En México D.F, existen dos joyerías clásicas con tinte glamouroso, Berger Joyeros y Peyrelongue Chronos, al menos las más "reconocidas".
Bien, en Berger son mamoncisimos hasta saciarse, entras y si de plano a su criterio no das pinta de ser un tipo con verdadera voluntad y posibilidad de desembolsar unos cuantos de miles de dólares, son muy......mmmmmmm.....como decimos en mi pueblo: "chingaquedito", se para una chavilla de ojo verde y buen trasero y pregunta: "se le ofrece algo señor", y yo como venía de la facultad, con el sueter en los hombros, medio despinado y la mochila a la espalda, le digo: "no gracias, estoy viendo"....a lo que contesta: "aaahhhh" y me sigue en cada rincón del negocio sin quitárme la vista de encima, es realmente incómodo, aunque con la inseguridad de esa ciudad no la culpo en parte.
Por otro lado en Peyrelongue Chronos te dejan entrar, ni te voltean a ver, te puedes tardar las horas viendo tanta exquisitez helvética y tantas marcas que ellos siguen en sus pláticas, atendiendo a sus clientes, etc. Por este simple detalle, si algún día tengo la posibilidad de comprarme un buen guacho directo en una joyería, lo haría sin duda en esta.
En fin, cosas de la vida.