Yo no los definiría así, sino a través de su traducción literal: relojes de buceo que se pueden llevar "sobre la piel", es decir, que son "todoterrenos", que lo mismo sirven para bucear que para seguir llevándolos por la tarde cuando te tomas la cervecita en el paseo marítimo o en el club náutico (de forma alternativa, también puedes decir que son relojes para cuando haces buceo ligero, sin traje, a piel vista, pero el resultado y la función siguen siendo los mismos).
Este tipo de relojes están en contraste con "cacharracos" que sirven para bucear, pero que por su tamaño tienes que llevar sobre el neopreno (en lugar de sobre la piel) y dejas en la bolsa cuando te vuelves a vestir.
Es cierto que, por la época, muchos son de carga manual (para lo que la corona roscada es más un estorbo que una ventaja) y que, precisamente, porque se pueden llevar cómodamente fuera del agua, los habrá que rindan más a la estética que a la funcionalidad (hoy en día todos, porque pocos relojeros, o ninguno, se atreverán a garantizar la hermeticidad de piezas de esa edad).