Una cosa es que se sepa, y otra que afecte a la percepción. Muchos "futboleros" te podrán decir quién ganó el Mundial de nosequé año, muchos menos se acordarán de que fue porque el árbitro pitó un penalti injusto a su favor. He incluso sabiéndolo, es muy fácil que, de todos modos, se racionalice: "la marca quiere tener para sí elementos importantes de su propia historia porque realmente lo valen... y ése el precio que tuvo que pagar" (anda que no se ven en esta afición racionalizaciones más que metidas con calzador). De hecho, ahora mismo se ha propagado el precio final de la subasta, pero habría que escarbar mucho más para saber cómo fueron las pujas para saber cuántos contendientes hubo y, si fueron anónimos, cuántos de ellos puede que hayan sido -o no-, marionetas del ganador para simular una lucha real... y dentro de unas semanas se habrá olvidado, de todos modos, pero el precio que se pagó, no.
Por otro lado, muchas de estas marcas que pretenden vender "percepciones" como entidad abstracta, en lugar de productos concretos, apalancan buena parte de su imagen actual en pasadas glorias más o menos ajustadas a la realidad, lo que tiene un colateral interesante: muchas veces el mayor competidor de la marca es... la propia marca. Así, el mayor competidor de un Rolex Submariner del catálogo actual no es, pongamos, un Omega Seamaster, sino otro Submariner, pero de cinco cifras, o el mayor competidor de un Omega Speedmaster no es un Rolex Daytona, sino otro Speedmaster, pero 321 de los 60's. Desde este punto de vista, no es de extrañar que este tipo de marcas hagan esfuerzos, a veces contradictorios (por lo que acabo de decir: es algo que a la vez necesitan y odian), para limitar el impacto de esa intra-competencia, por ejemplo, limitando la disponibilidad de piezas de recambio, u ofreciendo ventajas a la hora de adquirir un modelo actual a cambio de otro más antiguo o, simplemente, buscando la forma de retirar esas piezas más antiguas de un modo u otro.
Así que, puede que te convenza más o menos, que les salga mejor o peor la jugada pero, desde luego, no creo que se pueda decir de algo así (si llegase a ser cierto) que "en ningún caso tiene sentido" ¡ya lo creo que lo tiene!