La mayoría de los vintage mecánicos que se ven el mercado y que se han empleado de verdad están que da grima verlos para decirlo suavemente (diales que han sufrido la humedad, lumen patético, cajas comidas por el sudor, movimientos que se limitan a dar la hora sin ninguna fiabilidad, cristales totalmente rayados...), porque un reloj no es exclusivamente su mecanismo. Pienso que hay mucha leyenda al respecto. A veces se dice que ciertos relojes mecánicos están como nuevos con varias décadas a sus espaldas y se olvida comentar lo evidente. Están como nuevos porque no se han empleado, se han guardado entre algodones y a veces los han tenido personas que se los ponen en bodas incluso con los plásticos o se han guardado en su caja con los plásticos para enseñárselos a los amigos que vienen a casa de visita como un tesoro. Y eso se compara con un cuarzo (el reloj que realmente se ha empleado) que ha pasado por todas las guerras imaginables y en una de las muchas batallas ha caído. La comparación la mayoría de las veces no es justa.
En mi caso tengo dos cuarzos de principios y mediados de los noventa con casi treinta años que van como un tiro, sin el menor problema.
Por otra parte a mí me importa un rábano el tiempo que me sobrevivan mis relojes. Los compro, los disfruto, si se rompen o me aburro de ellos me compro otros y santas pascuas.
Pero mi experiencia personal e intransferible es que los cuarzos, a igualdad de cuidados, duran lo mismo que los mecánicos, dentro de lo que es la vida normal de una persona. Si estarán aquí dentro de cien años es algo que no me quita el sueño precisamente.