miquel99
De la casa
Sin verificar
Como bien dice el título del hilo, os quería presentar mi nueva adquisición. Se trata de un Hamilton 920. concretamente se trata de uno de los primeros ejemplares (Circa 1912) que Hamilton desarrolló en una nueva línea de relojes "dress watch".
Os puedo asegurar que hoy en día Hamilton no es ni medianamente la sombra de lo que fue. Durante las tres primeras décadas del SXX se erigió como una de las compañías relojeras más importantes de Estados Unidos, creando productos de altísima calidad. El mercado relojero americano estaba en gran medida dominado por el mundo del ferrocarril. Las grandes empresas creaban relojes certificados cronómetro para los trabajadores e ingenieros del mismo. Muchos de vosotros ya habréis leído los hilos que escribí al respecto en el subforo de relojes de bolsillo.
Una nueva pujanza económica revitalizó la economía norteamericana durante y después de la primera guerra mundial. Esta pujanza dio lugar a un creciente consumo individual de productos por parte de la población. Se buscaba el éxito y el consumismo era una seña de identidad. Las clases media y alta lanzaron lo que se podría llamar la cultura del ocio, deportes al aire libre, Broadway, el cine, fiestas... Quien no ha leído al cronista oficial de la época, mi admirado Scott Fitzgerald.
Los relojes no iban a ser la excepción y si bien por norma general siempre se veían asociados como una herramienta de trabajo, durante esta época se relacionaron como un complemento de vestir y de distinción de lujo. Los relojes de importación europeos de grandes marcas como Vacheron, Longines, Patek, empezaron a tener aceptación entre el consumidor norteamericano de clase media alta, ya que estos eran de menor tamaño y más cómodos de llevar que no los relojes ferroviarios. Hamilton, sabiendo que su publico confiaba ciegamente en la industria norteamericana relojera frente a la europea, se adelantó a explotar este gran nicho de mercado, creando relojes tamaño más contenido y en muchos casos de superior calidad frente a sus competidores europeos. Así fue como lanzó al mercado una línea de "dress watches". a la que pertenece mi reloj.
Efectivamente, se trata de un producto de lujo con precios bastante elevados para la época y con uno de los mejores calibres que nunca hiciese Hamilton. Si os fijáis con las características del catálogo, creo que van a sobrar mis palabras. Huelga decir que se vendieron en cajas de platino por valor de 650 dolares de la época, una pequeña fortuna que equilvadrían a unos 10000 dolares de hoy.
Se que las comparaciones son odiosas, pero en este caso no he podido evitarlo. Si un relojero examinase los dos calibres iba a tener serias dudas de cual escoger por sus acabados y filigranas técnicas. En este caso, Hamilton incorporó el mismo tipo de volante (Guillaume), añadió una protección extra al barrilete de carga, con un rubí e incluso bañó con oro blanco sus puentes e hizo una decoración más exquisita. Vemos también que utilizó dos diamantes tallados, situados en el eje del volante y en el cubo empotrado de la rueda de escape, como podemos apreciar. Resumiendo, una verdadera maravilla visual y técnica.
¿Y porque "gracias a Antón"?
Porque es "de bien nacido el ser agradecido" ya que un buen día sin esperarlo, recibí en casa un estupendo libro sobre la historia de Hamilton, que me había enviado nuestro Boss, sabiendo de mi creciente interés por la industria relojera norteamericana. Y por eso quiero dedicarle este hilo en el general, ya que gracias a su gran detalle, me lancé a investigar y conocer lo grande que fue Hamilton en un tiempo. Enlazo con el fantástico hilo de mi amigo Óscar sobre los relojes de vestir. Es tendencia que cada vez más gente empieza a utilizar otra vez los relojes de bolsillo como un magnifico complemento (basta ver los catálogos actuales de las grandes casas relojeras). Decir que el reloj viene muy ajustado +1s día y que cuando lo recibí me fui corriendo a comprar una leontina de la época para poder utilizarlo. Espero que os guste tanto como a mi.
Os puedo asegurar que hoy en día Hamilton no es ni medianamente la sombra de lo que fue. Durante las tres primeras décadas del SXX se erigió como una de las compañías relojeras más importantes de Estados Unidos, creando productos de altísima calidad. El mercado relojero americano estaba en gran medida dominado por el mundo del ferrocarril. Las grandes empresas creaban relojes certificados cronómetro para los trabajadores e ingenieros del mismo. Muchos de vosotros ya habréis leído los hilos que escribí al respecto en el subforo de relojes de bolsillo.
Una nueva pujanza económica revitalizó la economía norteamericana durante y después de la primera guerra mundial. Esta pujanza dio lugar a un creciente consumo individual de productos por parte de la población. Se buscaba el éxito y el consumismo era una seña de identidad. Las clases media y alta lanzaron lo que se podría llamar la cultura del ocio, deportes al aire libre, Broadway, el cine, fiestas... Quien no ha leído al cronista oficial de la época, mi admirado Scott Fitzgerald.
Los relojes no iban a ser la excepción y si bien por norma general siempre se veían asociados como una herramienta de trabajo, durante esta época se relacionaron como un complemento de vestir y de distinción de lujo. Los relojes de importación europeos de grandes marcas como Vacheron, Longines, Patek, empezaron a tener aceptación entre el consumidor norteamericano de clase media alta, ya que estos eran de menor tamaño y más cómodos de llevar que no los relojes ferroviarios. Hamilton, sabiendo que su publico confiaba ciegamente en la industria norteamericana relojera frente a la europea, se adelantó a explotar este gran nicho de mercado, creando relojes tamaño más contenido y en muchos casos de superior calidad frente a sus competidores europeos. Así fue como lanzó al mercado una línea de "dress watches". a la que pertenece mi reloj.
Efectivamente, se trata de un producto de lujo con precios bastante elevados para la época y con uno de los mejores calibres que nunca hiciese Hamilton. Si os fijáis con las características del catálogo, creo que van a sobrar mis palabras. Huelga decir que se vendieron en cajas de platino por valor de 650 dolares de la época, una pequeña fortuna que equilvadrían a unos 10000 dolares de hoy.
Se que las comparaciones son odiosas, pero en este caso no he podido evitarlo. Si un relojero examinase los dos calibres iba a tener serias dudas de cual escoger por sus acabados y filigranas técnicas. En este caso, Hamilton incorporó el mismo tipo de volante (Guillaume), añadió una protección extra al barrilete de carga, con un rubí e incluso bañó con oro blanco sus puentes e hizo una decoración más exquisita. Vemos también que utilizó dos diamantes tallados, situados en el eje del volante y en el cubo empotrado de la rueda de escape, como podemos apreciar. Resumiendo, una verdadera maravilla visual y técnica.
¿Y porque "gracias a Antón"?
Porque es "de bien nacido el ser agradecido" ya que un buen día sin esperarlo, recibí en casa un estupendo libro sobre la historia de Hamilton, que me había enviado nuestro Boss, sabiendo de mi creciente interés por la industria relojera norteamericana. Y por eso quiero dedicarle este hilo en el general, ya que gracias a su gran detalle, me lancé a investigar y conocer lo grande que fue Hamilton en un tiempo. Enlazo con el fantástico hilo de mi amigo Óscar sobre los relojes de vestir. Es tendencia que cada vez más gente empieza a utilizar otra vez los relojes de bolsillo como un magnifico complemento (basta ver los catálogos actuales de las grandes casas relojeras). Decir que el reloj viene muy ajustado +1s día y que cuando lo recibí me fui corriendo a comprar una leontina de la época para poder utilizarlo. Espero que os guste tanto como a mi.
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