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Mirando las características, objetivamente veo que está en WR, bisel y zafiro por debajo de otros divers bastante mas baratos.
que le hacer tener esa relación prestaciones/precio con la competencia?.
De donde saca pa’ tanto como destaca???
This. Hacer compra por despecho (haber ahorrado para comprarte el Tudor y al final, tras ver las noticias del fin del mundo de Antena-3 y leer el "Todo Mal" de Lo País, ponerte en modo "precaución" y acabar gastándote sub mil pavos en un prospex o un Glycine) Ibas a odiar ese reloj toda tu vida.Mira, no lo compres, es mu caro, vete mejor a la casa Orient y te pillas un Kamatsu o un Ray o un Mako, te van a dar la hora igual, pero....
....Cuando mires tu Orient( que no es mal reloj en absoluto), te va a producir la misma sensación de ver en tu muñeca ese Tudor?
Corre a por él o te arrepentirás siempre de haber tenido el dinero y no haberlo comprado!
Un saludo!!
Un gran hombre, pero aquí estamos en otros menesteres.Los mismo te convence José Mujica
Si la pregunta es ¿lo necesitas? Nadie llevaría reloj en la muñeca. O como maximo llevaríamos un Casio de 20€.Te dejo otra pregunta encima de la mesa.
Ahora que tienes todo ese dinero ahorrado, quieres gastarlo en un reloj que te da las mismas prestaciones que los que ya tienes comprados?
Aquellos que compraste y que te enamoraron hasta conseguirlos?
Y la pregunta más importante.
¿Lo necesitas?
Si la respuesta es si, compralo.
Si la respuesta es no por el motivo que sea, no lo compres.
Esto que yo escribo no es mi opinión personal, solo son preguntas que te ayudarán a tomar tu decisión.
Ese dilema es el que vivimos todos todos los días con cualquiera de la compras que hacemos. Y casi siempre sucumbimos a los placeres y no a lo lógico. Es nuestro sino y yo el primero.Si la pregunta es ¿lo necesitas? Nadie llevaría reloj en la muñeca. O como maximo llevaríamos un Casio de 20€.
Eso es extensible al 90% (o más) de lo que consumimos en nuestro día a día en una sociedad próspera occidental.
Así es…Y cuanto antes lo acepta uno, más tranquilo se vive.Ese dilema es el que vivimos todos todos los días con cualquiera de la compras que hacemos. Y casi siempre sucumbimos a los placeres y no a lo lógico. Es nuestro sino y yo el primero.