Bueno... pues el sábado pasado recogí mi reloj en la boutique. En efecto, como habéis adivinado, se trata de mi Speedmaster Mk 40.
Lo primero a reseñar es que mi reloj ya estaba listo antes de fin de año (unas tres semanas), lo que me parece un plazo más que razonable.
En la boutique, esta vez estuve tratando con otro comercial que, aunque también joven, tenía muchas más tablas, me estuvo enseñando los nuevos Speedmaster, se ofreció a mostrarme el 321... en fin, un rato agradable.
Y respecto al servicio, pese a mis miedos, diría que ha ido todo bien. Mecánicamente parece todo correcto, esta semana lo he llevado puesto "en modo 24x7", promediando +4s/día y todas sus funciones parecen marchar a la perfección. Curiosamente, parece que no han cambiado nada del calibre o, al menos, no me han devuelto ninguna pieza del mismo (solo agujas, corona y tija, pulsadores y algunos pasadores del brazalete). El tiempo dirá (lo que tarde el reloj en volver a pedirme revisión) si esto es o no correcto.
Me ha llamado la atención el "pulido de cortesía" por su calidad, incluso pensé que me habían cambiado el cierre y los eslabones adyacentes (que estaban muy gastados de rozar con las mesas). Por ponerle un "pero", ni se ha cambiado el bisel, ni se han pulido los rebordes de la caja que lo protegen: por un lado, normal, dado que puede que midan un par de décimas de milímetro, así que no hay mucho de donde "rascar" pero, por otro, es ahí donde hay más "micromarcas", sobre todo en la zona más expuesta, entre la una y las tres que, cuando reflejan la luz, ahí siguen.
Una sospecha que tengo es que las agujas son de stock, pero antiguas: no percibo diferencia de luminiscencia entre la esfera (que no se ha cambiado) y las agujas, siendo que dicha luminiscencia, aunque todavía muy aceptable y durando toda la noche, ya "no es la que era".
¿Merece la pena el precio? Eso es algo que cada uno tendrá que decidir, aunque si la cosa sigue como hasta ahora y con esta "puesta a punto" me da otra década de gran servicio, me doy por satisfecho.