Hola,
Sin entrar a valorar si es extorsion o no, lo que me parece es una absoluta falta de respeto al jugar con algo que deberia ser sagrado en un cliente: la ILUSION. Asi, con mayúsculas.
Dejando al margen que no es un producto de primera necesidad, o precisamente por eso, porque no lo es, el momento de compra de una pieza asi deberia convertirse en un ritual casi magico. No todo el mundo lleva cada dia en el bolsillo la calderilla suficiente para adquirir un reloj de estas caracteristicas. En muchas ocasiones, dicha compra es un premio que nos hacemos en alguna ocasion especial, tras haber sido capaz de ahorrar lo que piden, ... no se, mil cosas.
De acuerdo que, parece ser, hay unas listas de espera. Vaya, pocas piezas, y quiero una. Que narices, me merezco una. Por la razon que sea. Pero va a ser mia.
Y llega el dia. Te llaman. Acudes rapido a la tienda. No pretendes que te pongan una alfombra roja pero, al fin y al cabo, ahi estas tu. Con tus euros (en cualquiera de sus modalidades), esperando el momento. Saboreandolo. Disfrutandolo. Intentando poner toda tu atencion en ese momento de tu vida porque, oye, a lo mejor dentro de muchos años le regalas ese Rolex a tu nieto (por su graduacion, por su boda, porque te apetece, ...) y, junto con el regalo fisico, a lo mejor te emociona contarle la historia de lo que te condujo en tu vida hasta llegar ese dia a esa tienda. Lo que sentiste cuando tuviste el reloj en tus manos. Como lo mirabas. Como lo admirabas! Y lo pagaste. Ya era tuyo. Ya te lo podias calzar en la muñeca y salir por esa puerta pensando: Si. valio la pena haber llegado hasta aqui. Porque este es uno de los momentos mas felices de mi vida.
O cualquier otra historia parecida. Que se yo! Un reloj no es solo un conjunto de hierros haciendo tic-tac!
Y llegas alli, sin alfombra, pero ya estas en la tienda... Y de repente, sin venir a cuento, el [........] del vendedor te dice que no. Tiene los santos [.......] de decirte: Oiga usted, que mire, que no va a poder ser. Que esto no se vende suelto. Que tiene que llevarse otro Rolex.
Ahi esta tu corazon roto, tus meses de espera, tu historia de [......] que no le vas a poder contar a tu nieto.
Por un momento sientes un rayo de esperanza y giras la cabeza buscando en algun lugar una camara escondida. O dos. Y una furgoneta en la puerta con cristales de espejo, por si fuese una broma de esas de cámara oculta.
No, señor. Este, y ese otro. Tiene que comprar los dos.
Y entonces piensas que pocos puertohurracos ocurren en este pais.
Saludos.