Hace cuatro años dejé de comprar relojes y he cumplido. Sólo he comprado un par para regalar.
A la fase de menos pero más caros no llegué porque pensé que en el fondo el gasto es incluso superior y más difícil de entender en el entorno familiar.
Mi afición ahora es puramente contemplativa, jugar con el cambio de correas (de AliExpress) y combinar con la ropa. Así he reducido el gasto a la décima parte.
EMO es una afición que fácilmente se convierte en “vicio”.
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No digo nunca jamás, porque, aunque es casi imposible, alguna vez puede aparecer un unicornio por 4 perras. Ese día, compraré, pero como no llega, casi no compro. Ya no busco, que me busquen ellos a mí.
Creo que el Problema es la cantidad de tiempo que pasamos en contacto con relojes de una u otra manera. Al final, el roce hace el cariño. Quién no ha estado horas y horas delante del pc o teléfono mirando, buscando y tratando de encontrar el reloj al precio deseado. Si nos paramos a pensar en la cantidad de tiempo invertido, más de uno se llevaría una sorpresa. O un susto.
En mi caso, el argumento más poderoso no es para no comprar, sino para no "desperdiciar" mi tiempo, o mejor dicho, aprovecharlo en cosas más importantes. Mi familia, los amigos, el piano, viajar, etc. Si aún queda algo de tiempo, maravilloso, nunca van a dejar de gustarme los relojes, pero no con el ansia de hace unos años. Es muy sencillo, si no miro tanto, no compro tanto. Me da penilla, porque se pierden un poco esas relaciones foreras, pero he ganado en relax mental, horas de sueño, y sobre todo, disfruto mucho más de los que tengo.
