Yo por desgracia perdí uno de la forma mas tonta del mundo.
Se acercaba el cumpleaños de mi padre y un día al salir de la universidad me pasé por una joyería y compré el reloj que sería su regalo de cumpleaños.
Cuando llegué a casa, en mi cuarto lo abrí para verlo (primer error) y en esto que llegan mis padres y vienen a saludarme. Consecuencia, para que no lo vean no se me ocurre otra cosa que meterlo en la papelera debajo de la mesa (segundo error) y unos papeles arrugados encima para que no se vea.
El resto ya os lo imagináis, se me olvidó el reloj (tercer error) y cuando un mes después era el cumpleaños de mi padre y me acuerdo del famoso reloj, evidentemente ya no estaba en la papelera....
Así que por algún vertedero de Madrid acabó un reloj nuevecito con su caja y todo, esperando un nuevo dueño, o ser incinerado o triturado entre montones de basura.