiones, fue en un viaje a Paris donde pude hacerme con él.
Esta caja era blanca, y ya no me la veía nada grande... Además tengo los cronos que quiero... ¿y si me lanzó al profesional?
Hice una vaga búsqueda, y algo sí que tenía claro. No tenía ganas de estudiar modelos antiguos, y lidiar con posibles frankens, y la madre que los parió. Esto me hizo acotar mucho la búsqueda. Sin embargo, quería algo especial, así que opté por ir a los modelos fabricados entre el ¿2017? y ¿2022? con una dotación extra albergada en aquella maxi caja excelsa.
Tocaba buscar, hasta dar con el indicado. Una vez aparece. Se negocia, se paga, y pa casa
En la mano no defrauda, y me convierto en otra oveja más del rebaño que ha terminado con un Speedmaster Profesional por culpa de Swatch
Como buen "arrejuntador", el FOIS también se queda.
Fotos del conjunto
¡Ah! debo andar con cuidado, en casa parece que ha gustado.
Abrazos.
No se me ocurre mejor adjetivo que "mítico" para calificar al reloj que os traigo a continuación. Dado que es una pieza que todos conocéis, esta vez dejaré los datos históricos al margen, y me limitaré a contaros cómo llegué hasta él.
Ya sabéis de mi afán en "arrejuntar" cronógrafos -especialmente manuales-, y también sabéis que toda locura tiene un principio. ¿Cómo comenzó la mía? Intentando conseguir, los que para mí, son los tres cronógrafos por excelencia: Speedmaster Pro, El primero, y Daytona. Curiosamente, el que hoy cito en primer lugar -con toda la intención del mundo- fue el último en entrar, y además no resultó ser el Profesional, sino su versión FOIS ¿Por qué? En su momento, me veía el reloj un pelo grande, y el FOIS me resultó ¿más estético, elegante?
Andaba en otros derroteros cazando vintages, hasta que los Plasti-Speedys entraron en escena. Criticados y ¿odiados? hasta la saciedad, y porque no decirlo, el aburrimiento. En mí produjeron el efecto contrario. En esencia, me gustaba y mucho, la rebeldía, y lo canalla de la colaboración. No obstante, no estaba dispuesto a pagar lo que se demandaba en el mercado. Así, que esperé pacientemente para poder hacerme con el mío, que acabaría apareciendo en un viaje a Venecia.
Siendo lo que es, un Swatch, en mano me resultó aún más atractivo. No por la calidad de los acabados, o su calibre, sino simplemente por el juego que vi que podía dar. Curiosamente años después, la caja del Speedy Pro, ya no me resultaba tan grandota ¿sería por el color negro? Ciertamente no lo sé. Aún así, por aquellos entonces, estaba centrado en otros asuntos horológicamente hablando, por lo que tampoco le presté mayor atención.
Coincidiendo con el aniversario de los dos años del lanzamiento de la colección que revolucionó el mercado, el grupo Swatch lo vuelve a hacer, y esta vez nos deleita con una colaboración sensacional con el perrito más simpático que conozco: Snoopy. ¡Flechazo instantáneo! y tiempo de espera inferior para poder conseguirlo, quizás por el menor hype que el modelo despertó. Aunque en mi ciudad me dieron la negativa hasta en cuatro ocasiones, fue en un viaje a Paris donde pude hacerme con él.
Esta caja era blanca, y ya no me la veía nada grande... Además tengo los cronos que quiero... ¿y si me lanzó al profesional?
Hice una vaga búsqueda, y algo sí que tenía claro. No tenía ganas de estudiar modelos antiguos, y lidiar con posibles frankens, y la madre que los parió. Esto me hizo acotar mucho la búsqueda. Sin embargo, quería algo especial, así que opté por ir a los modelos fabricados entre el ¿2017? y ¿2022? con una dotación extra albergada en aquella maxi caja excelsa.
Tocaba buscar, hasta dar con el indicado. Una vez aparece. Se negocia, se paga, y pa casa
En la mano no defrauda, y me convierto en otra oveja más del rebaño que ha terminado con un Speedmaster Profesional por culpa de Swatch
Como buen "arrejuntador", el FOIS también se queda.
Fotos del conjunto
¡Ah! debo andar con cuidado, en casa parece que ha gustado.
Abrazos.