He entendido la derecha, salvo que seas conductor británico. Je.
A ver, esto es como todo en la vida. Yo afortunadamente, -no quiero hablar de más- me he librado hasta ahora, porque:
1. Por la calle no dejo que nadie se me acerque. Individuo parado es individuo atracado.
2. Cuando me preguntan, sigo andando y si son "buenas personas en apariencia", a unos cinco metros, me giro tras haberme preguntado al paso junto a ellos/el/ella, y les digo que no soy de aquí... o les doy la indicación, según el tipo de pregunta. Suelo decir señalando con el dedo "por allá a ... " (añado la distancia) para que tengan una orientación.
3. Si he visto alguna vez a "alguien" en un escaparate entrador, he hecho un quiebro al llegar cerca y apresurando el paso, he pasado del lugar por la calzada, volviendo a la acera, y verificando que no me siguen. (Típico, dame un cigarro, dime la hora, o tal..., excusa para entablar una desagradable situación, si tienes tabaco porque eres rico, si no tienes, porque entonces dame lo que lleves... que lleva a su fin con un navajazo... o más).
4. Jamás utilizo el teléfono por la calle. Tipos hablando por teléfono se ocupan de la conversación, y no saben ni por donde andan ni quien tienen en su entorno. Y tampoco con auriculares. Estás igual de despistado. (¿No os habéis percatado de que el "energúmeno" que os acaba de adelantar a 200, de repente está delante a 80 y luego vuelve a pasaros?) Pues ese se pone a 80 porque es "imposible" conducir pensando en lo que le dices a alguien; la misma falta de atención sucede cuando hablas por la calle.
5. En la vida se me ocurrirá ir con auriculares en lugares públicos. Yo soy músico solista y de orquesta aficionado, soy melómano, y además tengo una idea como abogado de cómo anda la gente necesitada, o las bandas organizadas. Pero soy prudente ante todo. Y ello en conjunto, me dice que cuando "alguien" es portador de bienes deseables y "no se entera" es el candidato ideal. Nos vigilan.
6. Jamás me he tocado con nadie por la calle. Había un tipo en Valencia que "daba la mano" (supongo la intención, buena para él, no para los demás) al que siempre desprecié, con un "no puedo, llego tarde". Había unos dando abrazos. Jamás acepté. Otros se ofrecían para limpiarte las gafas. Oler, huele a "algo", o al menos a que imitadores hagan lo propio, con otro fin, of course.
7. No aceptaré nunca beber con alguien ajeno a mi conocimiento previo. Ni tomaré un "agua" en vaso que no me haya puesto yo (Ojo con la escopolamina).
8. Y si alguna vez pese a todo, algo sale mal, no será que no lo he intentado.
En fin, y en esto, lamentablemente la "igualdad" no existe. Un tipo de 90 kg (yo) tiene menos numeritos que una hija mía de 45 kilos. No es cuestión de leyes, es cuestión de que el objetivo fácil siempre está antes que el difícil.
Tened cuidado.