Pues ya he realizado el experimento, y por primera vez que yo recuerde he bajado a la calle sin reloj durante un par de horas, de 13,00 a 15,00 h, durante el poteo matutino.
Y es que en alguna ocasión he salido sin llaves, sin cartera, sin gafas de sol, paraguas, etc. pero nunca lo había hecho con la muñeca vacía, por eso para mí era una experiencia nueva y quería saber que sentía aunque pueda parecer una gilipollez.
Pues me he notado incómodo y sí, he echado en falta el reloj, aunque también creo que se podría vivir sin él, nada parecido por ejemplo a la ansiedad cuando se está dejando de fumar por ejemplo.
Creo también que con la manga larga se sufre bastante menos, en verano me hubiese sentido mucho peor y más desnudo seguro.
Lo más triste tener que mirar un par de veces o tres la hora en el móvil, esto es lo que menos me ha gustado, me parece algo espantoso.
Eso sí, lo primero que he hecho al subir a casa antes de sentarme a la mesa es ponerme el primero que he pillado, un alivio puesto que en casa estoy “arremangado”.
Eso ha sido todo.
Por cierto, la foto de la prueba acompañada con un vinito joven de Rioja Alavesa y una gilda de calidad, en mi opinión el mejor pincho de bocado que se ha inventado, maridaje perfecto.