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The Beater Man
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Siempre mostramos nuestras mejores piezas con el orgullo de saber que hemos conseguido mejorar.
Sin embargo, y como en muchas familias, guardamos ocultos a la vista piezas que solo nosotros vemos y que, inexplicablemente, ni las tiramos, ni regalamos, ni vendemos. ¿Por qué siguen con nosotros? Ni idea. Y muchas veces no es ni por un tema sentimental, sino porque puede parecer un sacrilegio el deshacernos de ellas.
En mi caso, se trata de un Kinued chino que compré al principio de la fiebre relojeril. Funciona bien, la verdad, pero jamás me lo pongo ni me lo pondré.
¿Cuáles son los vuestros? Sacadlos de las tinieblas, ánimo.
Sin embargo, y como en muchas familias, guardamos ocultos a la vista piezas que solo nosotros vemos y que, inexplicablemente, ni las tiramos, ni regalamos, ni vendemos. ¿Por qué siguen con nosotros? Ni idea. Y muchas veces no es ni por un tema sentimental, sino porque puede parecer un sacrilegio el deshacernos de ellas.
En mi caso, se trata de un Kinued chino que compré al principio de la fiebre relojeril. Funciona bien, la verdad, pero jamás me lo pongo ni me lo pondré.
¿Cuáles son los vuestros? Sacadlos de las tinieblas, ánimo.