Paso
Forer@ Senior
Sin verificar
el hombre, y menos aún su reloj. Y es que hace casi treinta años que no me calzaba algo así y que, gracias a un buen y bien conocido forero, expatriado por no sé muy bien qué poderosas razones, he podido volver a revivir sus sensaciones con aquel gusto que proporciona lo genuino en estado nuevo, como si esos decenios, lejos de transcurrir por sus cauces habituales, hubiesen podido burlar al tiempo para tomar un atajo y regresar así a los años setenta, permitiéndome lucir ahora, como entonces, este estupendo “Digi-Ana”. Claro, que una somera mirada ante el espejo, delata claramente, con toda crueldad y sin piedad alguna, que esos casi treinta años han pasado de verdad para un servidor, pero no para él…
En cualquier caso, tal fue el impacto emocional “sufrido” que, ni corto ni perezoso, me dediqué a hacer cierto seguimiento del proceso evolutivo de la híbrida especie, hasta dar con un digno y contemporáneo representante de la misma, que tuviese un precio temeroso del más indigente de los bolsillos. El resultado fue este magnífico Seiko en titanio, sin termómetro, pero con las horas de las principales capitales del globo (Madrid no es una de ellas, lo siento…) y una sumergibilidad de 100 metros, vamos, que me sobran 99 de ellos, lo que lo hace buen candidato para la próxima temporada primavera-verano.
Espero que os guste o que, por lo menos, le sepáis encontrar la “gracia” que a mí me transmitió. Por cierto, es descaradamente cómodo, pero para ponerle en orden la hora y demás parámetros me las vi y desee, no sé si por falta de práctica, por la desnutrición y escasez de mis neuronas o, sencillamente, porque las instrucciones están hechas para privilegiadas mentes extraterrestres…
La verdad es que estos “Digi-Ana” tienen algo, bien de evolución, bien de involución, o bien de romanticismo, pero me estoy temiendo que, para mí, no vayan a ser el preludio de algo de más empaque: ¿un Breitling Aerospace Avantage SuperQuartz Termocompensado, tal vez?... nu sé, pero se admiten comentarios, críticas, opiniones, consejos y sugerencias de toda índole.
¡Saludos!
En cualquier caso, tal fue el impacto emocional “sufrido” que, ni corto ni perezoso, me dediqué a hacer cierto seguimiento del proceso evolutivo de la híbrida especie, hasta dar con un digno y contemporáneo representante de la misma, que tuviese un precio temeroso del más indigente de los bolsillos. El resultado fue este magnífico Seiko en titanio, sin termómetro, pero con las horas de las principales capitales del globo (Madrid no es una de ellas, lo siento…) y una sumergibilidad de 100 metros, vamos, que me sobran 99 de ellos, lo que lo hace buen candidato para la próxima temporada primavera-verano.
Espero que os guste o que, por lo menos, le sepáis encontrar la “gracia” que a mí me transmitió. Por cierto, es descaradamente cómodo, pero para ponerle en orden la hora y demás parámetros me las vi y desee, no sé si por falta de práctica, por la desnutrición y escasez de mis neuronas o, sencillamente, porque las instrucciones están hechas para privilegiadas mentes extraterrestres…
La verdad es que estos “Digi-Ana” tienen algo, bien de evolución, bien de involución, o bien de romanticismo, pero me estoy temiendo que, para mí, no vayan a ser el preludio de algo de más empaque: ¿un Breitling Aerospace Avantage SuperQuartz Termocompensado, tal vez?... nu sé, pero se admiten comentarios, críticas, opiniones, consejos y sugerencias de toda índole.
¡Saludos!