Duir
De la casa
Sin verificar
Esta es una historia de perseverancia o cabezonería, depende de como se mire.
Me gustan los relojes y cuando compro alguno me gusta cuidarlos sin excesos, darles el uso para el que fuero creados y no sufrir mas de la cuenta. Son objetos a los que me une un lazo de convivencia y utilidad y no me preocupo en especial, pero no los maltrato y me gusta mantenerlos lo mejor posible dentro de mis posibilidades y conocimientos.
Tengo que aclarar que para mi los relojes no dependen de su valor PVP, son cosas que compro porque me gustan, me interesan o las necesito en un momento determinado y no importa ni su precio ni su marca, los respeto por igual.
Tuve uno que fue emblemático para mi. Un Seiko de cuarzo el Sports 100
Duró lo que duró y fue de mis preferidos por narices cuando en mi caja había tres exagerando.
Un buen día, por dejadez o descuido, lo reencontré con su pila sulfatada y el movimiento arruinado.
Tardé diez años mas o menos o nada menos, pero conseguí dos cosas, si no imposibles al menos improbables: Un movimiento en excelentes condiciones y un relojero de los de verdad. El resultado fue un renacimiento de un precioso reloj que había pasado a mejor vida y que hoy está pletórico.
A otro nivel, sacando cosas olvidadas de cajas olvidadas me topé con mi Seiko JP100W Pulsecheck, un reloj curioso de esos que Casio hace como nadie, de allá por los 90, con podómetro y chequeo de pulso. Nada raro en los actuales smartwatches, pero es que hablamos de unos años en que aún el teléfono móvil era una rareza al alcance de los ricos.
El movimiento estaba bien, funcionaba, pero la caja estaba totalmente arruinada, rota, poco o nada que hacer, la correa de caucho había pasado a mejor vida mucho antes, desintegrada.
En este caso no era debido a mi mala cabeza, la caja y la correa se habían degradado solas, algo no tan extraño en estos japoneses con ciertos años.
Por temas de nostalgia decidí buscar uno para comprar y descubrí que están muy valorados. Es imposible encontrarlos en funcionamiento por menos de ciento y muchos euros. Una locura.
Pero con paciencia y tiempo para ejercerla conseguí encontrar un reloj con el problema opuesto: Módulo roto pero caja en muy buen estado y a buen precio, el modelo era con los detalles en amarillo en lugar de azul, pero teniendo en cuenta las circunstancias no era momento de ponerse tiquismiquis...
Vamos que ya os imagináis el final.
Como bonus encontré una correa original NOS.
En pocas palabras, por poco dinero tengo una pieza desahuciada que en su estado actual se vende hasta por mas de doscientos euros.
Pero en realidad me siento genial cuando recupero una pieza y eso no tiene precio.
Me gustan los relojes y cuando compro alguno me gusta cuidarlos sin excesos, darles el uso para el que fuero creados y no sufrir mas de la cuenta. Son objetos a los que me une un lazo de convivencia y utilidad y no me preocupo en especial, pero no los maltrato y me gusta mantenerlos lo mejor posible dentro de mis posibilidades y conocimientos.
Tengo que aclarar que para mi los relojes no dependen de su valor PVP, son cosas que compro porque me gustan, me interesan o las necesito en un momento determinado y no importa ni su precio ni su marca, los respeto por igual.
Tuve uno que fue emblemático para mi. Un Seiko de cuarzo el Sports 100
Duró lo que duró y fue de mis preferidos por narices cuando en mi caja había tres exagerando.
Un buen día, por dejadez o descuido, lo reencontré con su pila sulfatada y el movimiento arruinado.
Tardé diez años mas o menos o nada menos, pero conseguí dos cosas, si no imposibles al menos improbables: Un movimiento en excelentes condiciones y un relojero de los de verdad. El resultado fue un renacimiento de un precioso reloj que había pasado a mejor vida y que hoy está pletórico.
A otro nivel, sacando cosas olvidadas de cajas olvidadas me topé con mi Seiko JP100W Pulsecheck, un reloj curioso de esos que Casio hace como nadie, de allá por los 90, con podómetro y chequeo de pulso. Nada raro en los actuales smartwatches, pero es que hablamos de unos años en que aún el teléfono móvil era una rareza al alcance de los ricos.
El movimiento estaba bien, funcionaba, pero la caja estaba totalmente arruinada, rota, poco o nada que hacer, la correa de caucho había pasado a mejor vida mucho antes, desintegrada.
En este caso no era debido a mi mala cabeza, la caja y la correa se habían degradado solas, algo no tan extraño en estos japoneses con ciertos años.
Por temas de nostalgia decidí buscar uno para comprar y descubrí que están muy valorados. Es imposible encontrarlos en funcionamiento por menos de ciento y muchos euros. Una locura.
Pero con paciencia y tiempo para ejercerla conseguí encontrar un reloj con el problema opuesto: Módulo roto pero caja en muy buen estado y a buen precio, el modelo era con los detalles en amarillo en lugar de azul, pero teniendo en cuenta las circunstancias no era momento de ponerse tiquismiquis...
Vamos que ya os imagináis el final.
Como bonus encontré una correa original NOS.
En pocas palabras, por poco dinero tengo una pieza desahuciada que en su estado actual se vende hasta por mas de doscientos euros.
Pero en realidad me siento genial cuando recupero una pieza y eso no tiene precio.
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